jueves, 2 de julio de 2009

EL VOTO VALE

* Alicia Castellote
www.elretratodehoy.com.ar


Ha quedado demostrado que el voto vale. Esto sirve para hacer reflexionar, no solo a los ciudadanos que han reivindicado el funcionamiento de la democracia, sino también a los políticos, que de acuerdo con su suerte electoral, comprueban que hay un pueblo que no solo es espectador, sino actor, y que no hay impunidad para los que mienten o desvirtúan o manipulan el funcionamiento de las instituciones democráticas.
Ha quedado demostrado que cada vez más, contrariamente a lo que algunos políticos creían, el voto es asumido por la ciudadanía como una herramienta para operar cambios en el manejo de la cosa pública.Otro escenario para analizar es el de los jóvenes. Muchos de ellos, en los últimos días, estuvieron consultando las opciones, tomando muy en serio y con responsabilidad el acto eleccionario y votaron pensando y haciendo equilibrio entre su íntima concepción ética y la urgencia porque su aporte sirviera para cambiar todo aquello que les resulta poco grato, del ejercicio del poder. En general, como siempre, se votaron ilusiones. Fue nuevamente, un acto de fe, de confianza depositada en las personas más creíbles y, auspiciosamente, en quienes los electores han creído que representan algún tipo de valores rescatables, en medio de tanta banalidad, ambición de poder y sequía de ideas. Y ganaron quienes expresaron, a su modo y dentro de sus limitaciones, conductas éticas o capacidades para encarnar esa esperanza.A lo mejor, la esperanza en un país mejor, alejado de la corrupción, de la ambición, de la ineptitud, de la confrontación, a favor de la coherencia; de los proyectos. Es una lección histórica de civismo, de la que los políticos deben aprender. El pueblo no resiste más la receta consabida de los personalismos. Los políticos o quienes hacen política, deben comprender que el ejercicio del poder delegado es una misión; que son servidores públicos y que no deben servirse del poder para satisfacer ambiciones personales. No se trata de alcanzar un puesto como parte de un proyecto individual; aquí se impone trabajar por el bien común y trabajar y auspiciar consensos para arribar a la solución de los acuciantes problemas que nos aquejan.Está también a la vista, que el ejercicio democrático implica compromiso. Hay demanda implícita de nuevas ideas, de planes de largo alcance y eso no va a ser posible si los ciudadanos dejan de mirar las cosas, para hacerlas, participando y haciendo aportes en el ámbito de los distintos espacios políticos. Hay un importante capital intelectual ocioso que debe integrarse para enriquecer y remozar la política argentina.Menuda responsabilidad para quienes, a lo largo de todo el territorio nacional recibieron el aval de millones de ciudadanos, que han demostrado una madurez cívica adquirida luego de tanta decepción y dolor. En lugar del voto ciego y del resentimiento, va surgiendo el voto pensado. Una mayoría silenciosa se ha expedido, según sus convicciones, a favor de los proyectos, de las conductas éticas. Porque los argentinos, luego de 25 años de democracia y en el marco de un país en emergencia, aspiramos a un futuro mejor. Nuevamente, votamos la esperanza.Ojalá no nos vayan a defraudar.

No hay comentarios: