* José Luis Jacobo
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Hace unos dias los marplatenses fuimos sorprendidos por una importante pegatina en la vía pública con el rostro de Florencio Aldrey Iglesias y la leyenda Aldrey + Otero = Mafia. Lástima que esta clase de verdades se vuelquen de manera anónima, lo cual le resta impacto y verosimilitud al asunto. El tema fue recogido por distintos medios de comunicación, que reprodujeron el libelo, continuidad de una volanteada que, con la misma foto, se había desparramado anteriormente por toda la ciudad con otra leyenda: “Gallego, dejá de robar”.
La movida ha conmovido al coruñés. Durante el pasado fin de semana y en ocasión de la recepción en el Torreón del Monje a las presidentas de Argentina y Chile en el marco de la Regata del Bicentenario, se lo vio aproximarse insistentemente a Daniel Scioli, y exigirle una respuesta inmediata que estableciera responsabilidades por semejante agravio. Por increíble que parezca, el sujeto que se dice dueño de la voluntad del Intendente, los concejales y aún del mismísimo Gobernador, no hallaba una respuesta a su demanda. Nadie acierta a dar una respuesta acerca de quién es el autor y cuáles son los motivos de estas diatribas públicas sobre Aldrey, su socio Otero y sus inconductas sobre la terminal de ómnibus, entre otras cuestiones. El director propietario del Multimedios La Capital aduce tener un informe de inteligencia proporcionado por una alta autoridad policial en el que se acusa por la campaña gráfica a un conjunto de vecinos que hoy están en disputa económica con él y con su socio Otero, anche sus compañeros de ruta Jerónimo Mariani, Miguel Martínez Alliú, Marcos Cabrales, Fernando Miconi y Luis Zamora. El capítulo del “informe” de inteligencia abre un damero de preguntas. ¿Existe tal documento? Si ése fuera el caso, ¿señala a quienes Aldrey acusa? Veamos. Si hubiera un informe realizado por autoridad policial alguna, estaría violando la Ley de Seguridad Interior. No obstante que pudiera haberlo, le doy más crédito a fuentes que insisten en señalar que esta movida es parte de un ajuste de cuentas por la actual relación que mantienen Otero y Aldrey, relación que deja fuera del juego a otros actores políticos y económicos que pretenden asistir al festín de negocios que se abre en la ciudad, y están siendo condenados a dejar la ñata pegada a la vidriera, viendo pasar los billetes. Por ejemplo: cafetería. Otero tiene su esquema armado, aunque aquí debió ceder por imposición de Aldrey a comprar sólo café Cabrales. Por otro lado, en medio del intento de apoderarse de la vieja terminal, la contratación de IMASA, propiedad de Miconi, quita de la escena a otros habituales socios de negocios de Otero. La propia relación entre Otero y Aldrey es vidriosa, ante el fracaso que ha resultado la comercialización del Gran Hotel Provincial y la falta de recursos económicos de Iglesias para afrontar con un mínimo de dignidad la Cumbre de Alcaldes. El ibérico obtuvo de Otero dos millones de dólares a cambio de asociarlo al negocio de las máquinas tragamonedas que, según prometió, se instalarían en la sala de juego del Provincial. La movida sería simple: Otero ponía dos millones de dólares “cash”, quedaba asociado al juego y todo cerradito. Pero ocurrió que la Legislatura provincial metió la cola -o cumplió con su deber- y el acuerdo entre los socios se arruinó.En una sorda batalla política liderada por el vicegobernador Raúl Balestrini, la posibilidad de una ley correctiva que diera lugar a modificaciones en el pliego que entregó el Provincial a Iglesias quedó trunca. Esta situación abrió heridas y odios, que se cuecen en La Plata y Buenos Aires, pero han tenido sus secuelas y réplicas en Mar del Plata. No por nada Jerónimo Mariani les pidió a periodistas del diario Clarín que si escribían sobre el proyecto que él ha presentado para la vieja terminal, no citaran a Florencio Aldrey Iglesias. Es que el pequeñín multi depredador ya huele mal, y luce peor. Y hay que alejarse de la foto con él.
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