*Jose Luis Ponsico
El comienzo de la selección que conduce el controvertido Diego Maradona -antes denostado, ahora respetado- como entrenador nacional, promovió un exitismo, inusual hasta hace no mucho tiempo. El periodismo argentino pasó de describir el "show" de los "barrabravas" y proponerle cambios al DT. al "orejeo" de cómo serán las finales.
En el gobierno nacional las dos victorias de la Argentina en Sudáfrica permiten otro tipo de ilusión, no meramente de "gloria deportiva". Las encuestas de los consultores cercanos, Artemio López por ejemplo, estarían dando un crecimiento de la imagen positiva de la Presidente de la Nación. Cristina tendría un 38 por ciento "favorable", dice López.
La prensa "especializada" en Sudáfrica no sólo fue sorprendida por el planteo de Diego Maradona -un esquema similar al equipo que ganó el Mundial de México´86- sino que teme que el seleccionado siga ganando "sin hacerle caso al periodismo que viajó espe-
cialmente" al país de Nelson Mandela.
Ocurre que la Política impregnó, asimismo, al fútbol y los seleccionados, técnicos y dirigidos. Es decir, si sigue ganando la Argentina, Maradona tendrá su revancha para los que reunían a través de distintos portales y blog. por internet a miles de votantes. El 80%
de los encuestados lo tenían como "el mejor futbolista" pero "sin capacidad como DT"
"El tributo no sería sólo para Maradona", dicen otros analistas políticos que siguen de cerca el Mundial como un aditamento del clima social en la Argentina y la eventual euforia que despiertan las victorias del equipo que capitanea Javier Mascherano. "Para una
buena parte de la cátedra los triunfos benefician también al gobierno", arguyen.
Aunque mucho más grave para el grupo "Clarín" y una corriente de opinión fundada en viejos preceptos "estéticos" por un lado y "tácticos" por otro, hasta ese sector "corre el riesgo que el beneficio alcance -nada menos- a Carlos Bilardo", legendario entrena-
dor que llegó a la selección, otra vez y de la mano de Diego Maradona, en octubre 2008.
"El sólo hecho de imaginar a Maradona con Cristina y Néstor Kirchner en el balcón de la Casa Rosada, con el "Narigón" Bilardo cerca de ellos, eriza a todo el grupo "Clarín"; esto es: directivos y periodistas", añadió la fuente kirchnerista consultada cuando caía
Alemania frente a Serbia.
En 1950, Enrique Santos Discépolo "bajaba línea" por la cadena nacional desde su ciclo apodado "El Mordisquito". Durante un tiempo aludía a las cosas que habían cambiado, favorablemente, en la Argentina, desde la valorización y blanqueo del trabajador, la vi-
gencia de leyes sociales y la irrupción de los miles "afuera del sis-
tema", se lee.
Había nacido el 27 de marzo de 1901 y su infancia transcurrió cerca de Plaza Once. La influencia teatral la recibió de Armando Discépolo, su hermano y tutor, cuando ambos perdieron a los padres y Enrique era muy joven. El célebre "Discepolín" quedó inmortalizado en 1935, cuando una noche, plena "Década Infame" escribió el tango "Cambalache"
Sin embargo, ése notable personaje esmirriado, de enorme talento, hacia fines de los 40 sin abandonar su vena de autor teatral, actor, músico, libretista y hasta director cinematográfico "fue asimilado al peronismo surgente" según la reseña de la época y la iden-
tidad adquirido por Enrique Santos Discépolo con "El Mordisquito".
De un obvio escepticismo en pleno ciclo de los conservadores a fines de los años´30 "Discepolín" pasó, sin escalas, a la defensa de las "clases populares" al tiempo que explicaba que él "no había surgido con el origen de (Juan) Perón, militar y "Evita" una mucha-
cha provinciana que llegó jovencita para ser actriz".
Identificado con la cultura "popular" Discépolo se asimilaba con el peronismo a partir de la transformación social, el resurgimiento de las clases populares, la obra pública y el avance del país en su conjunto en aquellos años del Primer Plan Quinquenal de 1947 al
52.
El ambiente de la cultura no le perdonó a "Discepolín" el cam-bio. Fue considerado poco menos que "un traidor" a la clase intelectual, del ambiente teatral, no estrictamente político. Según "Tania", su mujer, ése encono repentino de "sus pares" lo entristeció mucho. Su "pase" al peronismo le significó un gran costo.
Curiosamente, mientras todo el pueblo futbolero festeja ahora al revés del Mundial´78 donde los militantes políticos y quiénes ya estaban secuestrados y presos de la dictadura, imaginaban que el eventual triunfo de la selección nacional que dirigía César Menotti era equivalente "a la consolidación del Proceso militar". Hoy, la especulación es otra. Pero no excluye al gobierno.
Muchos -o algunos- piensan que si la Argentina, el seleccionado dirigido por el genio de Villa Fiorito, de escaso "cartel" como DT., sigue ganando, mientras el pueblo festeja, tendrán que resolver viejas contradicciones: ideológicas y de comportamiento periodístico. No siempre el sentimiento y la ideología se unen, cuando se trata de fútbol.
Discépolo murió joven. Su vida se apagó el 23 de diciembre de 1951, cuando vivía en plena avenida Callao cerca de la avenida Co-rrientes, donde durante toda la década del 40 la había colmado con grandes sucesos artísticos. El hombrecillo de nariz pronunciada a-
penas tenía 50 años.
En los países desarrollados como se dicen habitualmente, de manera especial en las naciones centrales de Europa, un hombre como Discépolo, con semejante talento, a los 50 años, "vive la edad de oro". Aquí, se agotó por virtual incomprensión de muchos
de sus pares. Por la dimensión de su nariz, el parecido sería con Carlos Bilardo.
La Argentina podrá llegar lejos (o no) en el Mundial de Sudáfrica, pero como hace 60 años, la incomprensión no distingue demasiado entre el tango, los artistas, el fútbol y los momentos políticos; mientras en el medio subyace el debate ideológico y social. Tampoco Maradona es Discépolo. En los hechos, tiene más carácter. Recordar la conferencia de prensa en Montevideo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario