De forma imprevista y sin previo aviso a las partes declaró por videoconferencia la controvertida testigo Mirta Masid.
La testigo expresó un infundado temor a prestar declaración y de esta manera se autorizó a las partes a hacer preguntas pero sin identificarse.
Su testimonio, que pareció un relato estudiado de memoria, sigue plagado de polémicas y contradicciones.
La señora Mirta Susana Masid estuvo en pareja con una persona que según sus dichos cometió crímenes horrorosos, incluyendo el asesinato de su gran amigo de la infancia y adolescencia. Luego de muerto su marido, la señora Masid, se puso en pareja con otra persona que presuntamente también habría participado en esos crímenes. Sin embargo, la testigo, asumió el papel de víctima durante todo este tiempo en general y en esta audiencia en particular.
La testigo se autodefinió como militante del PST. Aunque expresó que luego se alejó de este movimiento.
Dijo que los hechos violentos comenzaron luego del asesinato de Piantoni, que Ernesto era el que no los dejaba desviarse. ¨Piantoni era una persona pacífica¨.
La violencia era de todos lados. Había violencia de izquierda. Dijo que pusieron bombas en la casa que Granel compartía con su familia, también en el local de la CNU de calle Yrigoyen y lo mismo en la casa de Suarías.
Los amigos de Carlos González iban a su casa y agregó que la noche del velorio de Piantoni fue mucha más gente de la CNU.
En su casa había armas que luego, siempre según su relato, fueron llevadas a la casa de José Luis Granel.
Dijo que la viuda de Piantoni pidió la cabeza de militantes de izquierda por la de su marido, nuevamente según lo que le hubiera contado el difunto Carlos González.
Luego de la muerte de éste, se conversaba sobre quien sería el jefe de la CNU, y hablaban de Demarchi, Durquet y Delgado y éste último fue el elegido.
De Demarchi dijo que se hablaba de que era miembro de la CNU, pero no le constaba.
En cuanto a las víctimas, al parecer González mataba gente y le llevaba a su esposa las pertenencias de las personas muertas. Entre las pertenencias de los asesinados había discos que escuchaban las personas jóvenes y así, Masid, infirió que se trataba de Videla.
En un casamiento coincidieron Masid con González y Gasparri. Allí González le anticipó a Masid que Gasparri iba a ser ¨boleta¨. Y unos días después González le llevó a Masid el reloj de Gasparri y pretendió justificarse diciendo que Gasparri había matado a Piantoni y que quería matar a Demarchi. Ella usó el reloj por muchos años.
Sobre Maggi se enteró de la muerte por los diarios.
El Dr. Falcone, mucho después, le sugirió que la motivación de la muerte de Maggi podía tener relación con el pase de la universidad católica a la provincial,.
Luego supo que la mataron en un lugar y después la cambiaron a otro sitio. González se lo habría dicho.
Dijo que Durquet se adjudicó dicho crimen.
Dijo que se burlaban de Piero Asaro porque habría vomitado en algún momento que no supo precisar. Y recalcó varias veces que este tema del vómito sí existió como quien reafirma algo para convertirlo en verdad. También dijo que el Juez del Tribunal Oral Federal Nº1 Dr. Roberto Falcone le manifestó informalmente que en el momento del secuestro de Maggi algún testigo, que no identificó, habría visto a alguien vomitar.
Esa reunión entre Masid y Falcone ocurrió en el despacho del juez y con presencia de Susana Salerno.
Ante preguntas del Dr. Insanti, Masid reconoció que fue al despacho de Falcone acompañada por Salerno.
Dijo que González buscaba su propia muerte porque estaba arrepentido y no podía vivir con tantas muertes encima. Antes de morir, en un relato casi cinematográfico, él le habría dicho que iba a dejar esa vida para que se fueran después a vivir juntos a Mendoza.
Habló de otro crímen, que fue un crimen cometido con el fin de robo, ya que la víctima tenía dinero. Cuando otros miembros del grupo se enteraron de esto, le habrían exigido a González que ese dinero lo debían usar para comprar uniformes, e inclusive Masid viajó con González a Buenos Aires para arreglar la compra dichos uniformes.
Resulta contradictorio que un grupo parapolicial con supuesta complicidad estatal no tuviera dinero para comprar uniformes, por lo que debían robarlo.
Dijo que los miembros de la CNU se autodenominaban triple A y que siempre hablaban de un Comodoro. En una oportunidad en pleno gobierno militar ella habló con Ullúa para pedir por dos amigas que estaban detenidas y éste la derivó a alguien del ejército.
Dijo también que había división entre intelectuales, operativos y profesionales. El trabajo sucio lo hacían los operativos pero que, según lo que le dijo González, todos debían participar en alguno de los hechos.
Por otra parte dijo que muchos eran empleados de la universidad pero no trabajaban realmente, se encerraban en una oficina con Aguilera (asesor letrado de la universidad) y se reían. Mirta Masid también era empleada de la universidad pero dijo que ella sí trabajaba porque era mujer.
A pesar de trabajar en la universidad no recordaba a María Zulma Rodriguez de Portella.
Dijo que los miembros de la CNU se emborrachaban y se ufanaban de los crímenes cometidos y que no se cuidaban, que hablaban delante de cualquiera. Nombró a un tal Ignacio Barral que habría escuchado también los dichos de estos.
Reconoció que luego de la muerte de González mantuvo una relación sentimental con Mario Durquet, y después dijo que no era tan sentimental sino más bien sexual. Según ella fue una relación corta y circunstancial. Esta relación que acababa de reconocer con Mario Durquet había sido negada públicamente por ella misma.
Lo que no reconoció fue la relación sentimental que tuvo con Daniel Gasparri. Esto se debe a que se especulaba que esa relación podría haber sido el motivo por el cual González hubiera matado a Gasparri.
Contó cuando Salerno la contactó para saber si ella sabía algo de sobre la muerte de Gasparri y si quería volcar lo que sabía ante el Juez Falcone.
Se le preguntó si alguna vez se había vuelto a encontrar con Salerno, dijo que circustancialmente y una vez para hablar sobre el maltrato que sufrió por parte de Darío Diaz del programa de protección a testigos.
Se refirió a las presiones que sufrió para declarar en un momento en el que no tenía que hacerlo. Darío Diaz la presionó también diciendo que a ella la buscaban para matarla y que el Juez Surrogante Rodolfo Pradas quería ser ratificado en un cargo y necesitaba esa declaración para ser nombrado juez.
También se sintió presionada y maltratada cuando, en ocasión de su primera declaración, fue interrogada por el abogado Cesar Sivo, éste ¨me gritaba, quería que dijera nombres y me sentí presionada¨. Sivo quería nombres y datos que pudieran servir a sus intereses.
Esta situación podría rememorar a las confesiones bajo tortura de los años de la dictadura aunque, en esta oportunidad con una violencia no física, sino verbal y moral, ejercida por el abogado de la asamblea permanente por los derechos humanos: Dr. Cesar Sivo.
La señora Masid había dicho que en casa de Roberto Coronel, la CNU realizaba reuniones políticas. También que a dicha casa González había llevado armas. Y en otra oportunidad había dicho que Coronel era el abogado de la CNU.
Masid frecuentaba asiduamente la casa de Coronel por ser amiga de la esposa y ante preguntas reconoció que no presenció reuniones políticas en dicha casa. Tampoco vio armas. Y finalmente no pudo precisar en que causa o causas actuó el Dr. Coronel en nombre de la CNU.
El Dr. Insanti preguntó a la testigo sobre la reunión que tuvo ella con el Fiscal Daniel Adler en el Club Nautico.
Recordemos que en otras audiencias Insanti pregunto al Fiscal sobre dicha reunión. Inclusive en una oportunidad el abogado defensor instó a que Adler conteste afirmativa o negativamente sobre la existencia de dicha reunión a lo que Adler había contestado con evasivas y en un claro estado de nerviosismo.
Bueno, finalmente se han despejado las dudas y la testigo Masid reconoció la reunión.
Dijo que fue citada allí, en la oficina de la presidencia del Club Nautico, por Salerno y que cuando entró a la oficina estaba el Dr. Adler esperándola por lo que la testigo infirió que la reunión fue solicitada por el Fiscal.
También reconoció que en un momento se sintió intimidada y presionada por el Dr. Adler, ya que la testigo lo fue a ver por disconformidades que ella tenía con el programa de protección a testigos, a lo que Adler le dijo que podía acusarla de falso testimonio y que podía quedar presa.
Solicitudes del Dr. Demarchi:
En base a los dichos de la testigo, el Dr. Gustavo Demarchi hizo una serie de solicitudes inevitables al tribunal ante la mirada nerviosa del fiscal Adler, a saber:
La formación de causa penal por abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público contra el Fiscal Adler.
También pidió formación de causa penal y envío al juez penal competente contra el Dr. Roberto Falcone ante los dichos de la testigo que, acompañada por Susana Salerno, recibió por parte del juez instrucciones para el testimonio que debía prestar. Exhibiendole varios identikits de los cuales sólo uno apareció después en el expediente.
Remarcó que la reunión con Falcone fue anterior a la audiencia del juicio de la verdad. Por ello, el Dr. Demarchi pidió que se extraiga copia de la declaración de Masid y se ordene formar casusa penal por el delito de abuso de autoridad contra el Dr. Roberto Falcone padre. De acreditarse la verdad de los dichos de la testigo.
Lo mismo solicitó para el Dr. Pradas por los mismos delitos. Debido a que el encargado del programa de protección a testigos, Darío Diaz, le refirió que debía, después del juicio de la verdad declarar nuevamente ante el juez subrogante Dr. Rodolfo Pradas porque esa declaración era imprescindible para que el Dr. Pradas fuera designado juez titular del juzgado en el que estaba interviniendo. Además, la testigo, agregó de manera irónica que no lo logró ¨porque después lo echaron¨
En base a ello, el Dr. Demarchi, pidió también la formación de causa penal por violación de los deberes de funcionario público y abuso de autoridad.
Luego de esto habló Adler: ¨este es un juicio oral y público y me veo en el deber de defender mi honor profesional. El cumplimiento del deber de ningún modo puede constituir falta administrativa o delito, es evidente que¨. -¨ No Dr. discúlpeme, ¨ interrumpió el Dr. Bianco, presidente del Tribunal.
Adler intentó proseguir y Bianco volvió a interrumpir: ¨déjeme contestarle porque sino va a manejar la situación usted y no se lo voy a permitir. ¨Yo he tenido presente todos los pedidos del Dr. Demarchi para resolver y la cuestión está definitivamente agotada¨.
Previamente a estas peticioones, el Dr. Demarchi, hizo alusión a que del testimonio de Alberto Muñoz surge durante los años 73 y primer semestre del 74, las acciones de montoneros eran apoyadas por el estado por los gobernadores de la provincia de Buenos Aires, a cargo del Dr. Bidegain; de la provincia de Córdoba, Obregón Cano; del de Mendoza, Martinez Baca y del de Santa Cruz, Cepernic, por lo que conforme al artículo 7.1.E del tratado de Roma, se ha descripto que los numerosos atentados sufridos por la población argentina de parte de montoneros y otras organizaciones armadas, constituyen delitos de lesa humanidad. Por lo que solicitó la formación de causa penal contra los integrantes de esas organizaciones armadas.
En cuanto a esto, el fiscal Adler tenía preparada una respuesta para dicho pedido. Hizo alusión a que el testigo Muñoz se refería a reuniones ocurridas en el año 1979. Según Demarchi en este punto, el fiscal, estaba distorsionando la declaración del testigo.
En conclusión: todos estos hechos relatados por la testigo Masid, que comprometen a integrantes del Poder Judicial de Mar del Plata (Doctores Roberto Falcone, Daniel Adler y Rodolfo Pradas) fueron ocultados en una evidente autocensura de prensa por el único medio gráfico que queda en la ciudad de Mar del Plata, el diario ¨La Capital¨ cuyo director es Florencio Aldrey Iglesias. Resulta relevante destacar que el Dr. Falcone, a pesar de ser juez, ha sido columnista exclusivo de ese diario y que en el año 2012 fue designado por el diario, ¨personaje del año¨ por su actuación en el denominado juicio por la verdad.
Conducción de Montoneros en 1974 con los gobernadores aludidos
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