El cardenal Jorge Bergoglio insistió en su habitual reclamo contra el Gobierno Nacional y pidió frenar la fuga de capitales hacia el exterior, para poder saldar la deuda social interna, a la que juzgó como “inmoral, injusta e ilegítima” en un país con condiciones para evitar tales daños, pero que, lamentó, “opta por agravar aún más las desigualdades”.
El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina advirtió que "no podemos acostumbrarnos a vivir con excluidos y sin equidad social", y criticó la primacía de la "lógica mercantilista" que no permite valorar el "serio daño" que la transferencia de capitales al extranjero ocasiona en las condiciones económicas y la estabilidad política de la Argentina.
Tras precisar que son "150 mil millones de dólares de argentinos en el exterior, sin contar los que están en el país fuera del circuito financiero", llamó también a reflexionar sobre los "aproximadamente dos mil dólares más" que, según los medios de comunicación, se van por mes del país.
"Me pregunto, les pregunto: ¿Qué podemos hacer para que estos recursos sean puestos al servicio del país en orden a saldar la deuda social y generar las condiciones para un desarrollo integral para todos?", interpeló al disertar junto al rabino Sergio Bergman y la senadora Hilda González de Duhalde, en un Seminario de Políticas Públicas organizado por la Escuela de Posgrado Ciudad Argentina, la Universidad del Salvador y la Universidad Carlos III de Madrid.
Bergoglio sostuvo que "en nuestro caso, la deuda social son millones de argentinas y argentinos, la mayoría niños y jóvenes, que exigen de nosotros una respuesta ética, cultural y solidaria", y estimó que esto obliga a todos los actores sociales, pero en particular al Estado, a trabajar para "cambiar las causas estructurales y las actitudes personales o corporativas que generan esta situación".
El purpurado porteño consideró además que "la realidad dolorosa" de la deuda social, sólo podrá modificarse "a través de un diálogo que permita lograr acuerdos para transformarla", al recordar que la deuda social exige "la realización de la justicia social".
En otro momento de su exposición, Bergoglio apeló a un texto de los obispos latinoamericanos para advertir que "los derechos humanos se violan no sólo por el terrorismo, la represión, los asesinatos, sino también por la existencia de condiciones de extrema pobreza y de estructuras económicas injustas que originan grandes desigualdades".
En tanto, el rabino Bergman hizo una exhortación al compromiso cívico, al cuestionar duramente la política y alianzas internacionales del matrimonio Kirchner. "Caracas ya está en Buenos Aires, ahora hay que evitar que la Argentina sea Venezuela", arengó.
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