LA DESVERGUENZA HECHA POLITICA

Escribe Adrian Freijo


Algunos hombres amamos la política porque amamos nuestros derechos.
Y la política es un derecho.
Hacerla es un derecho, elegirla es un derecho, guardarla dentro del alma o exteriorizarla en forma de militancia es un derecho.
Pero también la amamos porque es un deber y amamos nuestros deberes.
Deber de hacer algo por los demás, deber de perfeccionarla y ser cada vez mejores para ella, deber de prepararse y no improvisar....DEBER MORAL SOBRE TODAS LAS COSAS.
La política actual es denigrante de la persona humana.
TRIUNFAN LOS MÁS VIVOS Y QUEDAN EN EL CAMINO LOS MÁS PUROS; CONSIGUEN LOGROS LOS OPORTUNISTAS Y SE HUNDEN EN EL FRACASO AQUELLOS QUE HAN SIDO COHERENTES CON SU PENSAMIENTO, SU DECIR Y SU VIDA.
En la política argentina basta con ser un ser deleznable para ver el éxito a la vuelta de la esquina.
No es para puros, no es para quienes piensan en sus semejantes, NO ES PARA LOS QUE CREEN QUE EN LA DEMOCRACIAS SIEMPRE DEBE PRIMAR LA DECISIÓN DE LAS MAYORÍAS.
Porque la democracia argentina ya no es para mayorías.
Los partidos políticos han desaparecido dejando su lugar a un sinnúmero de sellos partidarios vacíos, descartables....miserabvles.
Los dirigentes saltan de sello en sello, de ideología en ideología a cambio de un cargo, dos puntos más en una encuesta o, generalmente, unos pocos pesos.
Mar del Plata no es la excepción.
NUNCA EN LOS ÚLTIMOS PROCESOS ELECTORALES SE RESPETÓ LA VOLUNTAD DE LA CIUDADANÍA.
Siempre -con motivos más o menos creíbles- los elegidos terminan haciendo lo que les conviene personalmente en vez de CUMPLIR EL MANDATO DE LA GENTE.
¡¡¡ El mandato de la gente!!!...¿a quién le importa el mandato de la gente?.
El impresentable concejal Lucchessi acaba de impetrar su segunda traición en apenas dos años. LLegó con Arroyo...al día siguiente se fué sólo; tocó todos los timbres peronistas para ver quien lo recibía....Y TERMINÓ CON PULTI.
Ricardo Palacios tuvo que dejar su banca por un caso de corrupción. PORQUE LA INCOMPATIBILIDAD DE CARGOS Y EL COBRO DE DOS HABERES DEL ESTADO ES CORRUPCIÓN ACÁ Y EN LA CHINA.
Un tiempo de espera...una sociedad desatenta....¡¡¡ Y VOLVIÓ!!!!
Al mismo lugar y a la misma banca.
Pero además salió corriendo a "operar" políticamente en el barrionuevismo, apenas pocas horas después de mostrar su catadura BRINDANDO A LOS GRITOS POR LA MUERTE DE KIRCHNER.
Y fué bien recibido; y comenzó la tarea de convencer a Barrionuevo y Cía. de la conveniencia de designar a Carlos Fernando Arroyo como candidato a intendente del Peronismo Federal, para lo que no hesitó en descalificar a los gritos a todos aquellos que no representaban su interés QUE TUVO EL CORAJE DE DEFINIR COMO "ESTO ES LO QUE QUIERE EL INTENDENTE Y CON ARROYO TENEMOS TODO ARREGLADO".
¿Qué Arroyo no es peronista?...a quién le importa.
Es un hombre dúctil al poder (siempre lo fué) que "hace de malo" pero siempre está ahí...cerca...demaqsiado cerca.
Pero Barrionuevo -que hoy ama a Duhalde y en 1999 apoyó la candidatura de Pulti a cambio de un par de concejales y en contra del proyecto de Duhalde que era encabezado por quien este escribe y que doce años después sigue firme en el mismo lugar y junto al mismo líder- tampoco le presta importancia a esas cosas de "ser peronista".
A Dios rogando...y con el mazo dando.
Todo es así....
Pulti con Kirchner....Pulti con Duhalde (Barrionuevo-Arroyo-Palacios)...Pulti con Scioli, que no es Cristina (¿o si?) ....Y TODOS PARA UNO Y UNO PARA TODOS.
El peronismo de Mar del Plata tiene hoy un desafio: SER PERONISMO.
En eso estamos y de ese camino no nos correremos por poderosos se crean quienes pergeñan estas maniobras.
Porque en realidad...NO SON PODEROSOS.
Los protagonistas de una política fuerte...SON FUERTES.
Los protagonistas de una política débil....SON DÉBILES.
LOS PROTAGONISTAS DE UNA POLÍTICA MISERABLE........
Nosotros somos peronistas y nunca pretendimos ser otra cosa. Es probable que no podamos darle a la ciudad un gobierno peronista, PERO NO LE QUEPA DUDA QUE VAMOS DE DEJARLE UN MOVIMIENTO EN MARCHA Y UN PARTIDO FUERTE, DEPURADO DE SINVERGUENZAS Y UNIDO.
Y a la democracia es más importante dejarle un partido fuerte que un gobierno miserable.