Por Raúl Dellatorre
para Diario Pagina 12
El mismo tribunal que hizo lugar al embargo del fondo buitre NML, desestimó el reclamo del gobierno argentino. Dos viceministros, de Defensa y de Exteriores, viajan a Ghana para resolver un conflicto que alcanzó “dimensión política”.
La Justicia de Ghana rechazó ayer el pedido del gobierno argentino para liberar a la Fragata Libertad, retenida desde hace diez días en el puerto de Tema, de esa república africana. La orden de retención del buque escuela argentino fue dada por el Tribunal de Primera Instancia de Ghana, que hizo lugar al embargo presentado por el fondo buitre NML. Ayer, ese mismo tribunal desestimó el pedido de liberación de la nave sosteniendo que “no hay bases suficientes expuestas por el demandante (el gobierno argentino) para desestimar la sentencia del tribunal”, en palabras del magistrado Richard Adjei Frimpong. Los ministros de Defensa y de Relaciones Exteriores se reunieron ayer de urgencia en Buenos Aires para abordar la situación, resolviendo que los viceministros de dichas áreas viajen de inmediato para iniciar una gestión conjunta ante las más altas autoridades del gobierno de Ghana.
En un comunicado que dio a conocer ayer por la tarde el Ministerio de Defensa, se señala que la decisión adoptada por el tribunal ghanés “es violatoria de las normas internacionales que consagran las inmunidades de las que goza la Fragata, en su condición de buque de guerra de la República Argentina”. Esta medida, sostiene la cartera que encabeza Arturo Puriccelli, “compromete la responsabilidad internacional de Ghana” y le agrega “a la cuestión judicial una dimensión política que afecta las relaciones bilaterales”.
Los viceministros Alfredo Forti y Eduardo Zuain (Defensa y Relaciones Exteriores, respectivamente) intentarán desde hoy poner fin a la controversia generada por el accionar de los fondos buitre y la complacencia de la Justicia ghanesa. Según advirtió ayer el comunicado oficial, frente a la posibilidad de que la gestión no resulte fructífera, Argentina asume la decisión “de utilizar todos los recursos disponibles, tanto en el ámbito bilateral como internacional, para el reconocimiento de sus derechos soberanos”.
El fondo NML es comandado por el financista estadounidense Paul Singer, integrante de un núcleo de lobbistas que opera ante la Justicia y el Congreso estadounidense en contra del país bajo la denominación American Task Force Argentina (ATFA). En ese mismo nucleamiento confluye con el otro gran fondo especulativo que litiga contra Argentina, EM Ltd, encabezado por el multimillonario Kenneth Dark.
En su campaña contra el gobierno argentino, estos grupos sostienen que el país tiene deudas impagas con “ciudadanos estadounidenses por 3500 millones de dólares”. Lo cierto es que el origen y nacionalidad de los capitales son desconocidos, ya que los dos fondos que los representan están radicados en paraísos fiscales justamente para no tener que rendir cuentas ante el fisco estadounidense. La cifra reclamada tampoco se compadece con la realidad, ya que corresponde a la pretensión expuesta ante los tribunales estadounidenses, pero no a la cifra original de la inversión.
Una práctica habitual de los fondos buitre es adquirir los títulos de deuda una vez que el país deudor ha declarado el default, o cuando se sabe que la deuda ya es impagable, pagando por ellos cifras irrisorias, al precio de “bonos basura”. Precisamente, la intención es ganar la diferencia manteniendo un largo litigio contra el país deudor para recuperar aunque sea una parte del valor nominal (el 25 o el 50 por ciento), que siempre será el equivalente a varias veces lo invertido.
En el caso argentino, estos fondos ya hubieran hecho un gran negocio aceptando entrar en el canje propuesto por el gobierno argentino entre 2005 y 2010, pero optaron por seguir adelante con el litigio ante la expectativa de acceder a una tajada mayor, dada la fuerte recuperación de la economía argentina y su capacidad de pago.
La Fragata Libertad transporta, en el actual viaje de instrucción, una tripulación de cerca de 300 efectivos. El director del puerto de Tema, Richard Anamoo, afirmó a una agencia internacional de noticias que la tripulación tiene “libertad para desplazarse por los alrededores” del puerto, que no está obligada a permanecer a bordo. Fuentes de la Armada Argentina, en tanto, informaron que toda la tripulación se encuentra en muy buen estado y que están recibiendo un trato correcto en Ghana, pudiendo mantener comunicación habitual con sus familiares.
Además de los efectivos argentinos, forman parte de la tripulación militares invitados que pertenecen a Chile, Uruguay, Venezuela y Perú. La Fragata zarpó de Buenos Aires el pasado 2 de junio y había tocado puertos de Brasil, Surinam, Guyana, Venezuela, Portugal, España, Marruecos y Senegal, antes de arribar a Ghana. El programa del viaje contemplaba seguir su ruta atravesando puertos de Angola, Namibia, Sudáfrica, Brasil y Uruguay para arribar nuevamente a Buenos Aires a principios de diciembre.
Los viceministros Alfredo Forti y Eduardo Zuain (Defensa y Relaciones Exteriores, respectivamente) intentarán desde hoy poner fin a la controversia generada por el accionar de los fondos buitre y la complacencia de la Justicia ghanesa. Según advirtió ayer el comunicado oficial, frente a la posibilidad de que la gestión no resulte fructífera, Argentina asume la decisión “de utilizar todos los recursos disponibles, tanto en el ámbito bilateral como internacional, para el reconocimiento de sus derechos soberanos”.
El fondo NML es comandado por el financista estadounidense Paul Singer, integrante de un núcleo de lobbistas que opera ante la Justicia y el Congreso estadounidense en contra del país bajo la denominación American Task Force Argentina (ATFA). En ese mismo nucleamiento confluye con el otro gran fondo especulativo que litiga contra Argentina, EM Ltd, encabezado por el multimillonario Kenneth Dark.
En su campaña contra el gobierno argentino, estos grupos sostienen que el país tiene deudas impagas con “ciudadanos estadounidenses por 3500 millones de dólares”. Lo cierto es que el origen y nacionalidad de los capitales son desconocidos, ya que los dos fondos que los representan están radicados en paraísos fiscales justamente para no tener que rendir cuentas ante el fisco estadounidense. La cifra reclamada tampoco se compadece con la realidad, ya que corresponde a la pretensión expuesta ante los tribunales estadounidenses, pero no a la cifra original de la inversión.
Una práctica habitual de los fondos buitre es adquirir los títulos de deuda una vez que el país deudor ha declarado el default, o cuando se sabe que la deuda ya es impagable, pagando por ellos cifras irrisorias, al precio de “bonos basura”. Precisamente, la intención es ganar la diferencia manteniendo un largo litigio contra el país deudor para recuperar aunque sea una parte del valor nominal (el 25 o el 50 por ciento), que siempre será el equivalente a varias veces lo invertido.
En el caso argentino, estos fondos ya hubieran hecho un gran negocio aceptando entrar en el canje propuesto por el gobierno argentino entre 2005 y 2010, pero optaron por seguir adelante con el litigio ante la expectativa de acceder a una tajada mayor, dada la fuerte recuperación de la economía argentina y su capacidad de pago.
La Fragata Libertad transporta, en el actual viaje de instrucción, una tripulación de cerca de 300 efectivos. El director del puerto de Tema, Richard Anamoo, afirmó a una agencia internacional de noticias que la tripulación tiene “libertad para desplazarse por los alrededores” del puerto, que no está obligada a permanecer a bordo. Fuentes de la Armada Argentina, en tanto, informaron que toda la tripulación se encuentra en muy buen estado y que están recibiendo un trato correcto en Ghana, pudiendo mantener comunicación habitual con sus familiares.
Además de los efectivos argentinos, forman parte de la tripulación militares invitados que pertenecen a Chile, Uruguay, Venezuela y Perú. La Fragata zarpó de Buenos Aires el pasado 2 de junio y había tocado puertos de Brasil, Surinam, Guyana, Venezuela, Portugal, España, Marruecos y Senegal, antes de arribar a Ghana. El programa del viaje contemplaba seguir su ruta atravesando puertos de Angola, Namibia, Sudáfrica, Brasil y Uruguay para arribar nuevamente a Buenos Aires a principios de diciembre.
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