domingo, 23 de enero de 2011

MAR DEL PLATA: LA CALLE ALEM SE CONVIRTIO EN UN INFIERNO PARA LOS VECINOS DE PLAYA GRANDE

Por Luciana Acosta
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El presidente de la Asociación Vecinal de Playa Grande, Carlos Carricart, dijo que pese a los controles que efectúan los agentes de la Dirección de Inspección General en los bares y boliches de Alem, los desmanes están a la orden del día. Según manifestó, la situación “está claramente desbordada” y se convirtió en una “gran tragedia” para los habitantes de la zona.

En declaraciones a Radio Nativa, el vecinalista sostuvo que los episodios que debieron soportar durante la madrugada del sábado “fue algo pocas veces visto” y no dudó en calificarlo de “gran tragedia”.

Pese a que reconoció que Inspección General de la Comuna lleva adelante clausuras y demás medidas en aquellos establecimientos de esparcimiento nocturno que no cumplen con la legislación vigente, señaló que se pueden ver todas las noches “25 ó 30 mil personas cortando las calles Alem e Irigoyen”, por lo cual se preguntó “¿Dónde va toda esa gente si son tan estrictos los controles del factor de ocupación?”.

En ese orden, Carricart aclaró que si bien “tratamos de ser comprensivos, la situación está claramente desbordada y el estado de las cosas es trágico”. “Las autoridades municipales podrán utilizar sus herramientas lo mejor que puedan, pero algo está pasando o no hay colaboración de alguna de las partes. Cuando vemos este tipo de desmanes, escapa a cualquier tipo de tolerancia o comprensión que uno pueda llegar a tener pensando que es una ciudad turística, que es verano y un montón de atenuantes”, completó.

Asimismo, subrayó que en ese corredor nocturno el “nivel de violencia y de exceso que se ve desde temprano” y especificó: “A las tres de la tarde en la playa hay chicos muy jóvenes con las heladeras colmadas de bebidas alcohólicas que mezclan a la vista de todos, algo que después continúa en otros lugares”.

Ante ese panorama, admitió que “se hace difícil después explicarle a los vecinos que tendremos un aumento de tasas y de impuestos provinciales porque estamos en una zona de supuestamente mayores recursos y privilegios y lo que nos devuelven en servicios es casi nulo porque las desventajas que nos acarrea vivir en esta zona son infinitamente desproporcionales”.

“No hablamos desde una postura mojigata ni nada por el estilo porque uno entiende que una ciudad turística debe tener una actividad recreativa y de esparcimiento, pero queda absolutamente demostrado que es incompatible mezclar la residencialidad con este tipo de actividades que están elevadas a un exceso de una forma realmente alarmante”, sentenció.

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