sábado, 15 de enero de 2011

EN MACHU PICCHU, ESTUVE CERCA DE DIOS

Escribe Maria Vanesa Castagnoli

Mi experiencia en Perù, Machu Picchu fue hermosísima; jamàs en mi vida pensé que podía experimentar una aventura semejante, y lo espectacular es que lo vivì junto al amor de mi vida.
Cada vez que reviso los videos, notas y fotos , mis ojos se humedecen y mi alma explota , me siento plena, siento que estuve con Dios. En realidad, lo anecdótico, no es solamente el templo y la ciudadela, sino la comunión con los quechuas, otros turistas, la imponente y majestuosa naturaleza y nosotros, mi esposo y yo.
Las noches que acampamos fueron simple y llanamente mágicas y la tibieza humana fue lo que reinò en todo momento, la solidaridad, sin importar raza ni origen social, fue realmente conmonvedor. El egoísmo propio del hombre queda de lado y florece lo mejor de cada uno, brilla la verdadera inocencia ìnsita en cada hombre.
Hay sensaciones difíciles de describir para un no poeta…pero lo cierto es que después de esta expedición jamàs seremos los mismos…
Es admirable el trabajo de los porteadores, los quechuas, es la misma tarea que realizan los yerpas en Nephal, sin ellos sería imposible realizar esta travesìa; o quizás si, pero no tan placentera y fantásticamente…
Me gustaría que el mundo entero sepa de ellos, por mi parte yo siempre los llevarè en mi corazón y en mi inteligencia de todos los días, ya que con su sabiduría, quizás, sin quererlo ,me han enseñado mucho…

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