Por: Paola Juárez
para Infobae
Mauricio Macri llamó el sábado a Cristina Krichner para hacer un último intento para cerrar un acuerdo por el traspado de mando. Esta frase complicó todo una vez más. Detalles de las horas previas a la asunción.
Mauricio Macri no podía creer lo que leía. Los tweets de Cristina Kirchner en los que lo acusaba de haberle exigido a los gritos que el trapaso de mando se hiciera en la Casa Rosada y de haberla maltratado a ella, que es una mujer sola. El que se había sentido mal con esa conversación era él, según contó a fuentes de su entorno. El presidente electo había llamado a la Presidente el sábado para hacer un último intento de acuerdo, en lo que ya es la más escandalosa transición desde el regreso de la democracia. Pero lo que más le llamó la atención de la descarga tuitera presidencial fue el párrafo, con foto incluida, en el que contaba que le había plantado en el jardín de la quinta de Olivos flores amarillas para recibirlo. "Mezcló todo, no tiene sentido. Habló de lo institucional del traspaso del mando y a la vez de consideraciones personales y terminó con las flores. Rarísimo todo", dijo una fuente de extrema confianza de Macri.
El presidente electo había tenido una conversación con Cristina Kirchner que no llevó a nada, igual que la reunión en Olivos para acordar la transición en la que no se acordó nada y terminó mal. Macri le había comunicado su decisión de recibir los atributos del mando en el Salón Blanco de la Casa Rosada, como se hizo siempre, salvo cuando Néstor Kirchner le había pedido a Eduardo Duhalde que le entregará la banda en el Congreso. "Al final, usted es nene caprichoso de Barrio Parque", le dijo Cristina Kirchner, según contó después Macri a dos fuentes de su confianza que luego relataron parte de la charla a Infobae. Después de esa frase, todo se complicó una vez más. Macri niega haber maltratado a la Presidenta como ella denunció en redes sociales.
En privado, se comentó que había que dejar la pelea por la entrega de los atributos presidenciales debido al "estado" en el que está Cristina Kirchner, que según allegados a Macri se animó hasta mentir sobre una conversación telefónica. Nadie lo dirá en público, pero entre algunos dirigentes se habla del estado de ánimo presidencial que se traduce entre los últimos actos de Cristina Kirchner.
La decisión del presidente electo fue no perder tiempo y energía en contestarle a Cristina Kirchner, pero quedó impresionado con la mala disposición presidencial. No le cayó nada bien constar por segunda vez que la Presidenta lo detesta y ha decidido no facilitarle en nada las cosas. De todos modos, trató de dejar de lado esas sensaciones.
Las horas previas a asumir el poder lo tienen concentrado en su discurso ante la Asamblea Legislativa, las primeras medidas de su gobierno, y las designaciones que le quedaban pendientes, como la de ayer de Jorge Todesca al frente del Indec.
La decisión fue que la vicepresidenta electa Gabriela Michetti sea la encargada de responder los dichos presidenciales. "Mauricio nunca habla así, ni maltrata a nadie. Nunca lo escuché gritarle a nadie", repitió Michetti anoche entre sus íntimos. Mañana, Michetti intentará organizar los últimos detalles de las invitaciones a la jura de Macri en el Congreso que todavía no se pudo acordar con el Gobierno. Ayer habló con Juan Carlos Pallarols, el orfebre que hizo el bastón presidencial, quien intentaba saber qué iba a pasar con bastón presidencial. Pallaros está dispuesto a dejar el bastón en la Catedral de Luján. La vicepresidenta le pidió un día más de tiempo, tal vez con la esperanza de que la Presidente cambie de opinión porque Macri ya decidió que recibirá los atributos presidenciales: será en la Casa Rosada de mano de Cristina Kirchner o del presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti.
El caos del bastón de mando tiene un ingrediente más: una pelea familiar entre Pallarols padre (Juan Carlos) y su hijo Carlos. Hay un detalle que no se conoce: personal de ceremonial de Macri ya tendría en sus manos el bastón presidencial hecho por Pallarols hijo. A dos días del traspaso de mando, existirían entonces dos bastones presidenciales, y uno ya lo aceptó ceremonial de Macri.
Anoche Pallarols padre, que desconoce el dato de su hijo ya entregó un bastón a allegados a Macri, le dijo por teléfono a Michetti que confiaba en ella y que le dará el bastón en sus manos, si es que llegan a un acuerdo con el Gobierno, y sino quedará en manos de la Virgen de Luján. Insólito.
En el medio, Cristina Kirchner cortó comunicación con Macri y nadie sabe en la Casa Rosada si finalmente el jueves se la podrá ver en la Casa Rosada, o su última aparición será mañana en la gran despedida que le prepara La Cámpora y los principales dirigentes del kirchnerismo que harán una demostración de afecto a su jefa.
La semana pasada cuando en el Congreso se eligieron las nuevas autoridades parlamentarias dos importantes senadores del Frente para la Victoria se confesaron con sus pares de Cambiemos cuando se comentaban todos los detalles de la pelea por la asunción de Macri. "Nosotros no podemos hacer nada con Cristina. Ella está así y nadie puede hablar con ella. No sabemos cómo va a reacción el día después de perder el poder. Hace muchos años que no sabe lo que es vivir sin privilegios", dijo una de ellos ante dos senadores del nuevo oficialismo.
La Presidenta se resiste a los pedidos de Macri sobre su asunción y ha decidido casi en soledad tomar una postura intransigente. Para Macri la cosa es aún peor: según él Cristina Kirchner fue más allá y decidió mentir sobre una conversación en la él sostiene que intentó hacerla cambiar de opinión y pedirle que respete su deseo de recibir los atributos del mando en el Salón Blanco de la Casa Rosada.
En sus últimas horas en el poder, Cristina Kirchner está rodeada por sólo tres personas, además de su hijo Máximo, la escoltan el secretario general de la Presidencia, Eduardo "Wado" de Pedro, el diputado Andrés "Cuervo" Larroque, el ministro de Economía, Axel Kiciloff, y a veces por el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini. Varios de los gobernadores del PJ que se reunieron con Cristina Kirchner para definir quiénes serán las autoridades legislativas del nuevo Congreso, quedaron impresionados por la vehemencia presidencial. Uno de los gobernadores contó que la Presidente les gritó a varios cuando se refirió a la derrota del 22 de noviembre: "No perdí yo, perdieron también ustedes", relató la fuente que fue la frase con que los retó Cristina Kirchner.
La Presidente se dedicó las últimas horas a verificar la mudanza de algunas de sus pertenencias a su viejo departamento de La Recoleta, el mismo que ocupaban con su esposo Néstor Kirchner cuando él era gobernador de Santa Cruz y ella era diputada y aún no estaba ni en sus sueños que iban a gobernar durante 12 años la Argentina.
Nadie sabe si finalmente lo va a ocupar o se va a quedar un tiempo en su residencia en El Calafate, su lugar en el mundo.
Anoche la versión que circulaba entre algunos ministros del Gobierno es que Cristina Kirchner no cederá y si Macri no acepta los atributos en el Congreso, ella no lo va a esperar en la Casa Rosada y se irá, según ella misma contó, en un vuelo regular de Aerolíneas Argentinas a Río Gallegos, para asistir a la asunción de su cuñada Alicia Kirchner en la gobernación de Santa Cruz, que se demoró hasta las 20 horas.
Macri estaba dispuesto, antes del episodio de la frustrada reunión de la transición y de la versión de la llamada telefónica, a cederle un avión de la flota presidencial para que Cristina Kirchner viaje a El Calafate. "Macri quiere un trato cordial con Cristina Kirchner. Mas allá de las cuestiones políticas, de la críticas a su gestión y la defensa de una justicia independiente frente a las investigaciones que tiene la Justicia sobre el kirchnerismo, Macri le dará un trato como ex presidente, como nunca antes se trataron a los ex presidentes en la Argentina", dijo a Infobae una de las fuentes que mejor conoce al presidente electo. Las últimas actitudes de la Presidente muestran al menos que ella no está muy dispuesta a construir una relación política madura.
Para los nuevos inquilinos del poder, Cristina Kirchner buscó está salida del cargo porque no puede asimilar desde lo personal volver al llano. Pero además le encuentran otra explicación: buscar convertirse en la jefa de la oposición peronista.
Sin embargo, ese deseo presidencial tiene su principal dificultad en el propio peronismo. El PJ ya está en la búsqueda de un nuevo liderazgo, entre ellos uno de los aspirantes es el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey. Además, los principales dirigentes peronistas ya negocian el regreso de los que pelearon contra el kirchnerismo como los líderes de UNA, el diputado Sergio Massa, y José Manuel de la Sota.
Macri ya analizó con sus más íntimos colaboradores el escenario de un peronismo que aún no definió su conducción, y que hoy está fragmentado. Esta situación la considera beneficiosa para la primer parte de la gestión porque se van a necesitar acuerdos en el Congreso y con un sólo bloque del todo el PJ en unidad, la situación se va a complicar.
Mientras se definen las últimas cuestiones protocolares, Macri pasa sus horas previas a la jura presidencial algo tenso, debido al escándalo con la Presidente.
Sin embargo, decidió avanzar con las medidas que va a tomar, con los decretos que van a dejar sin efecto las últimas medidas presidenciales, y las leyes que quiere enviar al Congreso, además de su agenda en el exterior. El presidente electo se refugia en su familia y en sus amigos para conectarse con lo que le hace bien, como suele decir. Se aproxima uno de los días más importantes de su vida. Esta ansioso y asegura que está listo para el gran desafío, esté o no esté Cristina Kirchner en el traspaso de los atributos presidenciales en la Casa Rosada, como el quiere.
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