Escribe Cristina Vañecek
Hoy en día es más fácil ir a los medios y sentirse protegido, que acudir a la justicia y que los supuestos programas de protección a testigos (si es que existe alguno) cumplan la función para la que fueron creados: que quien sabe o conoce un delito grave pueda denunciarlo y saber que su persona o su familia estarán protegidos.
Un claro ejemplo es lo que viene sucediendo hace un tiempo, desde que en un programa periodístico, un "famoso" hizo una serie de denuncias que luego desmintió. Casualmente las mismas denuncias que hizo hasta ese momento un desconocido dueño de financieras, que luego también dijo estar "ficcionando". Y, más allá de la veracidad de las palabras tanto de uno como de otro, la Justicia demoró cuatro días en hacer allanar el lugar en donde las operaciones denunciadas se realizaban, permitiendo así que cualquier prueba fuera retirada del lugar y que todos los afectados queden como las blancas palomitas de "Jacinta Pichimahuida".
La cuestión es que cada vez más, los medios están operando en un rol que debería ocupar la justicia. Pero, paradójicamente, ésta genera dudas y poca confianza en la gente que debería denunciar en una fiscalía y no en un programa de televisión... Un claro ejemplo es el "testigo de identidad reservada" del caso Candela (la nena de 11 años que nos tuvo en vilo durante una semana y luego apareció muerta, revelándose una enorme cadena de posibles razones del crimen), quien sufriera una extraña explosión en la casa en la que estaba, justo el día que no tenía custodia, y que le costó la vida. Es decir que la única persona que, aparentemente, contaba con información...ya no está más. ¿Funciona el sistema de "testigo de identidad reservada" en nuestro país?
Un conocido, cuyo hijo fue asesinado hace unos años, me contó que durante el juicio a los criminales, los "testigos de identidad reservada" fueron citados a declarar, y con los acusados en la misma sala, un secretario se asomó y pidio que "quienes declararon bajo identidad reservada levantaran sus manos para confirmar su asistencia". ¿Una burla, falta de profesionalismo, indiferencia, estupidez? Imaginemos lo absurdo de la situación y pensemos por qué tan pocas personas realizan denuncias, sobre todo bajo esa modalidad.
Cuando en el año 2001 hubo en nuestro país una gran denuncia por pago de sobornos en el Senado de la Nación para la aprobación de leyes, el testigo principal, Mario Pontaquarto, se vio obligado a sacar a su familia del país por razones de seguridad, y, más allá de su participación en el traslado de valijas, quedó totalmente desacreditado por los políticos acusados de recibir sobornos, y los políticos acusados de recibir sobornos...siguen ocupando sus lugares en diferentes espacios de la política (¿se acuerdan del "que se vayan todos"? les recuerdo que, a excepción de Chacho Alvarez que renunció apenas se enteró, de De la Rúa que salió en helicóptero luego de que mataran cerca de 20 personas en Plaza de Mayo y de Cavallo, a quien no le quedaba otra por ser el padre del "corralito"...no se fue ninguno!)
Al juez que quiso investigar las muertes por las inundaciones en la ciudad de La Plata se le impidió hacerlo, y gracias a la difusión que tuvo el caso en las redes sociales, se le permitió volver a hacerlo (habría que ver qué y cómo investiga y si, gracias a la cantidad de días que pasaron, no se "eliminaron" pruebas que le permitirían hacer mejor su trabajo)...Y el fiscal que pidió el procesamiento del amigo del poder en la causas de lavado, sufrió amenazas hacia la vida de sus hijas para obligarlo a declinar en su actitud...
Ahora descubro en un enlace que otro fiscal sufrió el secuestro de su hijo en el año 2005 cuando investigaba el enriquecimiento del entonces presidente, ¿la independencia del poder judicial está coaccionada por el poder político y ahora, al descubrir que algunos primero se "cubren" descubriendo ante las cámaras de la televisón sus chanchullos, comienzan a salir a la luz para así sentirse protegidos? ¿No sería ése el rol de la "justicia", proteger a quien tiene información sobre un delito y evitar que sea amenazada su vida o la de su familia?
Aparentemente, desde el poder se desvirtúa la información, alegando el aburrido argumento de que los "grupos" tienen actitudes destituyentes, cuando se trata de información sobre dinero público que falta en hospitales, escuelas, caminos y muchos territorios de nuestro país que ven vulnerados sus derechos, y que al no salir en los grandes medios, ignoramos el destrato, abandono, persecución y muertes que padecen.
¿Algún día la Justicia se quitará la venda y cumplirá con su rol de proteger y cuidar a los ciudadanos que en definitiva, somos los que permaneceremos y no en amparar políticos que hoy están y mañana, gracias al recambio constitucional, no?
Si quienes tienen la función de cuidarnos de los deshonestos, los asesinos, los funcionarios corruptos ligados a poderes siniestros no lo hacen, ¿a quién llamamos, al Chapulín Colorado?
