viernes, 4 de julio de 2008

EL PRESIDENTE DE COLOMBIA ALVARO URIBE SE FORTALECE POLITICAMENTE

El rescate militar de quince secuestrados por las FARC, entre ellos y de manera especial la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, tiene entre otras una connotación política de gran importancia, en particular para el presidente colombiano, Álvaro Uribe.
Betancourt, de doble nacionalidad colombiana y francesa, secuestrada en febrero de 2002, era sin duda el "botín" más importante que tenía la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) debido a la repercusión internacional que su cautiverio había provocado.
Además de la ex candidata, fueron liberados los estadounidenses Keith Stansell, Marc Gonsalves y Thomas Howes, siete militares y cuatro policías, en una operación llevada a cabo por el Ejército colombiano, que logró infiltrar a la guerrilla y no tuvo que disparar un solo tiro.
Este golpe propinado a las FARC, además de su transcendencia en la lucha del Estado contra la guerrilla, supone un incremento del ya amplio caudal popular y político de Uribe en momentos en que, enfrentado a la Corte Suprema de Justicia, mantiene al país al borde de una crisis institucional, según la mayoría de los analistas. El presidente, tras una decisión de la sala penal de esa corte, en la que se ponía en duda el acto legislativo que provocó la reforma de la Constitución en 2005 para aprobar su reelección, apeló al Congreso para poder consultar al pueblo por medio de un referéndum y repetir las elecciones de 2006, que ganó con amplitud.
"Uribe tiene un respaldo popular y político muy grande y más ahora, pero tiene muchos cabos sueltos en sus problemas con la Corte Suprema de Justicia, por lo que es un conflicto muy difícil de solucionar", dijo a Efe León Valencia, analista político, director de la fundación Nuevo Arco Iris y antiguo guerrillero.
A su juicio, "es evidente que Uribe sale muy fortalecido con este triunfo" que constituye el rescate de los secuestrados.
Nadie duda en Colombia del éxito de la operación y del capital político que ha conseguido el presidente con ella, pero permanece como una incógnita la decisión de Uribe de perseguir un tercer mandato, al que le animan sus partidarios, o bien concluir en 2010 el actual.
Antes de la "Operación Jaque", que ha recibido calificativos como "impecable", "perfecta" o "sin precedentes", Uribe gozaba de una popularidad superior al 80 por ciento.
Un firme opositor del mandatario, el senador del izquierdista Polo Democrático Alternativo (PDA) Gustavo Petro declaraba a la prensa que "puede escoger entre dos caminos: o perpetuarse en el poder, porque no va a tener contradictor, o terminar su segundo período como el hombre que pudo doblegar a las FARC".
El enfrentamiento entre la Corte y Uribe ha colocado al país "en medio de una delicada crisis institucional", escribió ayer el editorial del diario El Tiempo, el de mayor tirada en Colombia, y ahora, con el rescate de los secuestrados el jefe del Estado tiene "una oportunidad de oro para un gesto magnánimo".
En su opinión, este gesto serviría para "desactivar el enfrentamiento con la Corte" y haría innecesario un referéndum que avale su segundo mandato.
Para el analista Valencia, el rescate de los secuestrados, que consideró un "triunfo de Uribe", puede "poner en dificultades, en estos momentos, a la Corte Suprema, porque existe un ambiente político muy favorable al presidente", pero la "enemistad absoluta" que existe entre ambos "no indica que vaya a haber una conciliación".
"Probablemente –vaticinó a Efe Valencia– la Corte Suprema baje el perfil a corto o medio plazo, pero se reavivará en cualquier momento".

Escribe Enrique Ibañez (Agencia EFE)

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