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Efecto dólar: plazos fijos ya pagan “casi” la inflación pero se encarecieron hipotecarios, tarjetas y descubiertos inShare.
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Durante mucho tiempo las tasas de interés corrieron muy por debajo de la suba de precios. Pero los tiempos cambiaron y ahora las entidades dan un premio mayor para retener depósitos. Sin embargo, del otro lado, aumentó el pago mensual de los préstamos. ¿Cuánto subió la cuota de un crédito?
Por Ruben Ramallo
Durante mucho tiempo permanecieron "bajo tierra", en una suerte de calabozo subterráneo, si bien nunca perdieron la esperanza de liberarse, para así recuperar su brillo y protagonismo.
Es verdad que tuvieron su momento de esplendor, pero fue en otras épocas.
Sucede que, a lo largo de estos últimos ocho años, fueron las grandes derrotadas del modelo "K", salvo en algún momento -por allá por 2008- cuando la crisis global hizo que vuelvan a marcar presencia en la escena financiera local.
Se trata de las tasas de interés que, hasta hace poco, reposaban en ese sótano ubicado "varios pisos" por debajo de la inflación real.
No obstante, haber sido condenadas al ostracismo no era en vano. Por el contrario, tenía su razón de ser.
Es que el hecho de que estén bajo tierra permitió que, en la superficie, se imponga el boom de consumo.
Obviamente, no era de esperar otra cosa, con un ritmo inflacionario que llegó a triplicar las tasas de interés que los bancos pagaban por los depósitos a plazo fijo.
Así, los argentinos, al ver que las colocaciones bancarias no eran una alternativa rendidora para canalizar su dinero, se dedicaron por mucho tiempo a "seguir de shopping" y arrasar con cuanto producto encuentren a su paso, desde LCD hasta 0km.
Pero las cosas fueron cambiando, producto de un dólar que recobró un inusitado protagonismo.
Es que, al haberse abaratado -en comparación con la inflación y los fuertes aumentos salariales- se fue haciendo cada día más atractivo como alternativa de inversión.
Entonces, los bancos, en su afán de retener los depósitos, tuvieron que ir aumentando el "premio" que ofrecen por las colocaciones.
En buen romance, echaron mano a las "sepultadas" tasas de interés, haciéndolas subir desde ese sótano olvidado hasta la superficie.
La tasa de referencia, conocida como Badlar (que es la que pagan las entidades por los depósitos mayoristas) pasó en apenas tres meses de un magro 11% a ubicarse en torno al 20 por ciento.
Es decir, casi se duplicó.
Incluso, en algunas operaciones que se registraron últimamente llegó a escalar hasta un 25%, algo que resultaba "impensado" meses atrás.
Vale decir que, luego de haber permanecido en 2010 casi tres pisos por debajo de la suba de precios (10% vs. 27%), hoy tasa de interés e inflación se encuentran en niveles muy similares (20%) o más cerca de converger.
El siguiente gráfico muestra la evolución de ambas variables y cómo se fue recortando rápidamente la brecha a lo largo del año en curso:
El dato clave a observar es que, en casi toda la era "K", siempre la tasa de interés (linea amarilla) corrió por debajo del ritmo inflacionario (línea gris), a excepción de los sucedido en 2008 y 2009, producto del conflicto campo Gobierno, primero, y crisis global después.
Nuevo escenario
En la actualidad tasas de interés e inflación compiten casi de igual a igual.
¿Cuánto durará? ¿Puede darse, incluso, que la primera le gane a la segunda?
A la hora de tener que responder estos dos interrogantes, tanto directivos de bancos como operadores de la city porteña y analistas convergen en una sola respuesta: "Dependerá de cómo evolucione la fuga de capitales y de lo que pueda hacer el Gobierno para frenar a tiempo la dolarización".
Por lo pronto, en el caso de los depósitos de pequeños ahorristas, hay bancos que ya están pagando "casi" la inflación, o apenas unos puntitos menos.
Uno de ellos es el Galicia, que ofrece para montos muy reducidos un rendimiento del 18,8% para colocaciones a un año de plazo.
Otro es el Macro que, según lo informado por un oficial de negocios de la entidad, abona una tasa a sus buenos clientes del orden del 18 por ciento.
Apenas por debajo se ubica el HSBC, que ofrece una retribución del 17% a ese plazo.
Hace apenas unos meses, era impensado este escenario de tasas, ya que las entidades ofrecían menos de la mitad que la suba real de precios.
¿Qué pasó en el medio? Antes, los bancos gozaban de mayor liquidez y no se preocupaban demasiado en salir a buscar nuevas captaciones.
Pero eso fue cambiando.
El hecho de que los depósitos escalen a mitad de velocidad de los préstamos (25% contra 50%) -sumado al gran caudal de fondos que se fueron del sistema en busca del dólar- hicieron que esa "abundancia" comenzara a mermar.
No es preocupante, pero no es el mismo escenario que antes.
El "efecto Badlar"
El último dato publicado por el Banco Central, muestra que la tasa Badlar se ubica actualmente en el valor más alto de toda la serie, sólo superado por los niveles registrados en la primera quincena de noviembre de 2008, cuando en plena crisis global, promedió el 25 por ciento.
Retrocediendo en el tiempo, es necesario remontarse al 2003, más precisamente a marzo de ese año, cuando marcó un máximo del 25% anual.
Pero al tratarse de un promedio, es obvio que éste se conformaba con valores que se encuentran por debajo y otros por encima.
En tal sentido, los voceros de diferentes entidades privadas actualmente se muestran extremadamente cautos al momento de informar el nivel de tasas que están pagando.
En efecto, consideran que divulgar este tipo de datos puede generar alarma entre sus clientes, ya que sería tomado como un síntoma de debilidad, a raíz de la pérdida de liquidez.
¿La Badlar es representativa?
Son los mismos banqueros los que afirman, off the record, que la tasa que convalida el mercado está bastante por encima de la que publica habitualmente el Banco Central.
Es más: algunos ya señalan que lo que se busca es inducir a que muchas colocaciones se hagan a plazos mayores a los 30 días, para así quedar fuera del esquema de cálculo del BCRA.
Es por ello que la evolución de esta tasa de interés de referencia podría estar reflejando sólo una parte de la repentina suba.
En julio todo cambió
La casi paridad actual (tasa vs. inflación) rompe con una situación que se mantuvo por años en los que el rendimiento de los grandes depósitos era francamente negativo en términos reales.
Este esquema, que hizo de "efecto potenciador" del boom consumista, comenzó a alterarse a partir de julio de este año.
El siguiente gráfico permite mostrar cómo la Badlar se disparó a partir de ese mes:
¿El motivo? La elevada dolarización de los portafolios, que aumentó más allá de lo esperado.
En este sentido, la estimación para octubre da cuenta de una fuga de capitales del orden de los u$s3.600 millones.
Esto obliga al Banco Central a desprenderse de sus reservas para abastecer al mercado y así reducir la tensión sobre el tipo de cambio.
La siguiente infografía permite apreciar cómo evolucionó esta salida de dólares del sistema a lo largo de los últimos cuatro años:
Tal como puede observarse, el registro del tercer trimestre de este año supera el pico registrado en el segundo trimestre de 2008, en plena crisis campo-Gobierno.
Voces
"La abrupta suba de las tasas de interés, que eran muy negativas en términos reales, es atribuible principalmente a la aceleración de la demanda de dólares", señala Federico Bragagnolo, economista de Econviews.
El analista también hace referencia a la "fuerte reducción de la liquidez de los bancos, consecuencia de un crecimiento de los créditos que no ha sido equiparado con una alza de los depósitos".
En tanto, Fausto Spotorno, del estudio de Orlando Ferreres, también observa que a este repunte contribuyó el hecho de que "la ANSES decidiera retirar sus fondos del sistema para acompañar al Central en las ventas de divisas".
Gustavo Giraldez, director de ZonaBancos.com, coincide con lo señalado por Spotorno: "Lo realizado por la ANSES repercutió en la relaciones técnicas de las entidades, que se vieron obligadas a pagar tasas cada vez mayores para cumplir obligaciones con el Central".
Unos contentos, otros muy preocupados
Los bancos, al tener que pagar más por los depósitos, también deben encarecer el costo de sus préstamos. O restringirlos.
En una recorrida por diversas entidades financieras de primera línea, iProfesional.com comprobó que, por ejemplo, Santander Río o el Banco Nación, por citar algunos ejemplos, eliminaron de su oferta las diferentes líneas a tasa fija, ya sea en sus modalidades de personales o hipotecarios.
Para aquellas alternativas de financiamiento que se mantuvieron se registró una fuerte suba en las tasas de interés que, sin duda, reducirá la demanda y tendrá efectos negativos a la hora de sostener el actual nivel de consumo.
Y esta suba en el costo del dinero no sólo afecta a quienes buscan hacerse de un nuevo crédito.
También preocupa, tal como diera cuenta este medio, a quienes mantienen deudas a tasa variable con las entidades.
Ello se debe a que en la actualidad alrededor del 80% de los préstamos otorgados revisten esta modalidad ya que, en muchos casos, como los hipotecarios, presentan un sistema mixto (algunos años de pago fijo para luego pasar al otro esquema).
El siguiente cuadro permite medir el actual impacto de la suba en la Badlar y su efecto amplificador (en pocas palabras, cuántas veces "entra" en cada línea):
En efecto, para quienes tienen un descubierto en su cuenta corriente (técnicamente llamado "Adelantos"), dicho costo se incrementó en unos 20 puntos porcentuales.
En buen romance, quienes en julio pagaban un 34% en concepto de intereses por tener sus cuentas bancarias en rojo, ahora deberán afrontar un costo del 55 por ciento.
En tanto, para un hipotecario, que en julio devengaba una tasa del 14,7%, en la actualidad esa cifra trepó al 22 por ciento.
Para el caso de un préstamo personal, o el financiamiento vía tarjetas de crédito, el alza pasó del 30% a nada menos que casi un 50 por ciento.
Por regla general, para un préstamo de $50.000 a 60 cuotas, por cada punto que se eleva la tasa Badlar, la devolución del monto solicitado se incrementa en el equivalente a un mes de cuota.
De modo que, por haber pasado del 11% (julio) al 18% (octubre) -siendo que esta cifra es el promedio mensual y no el último valor alcanzado (20%)- el deudor deberá afrontar el equivalente a 6 cuotas adicionales repartidas a la largo del período de cancelación.
Impacto bolsillo: quienes en julio abonaban $1.750 mensuales de cuota pura, es decir, sin los agregados que hacen al costo financiero total (seguros de vida, impuestos, etc), ahora deberán desembolsar un 29% más, es decir, unos 2.250 pesos.
Pagar $500 más, por "culpa de la Badlar", a quien muchos "ni siquiera tienen el gusto de conocer", no es algo que genere mucha gracia.
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