jueves, 10 de junio de 2010

MAR DEL PLATA: CAMBIOS DE HUMOR EN EL OFICIALISMO

*Ramiro Melucci
http://www.diarioelatlantico.com/

El intendente montó en cólera por las noticias que difundió un medio nacional. Pero respondió con serenidad. El avance de las obras del CEMA y el plan de pavimentos para la zona portuaria son motivos de satisfacción para el Gobierno. La oposición le apunta al secretario de Desarrollo Social. También quiere escuchar al de Economía.
Entró en el despacho con los ojos casi afuera de la cara. Sudaba rabia. “Rompimos lanzas”, explotó. E impartió de inmediato una orden: había que organizar contra reloj una conferencia de prensa para desmentir los “disparates” que estaban diciendo C5N e Infobae. Nadie se atrevió a frenarlo.
Con un sentido envidiable de la actuación, veinte minutos después de aquel enfurecimiento el intendente Gustavo Pulti cambió la cara. Recibió a los periodistas tan sonriente que hasta parecía de buen humor. “No hay ningún escándalo conmigo”, dijo. Aquellos medios habían hablado de situaciones escandalosas y de una Mar del Plata signada por los conflictos.
Pulti creyó conveniente revelar el motivo último por el que los medios del empresario Daniel Hadad lo cuestionaban -la no adjudicación de la licitación para contratar cámaras de seguridad a una empresa del grupo-. Lo que no puede decirse con certeza es si esa aparición lo benefició o lo perjudicó. Su defensa ante todos los medios, nacionales y locales, obró como otro canal de difusión, quizá más poderoso, de las críticas que le habían propinado. Las mismas reglas del periodismo lo imponen: nadie publica una defensa sin describir cómo fue el ataque.
El Pulti emocional le ganó, esta vez, al Pulti racional. Había otras formas para defenderse. Sin tanta pompa y espectacularidad. Algún funcionario que participó de la masiva conferencia de prensa tal vez lo pensó. Algún concejal oficialista quizá lo caviló. Pero Pulti parece, por momentos, ser el único estratega de su gestión.
El intendente venía, ese jueves, de recorrer las obras del Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias (CEMA). Tenía motivos para estar satisfecho: ya se hicieron un 25 por ciento de los trabajos y el viceministro de Salud de la Nación, Eduardo Bustos Villar, elogió el proyecto. Un día después, la buena noticia provino del Concejo: la Comisión de Hacienda destrabó el plan para mejorar las calles de la zona del puerto con el aporte financiero de las industrias del sector.
El proyecto dormía allí desde hacía meses. Eso ocurrió porque el oficialismo, desde que Santiago Bonifatti emigró al Ejecutivo, nunca se aseguró la mayoría en la estratégica Comisión de Hacienda. Cualquiera podría refutar que tenía mayoría cuando José Cano era oficialista. Es verdad. Pero eso no garantizaba que todos los proyectos que enviaba el intendente fueran aprobados sin más trámite que el de levantar la mano. Cuando era oficialista, Cano parecía opositor. Por eso, aunque la presida un concejal de Acción Marplatense la comisión nunca estuvo en manos, ni lo está ahora, del Gobierno.
La traba de fondo que tiene el plan para las obras de pavimentos en la zona portuaria es la deuda que mantienen las industrias con el Municipio. Es un monto que supera los 30 millones de pesos que se generó por el no pago de la tasa de Inspección Veterinaria. El dilema está en la forma en que el Municipio les cobrará la contribución para mejorar las calles a esas firmas sin dejar de reclamarle la deuda.
El texto que se votó en la comisión -y que llegaría el jueves al recinto- establece que las industrias estarán exentas de pagar la contribución hasta la suma que adeuden por la tasa. “Tal eximición se encuentra condicionada a la cancelación total de la deuda”, agrega. Pero la redacción conservaba un inciso polémico: el que permitía la exención del 100 por ciento de los intereses. “Que paguen todo”, pidió el opositor Diego Garciarena, el hombre con cuyo voto el oficialismo logró desanudar la votación.
A simple vista, Acción Marplatense ya hizo lo más difícil: sacar el proyecto de la Comisión de Hacienda. Ahora le queda la de Legislación, donde tiene mayoría. Y después el recinto, donde puede tejer alianzas con algunos bloques unipersonales para zanjar el debate a su favor.
Las finanzas municipales son la preocupación esencial del Gobierno. Todas las medidas parecen apuntar a sanear la caja. La de mayor impacto económico tal vez sea el recorte de horas extras. Durante 2009 se destinaron a ellas casi 16 millones de pesos. Pulti siempre dijo desde la trinchera opositora que había que moderar los gastos de la Camuna. Era esperable una medida como la que decretó, acaso con demasiada demora.
El paquete de medidas incluye la tercerización del cobro de tasas en mora. La oposición reclama que el secretario de Economía, Mariano Pérez Rojas, especifique los alcances y los objetivos de la decisión. Iba a concurrir a la reunión de jefes de bloque la semana pasada. Pero se excusó por problemas de agenda. Es la segunda vez que el funcionario arguye esa imposibilidad ante los concejales. El fastidio opositor aumenta.
Vilma Baragiola, la jefa del bloque radical, dejó en claro esa sensación el viernes. “Nos hemos quedado con ganas de escuchar al secretario”, espetó. Y presentó un pedido para que Pérez Rojas dé información sobre diez puntos: los alquileres municipales, las horas extras, los gastos telefónicos, la estructura política, el personal temporario, la recaudación de tasas, el estado financiero de los entes descentralizados, las medidas para reducir el gasto, la tercerización del cobro de tasas en mora y la del cobro de Publicidad y Propaganda. “Esperemos que conteste”, suspiran los radicales.
Pero no es la capitulación de Pérez Rojas lo que buscan algunos opositores. Anhelan, en cambio, arrinconar al secretario de Desarrollo Social, Fernando Gauna. Ya lo empezaron a hacer con el pedido de informes para que el Ejecutivo tome medidas concretas para mejorar el Hogar Gayone y el resto de los hogares de internación municipales destinados a niños y adolescentes. Las críticas públicas al funcionario son menos lapidarias que las que lo esmerilan por lo bajo. Gauna, por ahora, elude la confrontación.
Ese asunto inquieta al oficialismo pero no más que su propio funcionamiento interno. No todos festejaron los cambios que decidió Pulti en el bloque. Leandro Laserna, que aspiraba a presidir la bancada, fue uno de los disconformes. Pero en la semana posterior a que se hablara de ello hizo todo para que no se notara: primero defendió a capa y espada el recorte de horas extras; después exhibió su fanatismo por el proyecto de Pulti para pavimentar las calles del puerto. Hasta aceptó la presidencia de la Comisión de Hacienda en lugar de la tranquila poltrona de Legislación. Como el intendente cuando enfrentó el jueves a los periodistas para hablar de C5N, Laserna también supo maquillar su disgusto.

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