El aumento acumulado de la divisa, que alcanzó al 105,3% en 2018, hizo que una mayoría de argentinos optara por veranear en el país y recortar gastos. Estadías cortas, heladeritas playeras y compras en el supermercado.
Con playas repletas y una temperatura que rondó los 31 grados, Mar del Plata vivió ayer su más intenso día de playa desde el fin de semana de Año Nuevo. Con la llegada del buen clima y la promesa para hoy de otra jornada con una temperatura superior a los 33 grados, la temporada explotó y nadie quería perderse ayer un instante junto al mar. Sobre todo, en el marco de un verano en el que la característica saliente es la cautela y el ahorro. Una temporada low cost en la que rigen los destinos nacionales por sobre los extranjeros y en la playa se imponen hábitos austeros, como las estadías más cortas, la heladerita playera, la sombrilla propia y el supermercado antes que el restaurante a la hora de la cena.
El origen de estas tendencias hay que buscarlo en el 2018, cuando las sucesivas corridas cambiarias, el aumento del dólar (del 105,3% acumulado en un año) y la devaluación del peso más alta registrada desde el 2002, llevaron a un 68% de los argentinos que entonces planificaban sus vacaciones, a cambiar de planes en lo relativo al destino, mientras que el 80% tomaba decisiones para ajustar los gastos destinados al receso.
Así surge del estudio “Turismo en Tiempos de Crisis” difundido por las consultoras Kantar TNS y Kantar Millward Browny, que indica que el 80% de los turistas optimizó el gasto para no dejar de viajar adoptando, entre otras medidas, la de viajar menos tiempo del previsto (el 37% de los consultados), elegir un destino más barato (25%), contratar opciones de transporte y hospedaje más económicos (21%) o buscar métodos de pago más flexibles (12%).
Las consecuencias de esas decisiones ya se notan en las vacaciones 2019 en una serie de tendencias: la caída del número de argentinos en Uruguay (del orden del 57%, según un estudio de la Universidad ORT de Montevideo), en Brasil (del 40%, según autoridades turísticas brasileñas) y un incremento del número de viajeros que eligieron destinos internos para pasar estas vacaciones, que se estima alrededor de un 20% superior al del año pasado.
Según una encuesta realizada por un sitio de Internet especializado en el alquiler de propiedades para las vacaciones, el 70% de los argentinos decidió esta temporada veranear en el país. Para la secretaría de turismo de la nación, eso representa una caída en general del 30% de los viajes al exterior con relación al año pasado, a pesar de las promociones y beneficios para viajar a los destinos tradicionales fronteras afuera que se dispararon tras la devaluación. Y a pesar de los esfuerzos en los principales balnearios brasileños y uruguayos para mantener los precios del año anterior.
El escenario resultante trajo algunas sorpresas. En la costa bonaerense y en Mar del Plata se nota un aumento del número de turistas, aunque las playas más exclusivas, como Pinamar y Cariló, registran niveles de ocupación considerablemente más altos y más regulares que los de otros balnearios de la Costa, como por ejemplo Mar del Plata.
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