por Gerardo Gómez Muñoz
“Daniel no le mientas a la gente, no voy a devaluar, no va a haber ningún ajuste, no habrá caída del trabajo ni despidos”, mentía con cinismo apabullante Mauricio Macri en el enfrentamiento final de la campaña presidencial. Pero le bastó para convencer a los incautos que volcaron las urnas en detrimento de Scioli y como se ve hoy, de millones de argentinos. Todo lo que negó impunemente es, desde hace más de 100 días, perjuicio profundo para la tranquilidad, la felicidad, la estabilidad del trabajo en el hogar de centenares de miles de compatriotas, trabajadores, comerciantes, pequeños industriales, productores y de jubilados. Mar del Plata es hoy y lo será peor con el correr de los días, inevitable víctima como comenzó a apreciarse en los inicios de la temporada veraniega.
La crisis del trabajo tradicional déficit de la ciudad, históricamente se atenúa levemente al comenzar el ciclo turístico, pero esta vez se transformó en un índice innegable de que la actividad económica, los turistas y el trabajo consiguiente habían caído. La inmediata guerra de datos contrapuestos cayó pronto porque el oficialismo ni con mentiras alentadas desde las usinas comandadas como en aquella noche de la tele, pudo torcer la realidad.
No podía ser de otra manera, dada la fría decisión de los que adoptaron las medidas de ajuste, devaluación y recesión, porque así lo enseñan los maestros del neoliberalismo y del mercado que tanto anatematiza el papa Francisco. Ellos monitorean la política que ejecuta el Presidente según estaban diseñadas de antemano como acusó Scioli. Ellas no se distanciaban ni un ápice de lo que ya se había vivido en la década del 90 con Carlos Menem, Domingo Cavallo y sus equipos que casi intactos hoy dirigen la economía de Macri.
Entre tantas voces acalladas, complemento -junto con la represión- para la ejecución de políticas de este tipo, LA CAPITAL, y sus más de 100 años de vigencia, es una que no calla y diariamente da cuenta del deterioro que azota a Mar el Plata. No podía ser de otra manera, dado que sus pilares económicos son presa fácil de esas políticas de devaluación, restrición y ajuste. El turismo que se hizo masivo con las políticas de Juan Domingo Perón que implantó el aguinaldo, las vacaciones pagas, el trabajo pleno y promovió la construcción de hoteles de los sindicatos. Los trabajadores y la clase media baja y ascendente conforman la inmensa mayoría de los visitantes.
La pesca en curva descendente y año a año, cada vez cerca de una crisis tremendamente peligrosa. La industria textil bastión que puede ser abatido, como en los 90, por la invasión de productos venidos a bajo costo y menor calidad de países donde el salario del día no alcanza para la comida. La construcción, madre de industrias ve cortada drásticamente su plena recuperación. Y el cierre de establecimientos gastronómicos encabezan la legión de sectores que hacen la grandeza de esta comunidad que orilla el millón de habitantes. Hoy son la primera hilera del pelotón que marcha a la derrota.
Vanas son las promesas de un gobierno nacido en la mentira y que promete crecer, en pocos meses más, pese a las experiencias recientes. ¿Quién puede creer a la luz de la experiencia de los padres y los descendientes del desastre que culminó en el 2001 que pueden hoy triunfar con las mismas recetas de la muerte anterior?
¿Y la política?
La señalada línea del “Diario de la Ciudad”, acerca del seguimiento informativo de todas las contingencias que surgen en detrimento del trabajo y de la economía en Mar del Plata como derivación de las políticas que se aplican, el domingo, como título principal de tapa señalaba “Advierten sobre el cierre de comercios en Mar del Plata”. Nada menos que el Sindicato de Empleados de Comercio que preside un dirigente de excelencia como Pedro Mezzapelle con experiencias de muchas crisis anteriores, habla de la situación actual a través de su secretario gremial Guillermo Bianchi.
Conocedor del ámbito no deja de expresar que la angustia crece mientras aboga por la masiva concurrencia a la movilización del viernes por parte de los trabajadores y de otras organizaciones para hacer sentir el rechazo a las políticas de Macri. El titular de la UCIP, Raúl Lamacchia agudiza el análisis puntualizando que “va a ser muy difícil el invierno en nuestra ciudad”.
Cabe entonces preguntarse qué hacen los partidos políticos en estas circunstancias. La respuesta puede ser lapidaria porque en rigor está faltando no sólo el acicate constante para hacer notar que se tratará de impedir las nuevas medidas oficiales que siempre apuntan contra los sectores populares sino que son escasos los pronunciamientos partidarios que esclarezcan.
Hay sí expresiones muy oportunas de dirigentes de los distintos sectores del campo político. Por ejemplo el Frente Renovador es muy activo, especialmente por parte de sus concejales Lucas Fiorini y Alejandro Carrancio, exigiendo y postulando soluciones concretas a situaciones explícitas como el reclamo a la Secretaría de Energía de la reforma del cuadro tarifario del gas para incluir a Mar del Plata y a distritos vecinos y costeros en el régimen de costos de la prestación en la Patagonia. Este sector es, asimismo, muy activo en su protagonismo frente a otras cuestiones que se han ido produciendo en la gestión del intendente Arroyo sumamente fértil en conflictos e incumplimientos. Tal es el insostenible desempeño de la secretaria de Educación, la demorada atención a los reclamos de los vecinalistas que con sus respectivas asociaciones son imponderables colaboradores voluntarios de la comuna.
Asimismo los concejales de Acción Marplatense, todavía lamiéndose las heridas no dejan pasar una y en ese renglón anotan cuidadosamente los problemas derivados de la gestión y de las políticas económicas. No se luce, en cambio, el FpV-PJ salvo alguna intervención esporádica.
Muchos esperaban que en alguna reunión de hace varias semanas saliera algún posicionamiento frente a la actualidad. En una mesa donde estaban Carlos Cheppi, su hijo diputado Juan Manuel, el titular del PJ Pablo Vacante, Susana Salerno, Ponce, lo único que trascendió es que el ex embajador será candidato a primer concejal el año próximo para proyectarlo a la aspiración a intendente para 2019 una insoportable vuelta a la vieja política que prioriza las candidaturas propias. La lejanía que se habría establecido, por parte de Cheppi con un sitio de noticias quizás influido en la carencia de información referida a ese sector.
El ponderable método de trabajo de los diputados provinciales por encima de las banderías partidarias y a favor de la gestión para los marplatenses, parece un nuevo signo inevitable para una nueva política. Y al respecto hay alguna inquietud latente pero no exteriorizada aún que apuntaría a un entendimiento con vistas al futuro cercano de dirigentes de las nuevas generaciones de entre los treinta y pico y los cuarenta. Un tema al que hay que seguir porque puede originar la vertiente superadora de un escenario poco rescatable.
Arroyo estaría nominadísimo
Versiones provenientes de La Plata susurran que al cabo de una reunión de María Eugenia Vidal con la intendenta de La Matanza para superar algunas diferencias no sólo tuvo éxito sino que abrió la perspectiva de inminentes reuniones entre miembros de ambos gobiernos para concordar en temas de gestión.
Pero el encuentro tan rico que dio lugar a filtraciones vinculadas con la honda preocupación de la gobernadora respecto al desempeño del gobierno de Mar del Plata en especial de su intendente y otros agregan a la inquietud la labor del secretario de Hacienda José Cano, no casualmente ambos “caídos en la frustrada ocupación de Normandía”. Altos dirigentes del PRO que discurrían en los pasillos de la casa de gobierno platense, éstos ya no tanto en el comprometido off the record, decían que “este hombre ni se deja ayudar”.
No termina de salir de una y ya patina en otra, al parecer de los opinantes muy destacados “ahora, por ejemplo, salió a hacer declaraciones donde califica de irracionales los aumentos de las tarifas de gas”. Claro, tan reservado y cuidadoso todavía guarda su “plan secreto de gobierno” y no tiene disciplina para no criticar al jefe que le posibilitó llegar a intendente…
La crisis del trabajo tradicional déficit de la ciudad, históricamente se atenúa levemente al comenzar el ciclo turístico, pero esta vez se transformó en un índice innegable de que la actividad económica, los turistas y el trabajo consiguiente habían caído. La inmediata guerra de datos contrapuestos cayó pronto porque el oficialismo ni con mentiras alentadas desde las usinas comandadas como en aquella noche de la tele, pudo torcer la realidad.
No podía ser de otra manera, dada la fría decisión de los que adoptaron las medidas de ajuste, devaluación y recesión, porque así lo enseñan los maestros del neoliberalismo y del mercado que tanto anatematiza el papa Francisco. Ellos monitorean la política que ejecuta el Presidente según estaban diseñadas de antemano como acusó Scioli. Ellas no se distanciaban ni un ápice de lo que ya se había vivido en la década del 90 con Carlos Menem, Domingo Cavallo y sus equipos que casi intactos hoy dirigen la economía de Macri.
Entre tantas voces acalladas, complemento -junto con la represión- para la ejecución de políticas de este tipo, LA CAPITAL, y sus más de 100 años de vigencia, es una que no calla y diariamente da cuenta del deterioro que azota a Mar el Plata. No podía ser de otra manera, dado que sus pilares económicos son presa fácil de esas políticas de devaluación, restrición y ajuste. El turismo que se hizo masivo con las políticas de Juan Domingo Perón que implantó el aguinaldo, las vacaciones pagas, el trabajo pleno y promovió la construcción de hoteles de los sindicatos. Los trabajadores y la clase media baja y ascendente conforman la inmensa mayoría de los visitantes.
La pesca en curva descendente y año a año, cada vez cerca de una crisis tremendamente peligrosa. La industria textil bastión que puede ser abatido, como en los 90, por la invasión de productos venidos a bajo costo y menor calidad de países donde el salario del día no alcanza para la comida. La construcción, madre de industrias ve cortada drásticamente su plena recuperación. Y el cierre de establecimientos gastronómicos encabezan la legión de sectores que hacen la grandeza de esta comunidad que orilla el millón de habitantes. Hoy son la primera hilera del pelotón que marcha a la derrota.
Vanas son las promesas de un gobierno nacido en la mentira y que promete crecer, en pocos meses más, pese a las experiencias recientes. ¿Quién puede creer a la luz de la experiencia de los padres y los descendientes del desastre que culminó en el 2001 que pueden hoy triunfar con las mismas recetas de la muerte anterior?
¿Y la política?
La señalada línea del “Diario de la Ciudad”, acerca del seguimiento informativo de todas las contingencias que surgen en detrimento del trabajo y de la economía en Mar del Plata como derivación de las políticas que se aplican, el domingo, como título principal de tapa señalaba “Advierten sobre el cierre de comercios en Mar del Plata”. Nada menos que el Sindicato de Empleados de Comercio que preside un dirigente de excelencia como Pedro Mezzapelle con experiencias de muchas crisis anteriores, habla de la situación actual a través de su secretario gremial Guillermo Bianchi.
Conocedor del ámbito no deja de expresar que la angustia crece mientras aboga por la masiva concurrencia a la movilización del viernes por parte de los trabajadores y de otras organizaciones para hacer sentir el rechazo a las políticas de Macri. El titular de la UCIP, Raúl Lamacchia agudiza el análisis puntualizando que “va a ser muy difícil el invierno en nuestra ciudad”.
Cabe entonces preguntarse qué hacen los partidos políticos en estas circunstancias. La respuesta puede ser lapidaria porque en rigor está faltando no sólo el acicate constante para hacer notar que se tratará de impedir las nuevas medidas oficiales que siempre apuntan contra los sectores populares sino que son escasos los pronunciamientos partidarios que esclarezcan.
Hay sí expresiones muy oportunas de dirigentes de los distintos sectores del campo político. Por ejemplo el Frente Renovador es muy activo, especialmente por parte de sus concejales Lucas Fiorini y Alejandro Carrancio, exigiendo y postulando soluciones concretas a situaciones explícitas como el reclamo a la Secretaría de Energía de la reforma del cuadro tarifario del gas para incluir a Mar del Plata y a distritos vecinos y costeros en el régimen de costos de la prestación en la Patagonia. Este sector es, asimismo, muy activo en su protagonismo frente a otras cuestiones que se han ido produciendo en la gestión del intendente Arroyo sumamente fértil en conflictos e incumplimientos. Tal es el insostenible desempeño de la secretaria de Educación, la demorada atención a los reclamos de los vecinalistas que con sus respectivas asociaciones son imponderables colaboradores voluntarios de la comuna.
Asimismo los concejales de Acción Marplatense, todavía lamiéndose las heridas no dejan pasar una y en ese renglón anotan cuidadosamente los problemas derivados de la gestión y de las políticas económicas. No se luce, en cambio, el FpV-PJ salvo alguna intervención esporádica.
Muchos esperaban que en alguna reunión de hace varias semanas saliera algún posicionamiento frente a la actualidad. En una mesa donde estaban Carlos Cheppi, su hijo diputado Juan Manuel, el titular del PJ Pablo Vacante, Susana Salerno, Ponce, lo único que trascendió es que el ex embajador será candidato a primer concejal el año próximo para proyectarlo a la aspiración a intendente para 2019 una insoportable vuelta a la vieja política que prioriza las candidaturas propias. La lejanía que se habría establecido, por parte de Cheppi con un sitio de noticias quizás influido en la carencia de información referida a ese sector.
El ponderable método de trabajo de los diputados provinciales por encima de las banderías partidarias y a favor de la gestión para los marplatenses, parece un nuevo signo inevitable para una nueva política. Y al respecto hay alguna inquietud latente pero no exteriorizada aún que apuntaría a un entendimiento con vistas al futuro cercano de dirigentes de las nuevas generaciones de entre los treinta y pico y los cuarenta. Un tema al que hay que seguir porque puede originar la vertiente superadora de un escenario poco rescatable.
Arroyo estaría nominadísimo
Versiones provenientes de La Plata susurran que al cabo de una reunión de María Eugenia Vidal con la intendenta de La Matanza para superar algunas diferencias no sólo tuvo éxito sino que abrió la perspectiva de inminentes reuniones entre miembros de ambos gobiernos para concordar en temas de gestión.
Pero el encuentro tan rico que dio lugar a filtraciones vinculadas con la honda preocupación de la gobernadora respecto al desempeño del gobierno de Mar del Plata en especial de su intendente y otros agregan a la inquietud la labor del secretario de Hacienda José Cano, no casualmente ambos “caídos en la frustrada ocupación de Normandía”. Altos dirigentes del PRO que discurrían en los pasillos de la casa de gobierno platense, éstos ya no tanto en el comprometido off the record, decían que “este hombre ni se deja ayudar”.
No termina de salir de una y ya patina en otra, al parecer de los opinantes muy destacados “ahora, por ejemplo, salió a hacer declaraciones donde califica de irracionales los aumentos de las tarifas de gas”. Claro, tan reservado y cuidadoso todavía guarda su “plan secreto de gobierno” y no tiene disciplina para no criticar al jefe que le posibilitó llegar a intendente…
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