Pulti supo afrontar horas complicadas
Pulti supo afrontar horas complicadas

(Escribe Adrián Freijo) – Durante los saqueos que sacudieron al país en las últimas semanas una constante marcó la reacción de los intendentes de los grandes centros urbanos, especialmente en la provincia de Buenos Aires: ninguno se puso al frente de la situación y, escondidos, prefirieron esperar que era lo que resolvía el gobernador Daniel Scioli. Todos menos uno…el marplatense Gustavo Pulti.Un tema para reflexionar.
No debe ser fácil en estos tiempos estar al frente de una comuna del tamaño de las del conurbano bonaerense, La Plata, Bahia Blanca o Mar del Plata.
Distritos golpeados por el crecimiento de la marginalidad, se convierten en verdaderos polvorines al momento de estallar cualquier reclamo que ponga a la gente en la calle, máxime cuando la necesidad de tantos se junta con el mal humor de muchos.
Tal vez por eso,y a pesar de que sus municipios ardían por esas horas, no va a encontrar usted la foto de un sólo jefe comunal que haya salido a recorrer la zona de destrozos, convocado a los actores de la comunidad y diagramado esquemas de emergencia que en definitiva y gracias a Dios no hizo falta implementar.
La única excepción fue el jefe comunal marplatense.
Tantas veces criticado, Gustavo Pulti mostró en estas circunstancias una presencia de ánimo realmente sorprendente y sin mediar análisis alguno sobre el riesgo físico existente recorrió las calles de la ciudad, lo hizo a pié y se detuvo a hablar con los damnificadosque por esas horas no parecían tener muchas ganas de ver caras vinculadas al poder.
Llamó a la prensa, tomó compromisos, ordenó un diagrama de emergencia que estuvo a menos de una hora de ser puesto en marcha -lo que no resultó necesario debido a la solución del conflicto- y no se movió de su despacho hasta el momento en el que las aguas volvieron a su cauce.
Hizo, lisa y lllanamente, aquello para lo que la genté lo eligió: gobernó.
Es probable que en su gestión puedan encontrarse muchos puntos para criticar, otros tantos para corregir y todos para opinar. Y ese es y debe seguir siendo el punto neurálgico de la democracia, que en el fondo se sintetiza en eso; el derecho a expresarse y elegir en libertad.
Pero cuando “las papas queman” y hace falta poner ese plus de compromiso que no es tan habitual en nuestra dirigencia, resaltar la actitud de quien lo hace representa para el observador político una obligación y un acto de honestidad intelectual insoslayable.
En el medio del desastre tantos amantes de la foto y la sonrisa desaparecieron de los lugares que solían frecuentar, a los que volvieron cuando el peligro hubo pasado.
En el álbum de esas horas aparece entonces una sola cara y es marplatense.
Poco para la institucionalidad y suficiente para nuestra ciudad.