lunes, 26 de diciembre de 2011

VIOLENCIA INFANTIL: SE DENUNCIAN 1.782 CASOS POR MES EN MAR DEL PLATA

Por Pablo Falcone
para el Diario La Capital de Mar del Plata


La cifra la reveló la Dirección de la Niñez y la Juventud de la Municipalidad. Los especialistas se encuentran cada vez con más casos y mayor daño físico. "Ahora a los chicos muchas veces los tenemos que llevar directamente al Hospital Materno Infantil porque vienen muy golpeados. Les pegan con maderas, palos, cualquier cosa", aseguró el titular del área Adrián Lofiego.
La nena de cuatro años llegó al jardín de infantes y no aguantó las lágrimas. Enseguida, sus maestras le preguntaron qué le pasaba. Y ella contó su calvario: en su casa, su padrastro le pegaba y también lo hacía con sus hermanos de 5 y 7 años. Los asistentes sociales no tardaron en comenzar a investigar a la familia de la nena. Y descubrieron que lo que ocurría entre las paredes de la humilde casa del barrio Santa Rita era mucho peor: como castigo por no hacerle caso, el padrastro ataba a uno de los nenes con precintos de plásticos en los pies y en las manos y después le tiraba agua hirviendo en el pecho. El dramático caso no es aislado: en Mar del Plata hay 1.782 denuncias por mes que tienen como víctimas a los chicos.
La cifra preocupa a los especialistas porque los hechos son cada vez más violentos y difíciles de resolver. "La violencia física es mucho más grande que años anteriores. Ahora a los chicos muchas veces los tenemos que llevar directamente al Hospital Materno Infantil porque vienen muy golpeados. Les pegan con maderas, palos, cualquier cosa", le contó a LA CAPITAL Adrián Lofiego, director de la Niñez y Juventud de la Municipalidad.
Los casos en la ciudad son tan tremendos como conmovedores. Una madrugada, los especialistas del Centro de la Niñez encontraron a una nena de ocho años vendiendo agujas en la zona de Alem. Era fin de semana y estaba repleto de gente. Los asistentes sociales la convencieron y lograron que la nena los llevara hasta su casa del barrio La Herradura. Cuando llegaron, a las cuatro de la mañana, los atendió el padre. "¿Qué hacen trayéndola acá? Devuélvanla a donde estaba. Ella es la que trae el mango a la casa", les dijo.
Según las cifras oficiales elaboradas por la Dirección de la Niñez y la Juventud hasta junio de este año se denunciaron en promedio 1.782 casos de violencia infantil por mes. El 52% de los casos se producen por negligencia o violencia familiar, el 37% son denuncias por abusos sexuales con niños como víctimas y el 11% restante tiene como protagonista a los maltratos. Del total de los casos atendidos, las situaciones de violencia constituyen el 70% aproximadamente. Dentro de ese promedio se encuentran comprendidas las situaciones de abuso sexual, violencia física y psicológica, la violencia indirecta y situaciones de negligencia parental graves?, explica el informe elevado al Consejo local de Promoción y Protección de Derechos del Niño.
Los operadores sociales del Centro de la Niñez se topan en Mar del Plata con casos tan violentos como inverosímiles: un padre se vistió literalmente de Rambo, secuestró a su hijo de cuatro años, lo colocó en su espalda y amenazaba con matarlo con un machete. La policía y los asistentes sociales estuvieron toda una mañana para convencerlo de que soltara a su hijo. La violencia infantil no reconoce estratos sociales, pero al tratarse del estado municipal nosotros trabajamos en su mayoría con gente de menos recursos, que es donde generalmente se tiene menos contención?, explicó Lofiego.
La multiplicidad de casos con chicos como víctimas de la violencia preocupa cada vez más a los especialistas. Es que con el paso de los años el maltrato fue creciendo y los nenes llegan más golpeados que en otras épocas. ?Además de hechos más violentos son más complejos de resolver porque el problema es muy profundo. Es habitual que venga una mamá a un centro y nos quiera dejar a su hijo por la situación que se vive en la casa?, contó Lofiego.
La violencia infantil volvió a estremecer al país con el asesinato de Tomás Santillán en la localidad de Lincoln. Según la denuncia que sostiene el fiscal de la causa, el padrastro lo mató por celos y por acusarlo de ser uno de los motivos que provocaron la separación con su ex pareja. ¿Por el grado de violencia que se ve, es posible que este tipo de casos se repita?, le preguntó LA CAPITAL al director de la Niñez y la Juventud. La respuesta de Lofiego fue contundente: ?A mí me sorprende que no haya más casos como el de Tomás. El cóctel entre la salud mental y las adicciones se va incrementando y es cada vez más peligroso. Me extraña que no pase más porque hay gente que tendría que estar medicada o internada y anda caminando por la calle. Desgraciadamente, este tipo de casos van a aparecer más seguido?.
Según los especialistas de la ciudad, el aumento de la violencia y de los casos de maltrato infantil requiere de un profundo análisis sociológico. Pero entre los factores para explicar la problemática están las adicciones y la salud mental. En los noventa hubo una retracción del Estado y a partir de ahí se dejó de trabajar en detección, promoción y prevención de los casos de violencia. También creció el desempleo y Mar del Plata es una ciudad que lo sintió durante mucho tiempo. Conozco chicos que nunca vieron trabajar a su papá. Todo ese entorno y la falta de la cultura del trabajo forman parte de la violencia?, fundamentó Lofiego. Y agregó: ?Las adicciones y la salud mental son muy importantes y el Estado todavía no ha logrado contener bien esos problemas.

La red de protección

En Mar del Plata, hay once centros de protección de los derechos de la niñez. Y además funciona durante las veinticuatro horas de los siete días de la semana la línea telefónica 102. Los casos en su mayoría llegan a los especialistas de la Municipalidad por causas que deriva la justicia y denuncias que hacen familiares, amigos, vecinos o docentes de las víctimas. Una vez que recibimos el problema se lo aborda con un equipo de trabajo interdisciplinario compuesto por un abogado, un asistente social y un psicólogo?, explicó Lofiego. Si los operadores del Centro de la Niñez se encuentran con un chico muy golpeado, enseguida lo retiran de su casa y adoptan una medida de abrigo. Es decir, buscan a un familiar que los pueda contener y mantener alejado del agresor. En caso que el núcleo familiar directo no esté en condiciones de cuidarlo, al chico se lo deriva a uno de los hogares municipales hasta que se resuelva su situación. ?Si hay una denuncia por maltrato al hacer la medida de abrigo le damos intervención a la justicia y a partir de ahí los jueces resuelven lo que se hace. Pero es importante sabe que a la justicia solo llega el 10% de los casos que se tratan en los centros?, contó Lofiego. Y explicó: ?Precisamente este dispositivo es para evitar la judicialización.
En los primeros seis meses del año, la Dirección de la Niñez ya tuvo que tomar 185 medidas de abrigo. Entre ellas fue la de sacar a la nena de cuatro años y a sus hermanos de la casa del barrio Santa Rita donde sufrían tremendos castigos. Su pesadilla aún no termina: el padrastro varias veces intentó sacarlos del centro de protección municipal. Por ahora, la policía y una orden judicial lograron evitarlo.

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