martes, 1 de mayo de 2012

DONDE ESTA EL JEFE DE LA CNU EN MAR DEL PLATA FERNANDO DELGADO?

Por Jose Luis Ponsico


 Miembro de una de las organizaciones paramilitares que accionó entre 1971 y fines de aquella década, en Mar del Plata, la Concentración Nacional Universitaria (CNU), está imputado por el secuestro y posterior tortura del periodista y dirigente de prensa, Amílcar González (25/3/76).
Delgado, de impronta nazi, jefe temido hace 35 años; alto, rubio, voz de mando; no sólo participó de los tormentos al secretario general del sindicato local, integrante de la conducción nacional FATPREN (Federación Argentina de Trabajadores de Prensa). Vinculado por testigos a numerosos secuestros acontecidos durante trágico invierno marplatense del ´76.
Los´70 dejaron la secuela de muertes que enlutó a todo el país. Delgado estaría viviendo en España, según una versión no confirmada oficialmente.
La Argentina fue uno de los sitios más castigados por las prácticas terroristas de Estado. Ningún otro país en el Cono Sur padeció un genocidio como el nuestro.
En Mar del Plata se registraron al menos 300 casos de desaparición forzada de personas.
Con la derogación por parte del gobierno de Néstor Kirchner de las leyes Punto Final y Obediencia debida, sancionadas en pleno apogeo de Raúl Alfonsín, los centenares de edecanes del crimen organizado, hace algo más de 35 años, perdieron la impunidad.
Amílcar González, intelectual nacido en La Plata (16/4/39), fundador en Mar del Plata del Peronismo de Base, 1972, recibió torturas en un “chupadero” clandestino en las afueras de la ciudad. Lo dieron por muerto.
La ley del gobierno alfonsinista (23.492), sancionada el 23 de diciembre de 1986 otorgó “amparo” a numerosos criminales, ahora acusados de “crímenes de lesa humanidad”. Entre los cuáles se encuentra Fernando Delgado, con algo más de 65 años de vida y bajo otro aspecto físico.
Amílcar González murió de cáncer (2/6/04), sin saber que las leyes de la protección a sus captores y verdugos serían derogadas por el gobierno de Néstor Kirchner. El titular del Sindicato de Prensa local estuvo preso dos años “sin causa ni proceso”.
Solicitado por distintos organismos internacionales, permaneció como preso político en la Unidad Penal 9, de Olmos, a 11 kilómetros de La Plata.
La decisiva intervención de la democracia cristiana italiana y la CLAT (Central Latinoamericana de Trabajadores), de Caracas, Venezuela, apoyada por la fundación alemana Konrad Adenanuer, le permitió a Amílcar salir del país.
Lo hizo dos meses antes que la Argentina ganara el Mundial de fútbol; salió bajo custodia desde Ezeiza, un sábado por la tarde. Recién pudo volver en 1984.

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