Por Adrián Freijo

 Las necesidades financieras de los municipios –tema del que Mar del Plata no está ausente- lleva a veces a tomar decisiones ciertamente inentendibles. El arriendo del Polideportivo a la compañía que encabeza Flavio Mendoza parece, al menos, producto de una confusión estratégica que sin embargo deja muchas cosas en claro.Peñarol es el equipo deportivo que, en todas las disciplinas, más éxitos le ha dado a la ciudad en toda su historiaRecord en Liga Nacional, el milrayitas supo también de triunfos internacionales que llevaron el nombre de Mar del Plata a brillar en diversos escenarios del continente y que además mostraron nuestras tierras sin necesidad de “importar” figuras mundiales o nacionales para lograrlo.El club de la calle Garay lo hizo para nosotros y desde nosotros…Sin embargo, y por un puñado de dólares, la Municipalidad lo priva de su escenario natural para una competencia que abarca a todo el país y que lo tiene como protagonista a veces excluyente.Cuando tanto se habla desde el poder político de “posicionar la marca Mar del Plata”parece olvidarse que sólo lo lograremos, en lo que al deporte se refiere, si quienes brillen en las diversas disciplinas sean producto de la ciudad y no simples invitados.Siempre hemos apoyado a las autoridades cuando logran que los escenarios locales sean utilizados para encuentros deportivos de nivel mundial. Nos parece importante, y lo decimos sinceramente, que una final o serie de Copa Davis se juegue en Mar del Plata.Pero seamos sinceros…Nadal, Del Potro, Nalbandian o los jugadores de Italia que nos visitarán en enero…¿irán por el mundo representando a Mar del Plata?. Obviamente no.Peñarol si. Siempre será Peñarol de Mar del Plata.Si continuamos dando prioridad a deportistas “de afuera” o a clubes nacionales que sólo pasan por estos lares para “hacer caja” en verano –generalmente destratando a nuestro público con formaciones de emergencia en las que brillan por su ausencia aquellos a los que la gente realmente quiere ver- podremos hablar de cualquier cosa menos de una política de promoción del deporte local y mucho menos de apoyo a sus instituciones.El haber tenido que ayudar a los clubes con condonaciones de deuda, subsidios y exenciones no es una buena noticia, aunque así  hayan querido presentarlo desde el poder y la política.Por el contrario, atender la necesidad esconde la pobreza a la que se ha llegado por parte de los clubes.Y también disimula el fracaso de políticas deportivas que impiden el despegue de los mismas en un escenario mundial en el que el fútbol, el básquetbol, el boxeo o el tenis generan miles de millones de dólares.No hay que “asistir” a Peñarol… hay que dejarlo jugar, que por lo demás ha demostrado gran capacidad para desempeñarse.Un campeón orgulloso, una institución creciente, un lugar bien ganado en el respeto del mundo del básquet.Todas cosas que lo hacen distinto y exitoso y que parecen ser entendidas por todos…menos por nuestras autoridades.De esta forma, más allá del relato grandilocuente, es imposible que alguna vez Mar del Plata se levante de sus frustraciones deportivas y pueda proyectar a sus equipos a los niveles que, en soledad, logró llegar la gente que conduce Domingo Robles.Teníamos a un multicampeón reconocido en el mundo…hoy tenemos a Flavio Mendoza.La ciudad mostró, al fin, su verdadera cara…