jueves, 24 de enero de 2019

"EN VENEZUELA SOLO EL PUEBLO PONE, SOLO EL PUEBLO QUITA"



En un juego de pinzas, el líder opositor Guaidó se autoproclamó presidente interino
 y Trump y todos los gobiernos que lo siguen, incluido el de Macri, lo reconocieron
 de inmediato. Maduro denunció el intento de golpe y rompió relaciones con EE.UU.
 El choque se expresó en las calles, con dos grandes marchas contrapuestas
Maduro rompió relaciones políticas y diplomáticas con el gobierno de Estados Unidos.
Maduro rompió relaciones políticas y diplomáticas con el gobierno de Estados Unidos. 

Imagen: EFE
El líder de la opositora Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó,
 se autoproclamó presidente interino de Venezuela en un nuevo intento 
de deslegitimar el gobierno de Nicolás Maduro y que el mandatario bolivariano
 denunció como un intento de golpe de estado orquestado por Estados Unidos. Guaidó fue respaldado por el presidente Donald Trump y el Grupo de Lima, con excepción de México. Mientras, el pueblo venezolano salió a las calles en dos movilizaciones. Una
 opositora convocada por Guaidó y otra en respaldo a Maduro. Según informó
 el Ministerio Público, la jornada terminó con seis muertos. Desde el Palacio de Miraflores y con el respaldo de miles de venezolanos, Maduro rompió relaciones políticas y
 diplomáticas con el gobierno de Estados Unidos y le dio a Trump un
 ultimátum de 72 horas para que su diplomacia abandone el país. “Hoy 
el gobierno de Estados Unidos dirige una operación para imponer a través 
de un golpe de estado un gobierno títere a sus intereses en la república de
 Venezuela. Pretenden elegir y designar al presidente de Venezuela
por vías extraconstitucionales”, dijo y luego arengó: “¡Fuera, se van, acá
 hay dignidad y pueblo dispuesto a defender esta tierra!”. Mientras tanto,
el pueblo en la calle cantaba: “el pueblo unido jamás será vencido”. En su
discurso desde el histórico balcón del Palacio, Maduro anunció que recibió
el apoyo telefónico del mandatario de Turquía,  Recep Erdogan. 

Horas antes y ante cientos de venezolanos en el este de Caracas, Guaidó 
se adjudicó las competencias del ejecutivo en el marco de lo que llamó la
 lucha contra la usurpación de la presidencia, una reedición de lo que hizo
 hace dos semanas, días después de la segunda investidura presidencial 
de Maduro. La oposición considera ilegítimo el gobierno del líder bolivariano
 porque argumentan que las elecciones del 22 de mayo no fueron
 transparentes debido a que varios candidatos opositores no pudieron
 participar. Una tesis que el gobierno desestimó desde un inicio
 principalmente porque en los comicios Maduro consiguió más del 60 por
 ciento de los votos. En su discurso, Maduro argumentó que se trata de 
otra artimaña con el fin de continuar con la tradicional política intervencionista
 de Estados Unidos en toda la región americana. La respuesta le llegó horas
 después, cuando el Departamento de Estado le negó autoridad para romper
 relaciones.
Entre gritos de júbilo y euforia, Guaidó dijo que el de ayer fue un paso más 
para instaurar un gobierno de transición y lograr elecciones libres. Alertado
 de las consecuencias de su decisión, Guaidó pidió al pueblo que lo 
acompañe: “Sabemos que esto no es algo de una persona, que esto va a
 tener consecuencias,  que es necesario  mantenernos en las calles de 
Venezuela hasta lograr la democracia, no vamos a permitir que se desinfle
 este gran movimiento de esperanza y fuerza nacional”. También juró por el
 compromiso de la no violencia. “¿Nos vamos a cansar? No señores, vamos 
a insistir hasta la democracia, hasta la libertad, hasta que a cada venezolano
 le llegue el pan a la mesa, hasta que regrese el agua, el gas a las casas de 
Venezuela, hasta que nuestros hijos regresen a nuestro territorio nacional,
 hasta que logremos en definitiva la prosperidad”, agregó. Mientras tanto a
 su alrededor los simpatizantes sonaban bocinas y pasaban autos y motos 
ondeando banderas de Venezuela. “Lo que ha ocurrido hoy nos brinda 
esperanza, este pueblo lo que tiene hoy en día es esperanza, es una 
necesidad clara de que salgamos adelante”, dijo José Gregorio Flores,
 profesor universitario de 43 años que asistió a la convocatoria. Horas
 más tarde y en otro acto desafiante, poco tiempo después de que Maduro
 rompiera relaciones con Estados Unidos, Guaidó lo contrarió y dijo que
 mantendrá relaciones diplomáticas: “El Estado de Venezuela desea 
firmemente que mantengan su presencia diplomática en nuestro país”.
 Las movilizaciones opositoras recorrieron los 23 estados del país y el 
distrito capital, al tiempo que se replicaron en Australia, en Ginebra, ante
 la sede de la ONU, en Santo Domingo y en Miami. 
Las movilizaciones a favor de Maduro tampoco se quedaron atrás.
 Decenas de miles de seguidores marcharon ayer en Caracas y otras
 ciudades del país para defender el segundo gobierno del mandatario
 bolivariano. Por la tarde llegaron al Palacio de Miraflores donde presenciaron
 el discurso oficial. “Nosotros debemos resguardar la decisión del pueblo del 20 de mayo d 2018 de respaldar el gobierno de Maduro y en prevención de las maniobras dirigidas desde el imperio. Nos encontramos en movilización permanente y en vigilia desde el palacio de
 Miraflores” dijo un manifestante a Telesur, haciéndose eco de lo que 
previamente había dicho Diosdado Cabello, primer vicepresidente del Partido
 Socialista Unido de Venezuela (PSUV). “Lo propongo aquí formalmente, que
 a partir de esta noche nos instalemos en vigilia en el Palacio de Miraflores 
(...), doy instrucciones al PSUV para que nos organicemos y estemos ahí,
 frente al Palacio”, incitó Cabello. El discurso oficial tuvo otro interlocutor 
clave: las Fuerzas Armadas. Desde el balcón presidencial Maduro celebró
 la lealtad de las Fuerzas, dos días después de que 40 soldados rebeldes
 intentaran un levantamiento. Horas más tarde, el ministro de Defensa, 
Vladimir Padrino, confirmó que la Fuerza Armada defenderá la Constitución
 y será garante de la soberanía nacional. 

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