jueves, 31 de marzo de 2011

UNA HISTORIA INCONCLUSA DE HEREJES Y NECESIDADES

Escribe Eduardo Cao para
El Retrato de Hoy


Aquello de “Cosas veredes, Sancho, que farán fablar las piedras…” no salió del Quijote. Resulta que la frase proviene del Romancero del Cid, según el estudioso español José María Iribarren y, textual, forma parte del reto del rey al enojado Rodrigo Díaz de Vivar: “Cosas tenedes, el Cid,/que farán fablar las piedras…” Haya sido uno u otro, sea “veredes” o “tenedes”, la Argentina sería una fuente inagotable de inspiración para Cervantes y el anónimo relator de las hazañas de El Campeador. ¿Que estoy delirando? Lea lo que viene y después hablamos. “¿Acaso no destruimos a nuestros enemigos cuando los hacemos amigos nuestros?” (Abraham Lincoln, 1809/1865, decimosexto Presidente de los Estados entre 1860 y 1864; reelecto ese año, fue asesinado tres meses después de haber asumido su segundo mandato, el 15 de abril de 1865)
Hay enemigos y enemigos. Sobre todo en política. Y más en la Argentina, donde queda a diario demostrado que los límites entre el amor y el odio se esfuman a poco que surjan otras necesidades imperiosas como, por ejemplo, la conveniencia, palabra que también significa ventaja según el diccionario.
Ventaja… Sí que algunos connacionales se ufanan de ser expertos en ese campo de la competición, cualquiera sea el rubro. Si es para mantener poder, mejor: más se disfruta.
Aunque hoy se constituya en fugaz, el repaso histórico de la relación entre Néstor Kirchner y Carlos Menem se detiene en tres circunstancias temporales: la subordinación del patagónico gobernador al riojano presidente; la crucifixión del modelo liberal noventista del kirchnerismo en la cúspide, y aquel episodio que provocó la famosa “vergüenza ajena” al espectador –prevenido o desprevenido, menemista o crítico- como lo fue el escatológico gesto que se presume “antimufa”, protagonizado por Kirchner al tomarse los testículos ante la presencia del Menem senador.
Todo eso ocurrió, está escrito, escuchado y visto. Si hubiera pasado en la “barra” de las desaparecidas esquinas de cualquier barrio de mediados, y algo más, del siglo XX, la cuestión no tenía retorno. “La plata es lo de menos”, se cantaba entonces, y los muchachos nunca más se cruzarían ni siquiera un saludo.
Pero los tiempos cambian y el patrón humano que medía el orgullo, el amor propio, en fin, la honra, está en vías de extinción.
Tanto es así que el denostado ciudadano de Anillaco, acusado de ser el destructivo demonio neoliberal en las tribunas kirchneristas, ha dado un giro total: su partido provincial “Lealtad y Dignidad” (vaya flagrante contradicción con los hechos) apoyará al gobernador kirchnerista de La Rioja, Luis Beder Herrera, en las elecciones del 29 de mayo. A cambio, “será homenajeado con el voto para la senaduría nacional”, según la concejal menemista Claudia López al citar la propuesta del propio mandatario riojano.
Será un período más de inmunidad legislativa con su correlato judicial ante las causas que el ex presidente afronta. No hace falta ser analista político para deducirlo. Como tampoco inferir que el voto de los riojanos a la relección –no sólo la de Beder sino la de CFK- es la moneda de cambio. Dos más dos son cuatro, por más que algunos, y en especial la llamativamente silente ala progresista del Gobierno, se empeñen en ponerlo en duda.

caoelretrato@live.com.ar

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