CONTRA LAS CUERDAS

* Luis Tino Sicilia
www.ellibertadorenlinea.com.ar


Mauricio Macri regresó de Punta Cana con un insoportable malestar gástrico, que le genera el procesamiento por espionaje que lo tiene como principal protagonista.
Pasó del paisaje bucólico al infierno de los porteños que, de pronto, lo tienen contra las cuerdas.
Tal como lo expresa el Senador Daniel Filmus, la lectura detenida del dictamen firmado de manera unánime por los magistrados que integran la Sala 1 de la Cámara Federal no deja lugar a dudas: el jefe de Gobierno debió estar enterado y, además, participar de la organización delictiva que echó raíces en el seno el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, con el propósito de crear una estructura de inteligencia ilegal destinada a espiar a políticos opositores, empresarios, periodistas, cónyuges infieles e integrantes de su propia familia, aunque de esa faena don Mauricio culpa a su padre, don Franco Macri.
En su defensa acusa al gobierno, puntualmente a Néstor kirchner, quien sería el estratega de la conspiración que amenaza con impedirle el acceso a la Casa Rosada en el 2011.
Voces menos diplomáticas en el interior del peronismo disidente consideran que los estrategas del operativo destituyente frecuentan las oficinas de Eduardo Duhalde, Francisco de Narváez y Felipe Solá. Incluso en la llamada mesa chica del PRO se estaría evaluando tomar muy en cuenta el consejo del padrino Eduardo Duhalde, quien le sugirió a Macri postergar su apetito presidencial y apostar a gobernar otros cuatro años Buenos Aires.
Incluso don Franco le pidió al “nene” no presentarse en el 2011 y esperar a “que soplen vientos favorables a la familia”. De esta manera Duhalde conseguiría que Macri le deje el camino expedito a su candidatura, propósito que también alientan De Narváez y Felipillo, que sueñan con derrotar al kirchnerismo en las urnas. El duhaldismo jamás quiso que Macri le disputara la candidatura presidencial.
“Se trata de un gorila de pura raza y no tiene nada que ver con el peronismo”, dijo un colaborador de Chiche Duhaldde, conocedor de las encuestas que, de realizarse mañana los comicios, le darían un “ajustado” triunfo a Néstor o a Cristina.
En este contexto tuvo lugar la semana pasada una reunión de sectores de la oposición parlamentaria destinada a coordinar una nueva embestida “a fondo” para lograr la reducción de las retenciones al agro. El encuentro, manejado en un sitio alejado del Palacio Legislativo por Elisa Carrió, contó con la presencia de la esotérica dirigente de la Coalición Cívica, por Felipe Solá del peronismo disidente, Oscar Aguad de la UCR y Federico Pinedo del PRO.
Los inspiró lo ocurrido en el 2008, cuando todo el arco político se unió contra el gobierno. Claro que el país vive una situación diferente y eso se refleja incluso en que en la actualidad el frente opositor tiene serias rajaduras. Por su lado, el interbloque de Proyecto Sur –decisivo a la hora de inclinar la balanza en diputados--, no tuvo representante en la reunión y se preocupó en cambio por subrayar sus diferencias con los organizadores.
Uno de sus portavoces tildó de cínica la posición de los opositores porque “reclaman la universalización total del subsidio a la niñez y promueven la aplicación del 82 por ciento móvil a los jubilados, al mismo tiempo que buscan reducir la capacidad recaudatoria del Estado”.
Para mayor disgusto Macri vivió la votación a favor del matrimonio igualitario como una sonora derrota política. O, lo que es lo mismo pero tiene un mayor significado político, como una victoria del sentido común del conjunto de la sociedad argentina.
Entre las varias encuestas referidas al tema sobresale la realizada entre menores de 18 años por el área Sociedad, Cultura y Religión del CEIL/CONICET, y por las universidades en general y por las universidades nacionales de Buenos Aires, Rosario, Cuyo y Santiago del Estero, con el siguiente resultado:
1) el 76,5 por ciento se definen como católicos/as, pero el 61, 1 por ciento se relaciona con Dios sin intermediación de la Iglesia.
2) pese la condena de la jerarquía, sólo el 15 por ciento de los católico/as se oponen al aborto, porcentaje aun menor al 16,9 por ciento que se da en la población rural.
3) un 92,4 por ciento de la población está de acuerdo con que se brinde educación sexual en las escuelas, porcentaje que incluso se eleva entre los católicos.
4) Entre ocho y nueve de cada diez apoyaron la promoción oficial del uso de preservativos contra el sida, el ofrecimiento gratuito de anticonceptivos en hospitales, clínicas y centros de salud, la información sobre contraconcepción en los colegios, que la jerarquía rechaza.
5) Casi siete de cada diez consideró positivas las relaciones sexuales antes del matrimonio.

6) Apenas uno de cada cuatro considera apropiado el pago oficial del salario de obispos y pastores

7) La mitad dijo que sólo se justifica el financiamiento estatal de las escuelas confesionales allí donde asiste la población carenciada, y más del 18 por ciento que nunca.
8) El 55 por ciento preferiría una materia general sobre religión y no la enseñanza de los preceptos de una de ellas.
Claro que los monseñores –en especial Jorge Bergoglio—no se toman el trabajo de leer estos estudios serios y comprobables, y prefieren seguir atribuyéndole al diablo el hecho de que las personas de a pie apuesten a defender una vida democrática, sin la influencia del oscurantismo concebido en los tiempos de la inquisición