jueves, 17 de junio de 2010

¿QUE ES EL FOBAL SIN MARADONA?



* Pedro del Arrabal
www.revistaelemilio.com.ar

El equipo de "fobal" gano por 4 a 1 a Corea del Norte y esta clasificado para la segunda ronda del campeonato mundial que se juega en Sudafrica.
El Abrazo final del Diego a Demichelli mostró la inmensidad humana de un HOMBRE que no solo AMA el fobal sino, y por sobre todas las cosas, respeta con hidalguía la Condición Humana; esa condición que nos regala alegrías con los aciertos, la posibilidad del aprendizaje cuando comentemos errores, y también las calenturas que despiertan las pasiones humanas desnudandonos como tales.. El Diego Ama el fobal; ama la Argentina y Ama a los argentinos; especialmente si son jugadores de fobal. Y ese amor lo enciende, lo apasiona, pero no lo obnubila para no saber perdonar cuando un compañero, cuando un ser humano cometió o comete un error en un partido de fobal. Porque es eso, un partido de fobal, como lo llama el “incomparable” Dolina con su lenguaje de barrio. ¡Si! El fobal que se practica en esos barrios donde bajan los “ángeles” -a veces grises- sin ser vistos, siguiendo con el choreo pero esta vez al “Nano” Serrat.
Lo hizo con el “Burrito” Ortega al convocarlo para que juegue en su selección en los partidos amistosos que ésta jugaba en su etapa preparatoria. Al “burrito” lo estaban matando desde muchos de esos “medios” donde pululan periodistas “panqueques” e inescrupulosos. Y el Diego supo que era lo que necesitaba el “Burrito” para sortear el momento, además de su afecto. Y Allí estuvo; junto al “Burrito”; ese “Burrito que él, el mejor jugador de fobal del mundo y de todos los tienpos, con toda humildad dijo admirar. . Esos gestos solo lo tienen los grandes, los que tienen paciencia hasta para aguantar a los mediocres.
En esta ocasión el DIEGO supo quien necesitaba contención y más apoyo que nunca; y hacia él fue; y lo estrechó en un interminable abrazo. Seguramente, cuando le habló al oído -algo que se vio claramente por las pantallas de los televisores del mundo- las palabras estarían emparentada con “yo te banco a muerte, Demi”.
Yo mismo, desbordado por la pasión, lo putee al “Demi” en el gol Coreano. Lo putee porque como todos los sabiondos argentinos en la materia gritaba “-¡No papá! ¡Para el medio No!. A 10 mil kilómetros yo puteaba. El Diego, a 40 metros del Demi, enfriaba su cabeza porque era necesario. Sabe que está por ser “Papá” de una bella criatura con rostro de fobal. Y los partos necesitan de padres contenedores. Y no le esquivo al bulto; asumió la responsabilidad.
El los padeció y sabe lo que son nuestros “infalibles” periodistas deportivos con los que cometen errores. Practicantes y cultores de una soberbia que no conoce similares por lo menos en este planeta, van a comenzar a desollar al excelente marcador central por el error en el gol de los orientales. Poco les importará que hallamos ganado por 4 a 1 (tampoco se detendrán a señalar que la goleada pudo ser mayor); y con momentos de fobal de alto vuelo, quizás lo mejor que se vio hasta ahora en este mundial. Se viene el desolle del Demi. Lo comenzarán a hacer a partir del minuto “90” de un formidable partido jugado por el equipo argentino. Pero para ellos, para esos “perejiles” que no le dejaron pasar una al Diego, que cuestionaron la elección de los 23 jugadores que hizo el Dios Sucio Argentino -dijera con admiración Eduardo Galeano-; que le pegaron al “Gringo” Heinze, que dijeron tanta pelotudeces de esta selección para llenar horas de pantalla y que el negocio del fobal que les da un muy buen pasar, no se caiga; que poco les importa la ética, la honestidad y la responsabilidad que requiere nuestra hermosa profesión a la hora de comunicar, al Demi no se la perdonarán. Bastará con los días que faltan para el partido con Grecia para que lo hechos me demuestren si estás lineas fueron escritas desde los prejuicios. Espero y deseo equivocarme para sostener mi ilusión de que en algún momento las actitudes en nuestra profesión empiecen a cambiar.
El Diego sigue dando lecciones de Vida. Porque AMA LA VIDA Y AMA EL FOBAL.
¡GRACIAS DIEGO! ¡GRACIAS PAPÁ, COMO TE LO HUBIESE DICHO TU QUERIDO MINGUITO TINGUITELA

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