*Maria Jose Garufi
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“Los juguetes son unas cosas de plástico que no deberían ser importantes, pero de alguna manera les damos personalidades y resultan muy significativos para nosotros y nos dan seguridad en la infancia, algo que llevamos a la adultez”.
Con esta simple frase el director Lee Unkrich resume lo que desde su creación en 1995 “Toy Story” ha generado en cada uno de los mortales que la han visto…una y otra vez.
Y desde hoy, con su tercera parte estrenándose en las salas de todo el mundo, la sensación no será para nada distinta. Es más…¡SE TRIPLICA!
Los mundialmente conocidos personajes Woody y Buzz, regresan con más aventuras, más emociones, más amigos y nuevos enemigos. Sí, porque al dúo y sus amigos Slinky, la vaquerita Jessie y su caballo, Sr. y Sra Papa, Rex, Hamm, los tres Aliens y Barbie, se suman decenas de nuevos juguetes entre los que se destacan el bebote, el malvado oso de peluche Lotso, el payaso Chuckles, un puercoespín aficionado a la actuación y Ken.
Pasaron 15 años desde que conocimos a Andy y sus muñecos. Hoy, ese niño ya es un joven a punto de ir a la universidad y sus juguetes, se van a guardar en el ático dentro de una bolsa. Pero tras una confusión, decidirán meterse en una caja de donaciones, que la mamá de Andy lleva a la guardería "Sunny Side" donde deben tratar de sobrevivir no sólo a los tratos de los niños de guardería sino también a los mandatos de los juguetes del pre-escolar.
Woody intenta salvar a sus amigos y hacerlos regresar con Andy antes de que se vaya a la universidad, pero muchas complicaciones llevarán a estos amigos al límite de sus vidas antes de que puedan cumplir su meta.
Lejos de lo sucedido con otros films animados (Shrek, por ejemplo) donde al avanzar en sus secuelas se fueron desluciendo, esta nueva edición del que fuera el primer largometraje de los estudios Pixar (además de ser considerado como la primera cinta con efectos de animación en estrenarse en toda la historia del cine) sigue ponderando a la historia y los personajes por sobre cualquier efecto visual.
Más allá de los protagónicos, cada uno de los juguetes tendrá su momento de lucimiento, en general, a través de situaciones de hilarante humor, disparadas por reacciones inesperadas y un arsenal de chistes rápidos y eficaces.
Pero así como durante una hora y media nos damos una panzada de humor y aventura, esta vez los creadores de Toy Story juegan con el suspenso, el drama y enfocan la historia sobre un sentimiento que entenderán mucho más los grandes que los pequeños que asistan al cine: el miedo a los cambios y a crecer.
En resumen, Lee Unkrich (codirector de Toy Story 2, Buscando a Nemo y Monsters, Inc.) junto con su equipo, han logrado una vez más un film donde los chicos podrán disfrutar de las nuevas aventuras de sus juguetes favoritos, mientras que los grandes no podrán evitar remontarse “al infinito y más allá” de sus recuerdos y añorar a aquel “amigo fiel” que los hacía tan feliz.
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