martes, 6 de julio de 2010

JUBILACIONES: UN DEBATE QUE NO ADMITE VUELTA ATRAS


* Gerardo Gómez Muñoz
www.lacapitalmdp.com


La discusión es ahora cómo instrumentar, si será compartimentado o de qué manera se financiará. etc. Pero a una semana de instalarse en el Congreso, el tema de la solución al problema previsional o, esencialmente, a la parte correspondiente al aumento o actualización de los salarios de los jubilados, no admite que, una vez más, los postergados sean burlados. Nuestros inefables políticos: Néstor Kirchner picó en punta acusando a los irresponsables que querían dilapidar en un año los fondos existentes. Ministros y voceros oficiales hablaron de los demagogos que engañaban al pueblo con promesas imposibles de cumplir. Impresentables representantes de la oposición y defensores -como Patricia Bullrich del "lilismo" y Gerardo Morales de la UCR de la quita del 13 por ciento al ingreso de los jubilados en el gobierno de De la Rúa- salieron a la palestra con argumentando que la negativa del gobierno a las actualizaciones era pura perversión kirchnerista. Corifeos del amplio espectro -empresarial, político e ideológico- del neoliberalismo encendieron las alarmas por el peligro de que los aumentos aticen la inflación.Al cabo de 10 días el gobierno parece que ha comenzado a advertir que la lentitud, quizás por especular con una fecha más cercana al tiempo preelectoral, para levantar una bandera que por principios es peronista no lo autorizaba a negar la urgencia requerida por los millones de jubilados reclamantes. Tendría que haber recordado que, según los estudiosos la primera ley jubilatoria -la de los empleados públicos tiene unos 106 años- que siendo secretario de Trabajo y Previsión el entonces coronel Juan Domingo Perón fue el que la generalizó en 1945 hasta completarla como presidente. Ahora la discusión sólo puede derivar hacia cantidades pero ya no sobre la oportunidad porque, en todo caso el gobierno ya la perdió. La discusión puede ser sobre si el 76 por ciento o el 50 es el porcentaje de pasivos a cubrir con el aumento que los ponga al menos a la altura del salario mínimo.Y hasta no faltará algún economista progre que ponga en duda que le corresponda la actualización a un matrimonio de dos jubilados aunque cobren la mínima ¡porque considera la suma de ambos! Tampoco podrá obviarse la posibilidad enteramente legal de que, finalmente, el veto presidencial ponga patas para arriba la mesa. Tal vez Cristina no arriesgue una jugada a pura pérdida como ésta, si simultáneamente no se dé a conocer una medida de emergencia que repare parcial y provisoriamente la injusticia vigente desde hace tanto tiempo.Con voz propiaEl marplatense titular de la CGT nacional Hugo Moyano con la gruesa argumentación de un defensor de los trabajadores dijo ayer "nadie puede estar en contra de un aumento". Admitió, pero como complemento asertivo, que "tienen que estar los recursos". Hasta concedió que la adecuación de los incrementos pueda ser progresiva, pero no habló de oportunidad ni de desfinanciamiento. Por las dudas hay que recordar que Moyano, demás de firme defensor de "este proceso de reconstrucción y redistribución nacional", es vicepresidente del Partido Justicialista, pero también que no está sujeto a la disciplina u obediencia debida de los legisladores.Otra voz local que resuena en estos días, es la del ex "Concertación K", hoy vuelto a las filas radicales y con historia profesional y de funcionario en el campo previsional, diputado nacional Gustavo Serebrinsky y también tiene argumentaciones diferenciadas. Dice contar con indicios de que la rémora gubernamental en encarar al menos soluciones de urgencia para los jubilados se debería a la concepción con resabios liberales -estima él- de funcionarios del área como en su momento Sergio Massa, ahora Amado Boudou y Diego Bossio. Refiere que la misma resistencia, pero acallada por Lilita Carrió más interesada en esmerilar al gobierno, se advierte en el ARI con Alfonso Prat Gay a la cabeza. No deja de señalar que también hay figuras en la UCR que actúan con rechazos en sordina "porque no se debe olvidar que siendo Melchor Posse titular de la ANSES anunció un estudio para aumentar a los jubilados y de la Rúa, por teléfono y a instancias de Domingo Cavallo le exigió la renuncia". Consecuentemente enfatiza que "yo no estoy jugado ni por revancha contra el gobierno del que me alejé o para hacer méritos con Cobos, sino porque siempre estuve cerca de Posse y sus aciertos en esta cuestión". Precisamente en esta fidelidad a los Posse finca la firmeza de su postura, al tiempo que rechaza todo apetito de ganar posiciones, a través del tema previsional, en el cobismo provincial al advertir que el hasta ahora espadachín mayor bonaerense de Julio Cobos, el también local Daniel Katz, acaba de ser desalojado de la conducción provincial por Mario Meoni y Gustavo Posse.Fiestas eran las de antesCon expectativa dada la reserva reinante se aguardaba en el radicalismo -cobista los fastos de 4 de julio- no los de la Independencia de Estados Unidos-, sino los del cincuentenario del nacimiento del hijo ilustre de Villa Cañás, Daniel Víctor Katz Jora. Los más desmesurados hablaban de la posibilidad de festejos vinculados a la magnificencia de los tradicionales cruceros con aires de estudiantina a las costas de Copacabana. Por el clima y la necesaria presencia familiar, admitían que, esta vez podía limitarse al cruce hasta Punta del Este. Al aproximarse las vísperas reconocieron que su imaginación parecía haberse internado mar adentro del delirio y se consolaron pensando que sería una gran fiesta con el líder Julio Cobos -vicepresidente de la República- encabezando a los agasajantes que en legión vendrían de la capital y del Congreso Nacional. De paso se podría aprovechar para darle mayor vuelo a la idea de reflotarlo para su reaparición imponente en Mar del Plata y plantarlo desde ya como sucesor de Gustavo Pulti. Llegó el gran día y nada de eso pasó, tampoco fue un "chorizo party". Costoso salón de Urquiza y el Boulevard fue alquilado y cerrado para los 120 o poco más invitados. La entrada fue impresionante a los sones de "El Matador" el mismo tema que recibía a Carlos Menem.Precisamente, hablando de líderes del pasado, los menos cariñosos con el Ruso -son los que más abundan- no dejaron de señalar con perfidia que se lo ve muy gastado para la escasa cincuentena. Siempre hay uno más malo aún y fue el que señaló ante varios contertulios que "no existe nada que golpee y avejente más que una derrota, y éste ya lleva cuatro al hilo en menos de tres años". Pero sobraron evidencias del buen pasar del cincuentón que hicieron las delicias de familiares, amigos políticos, socios y colegas. Sushi delicadísimo, mesa de fiambres de exportación, perniles tiernos, vinos de calidad certificada, costosas champañas y whisky de allende los mares.Insoslayable fue la ausencia en la fiesta de casi todo signo radical, prácticamente nada más allá del cobismo-katzista y para colmo escasos, sólo los fieles adherentes de "como la hiedra a la pared" diría el bolero: Guaza González, Julia García y Graciani, Alonso, Pagni, Pérez. Encomiable lo de Aníbal Drago hoy próspero funcionario de Mauricio Macri que apenas llegado de su viaje por Miami y otros sitios de Estados Unidos hizo cabotaje para llegar hasta su amigo. De paso esto sirvió para demostrar que cada vez son menos los fieles o que el rencoroso Ruso todavía no olvida que hace un mes nadie respondía a su celular que desde el asado en las Sierras clamaba "vayan a votar, por favor". Y fueron muy pocos, como se recordará, porque más los aliados de otras líneas apenas sumaron 500 para dejarlo desnudo ante Cobos a quien le había prometido 900, pero "de ventaja". Tampoco cabía esperar que viniesen otros cercano al vice (de Cristina) que están chochos porque luego de la última derrota consiguieron eyectarlo de la cercanía y de sus ínfulas de consejero político. Tampoco creer -ni querían- que estuviesen Fredy Storani y Leopoldo Moreau los que habían creído que asociados al mago de Villa Cañás saldrían de sus nichos de la mano de este salvador. Pero al fin y al cabo y con la resignación debida, todo estuvo bien y "de onda". Lo único desagradable fue cuando salían los pocos que quedaban, allá por la cinco de la mañana, pero casi nadie lo advirtió. En una típica "joda" de la estudiantina de Franja Morada que el mismo Ruso solía armar se escuchó que el "DJ" acometía con el tradicional tema subtropical "El Camaleón"... "El camaleón, mamá, cambia de colores según la ocasión", apenas unos versos y una mano rápida consiguió advertir el posible mal entendido o doble sentido que podría encerrar la canción. El Ruso estaba a esas horas sereno y triunfante o al menos lo disimulaba bien y otros estaban peor.

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