* José Luis Jacobo
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Se fue de viaje, sin dar mayor detalle. No tomó licencia, dado que su ausencia sería sólo por 72 horas. Sin embargo, su ausencia es más profunda que un faltazo: es como la de su antecesor al tercer año de mandato. Gustavo Pulti no gestiona, sólo se saca fotos que hacen las veces de que está, pero no administra ni controla nada de nada. El sorteo del taxi con licencia para el contribuyente ganador está en el fango. Más allá del escándalo armado por Pulti por medio de sus concejales para distraer a la sociedad del real foco de atención, no hay condiciones jurídicas que sostengan la entrega de la licencia de discapacitados a un particular que no reúna dicha condición, meollo del enfrentamiento entre las bancadas de Acción Marplatense y la UCR.
Otro tema: la seguidilla de asesinatos, un conteo de sangre que no para, expone a un dirigente político que, luego de dieciocho años de trinar a favor de la seguridad manejada por la comuna, se distancia del problema aduciendo que “son cuestiones de la Provincia”. Una fuente calificada sostiene que no hay modo de explicar los algo así como mil litros de gasoil por día que se destinan a los móviles de Prefectura, más gastos de hotelería en Chapadmalal que representan al día de hoy una suma estimada en siete millones de pesos, descontados de los trece millones ochocientos mil que recibió la comuna de manos del Gobierno nacional.En el intento por mantener entretenida a la población se publicita que algunos concejales de Mar del Plata fueron a ver el funcionamiento del sistema de monitoreo de seguridad en el municipio de Tigre. La pregunta es: ¿qué aporta esta supuesta novedad? Nada, más circo mediático. Sólo eso. Todo parece resbalarle al Ejecutivo, por ahora: hay dificultades crecientes para abonar gastos comunes; para esta fecha otros años se estaban pagando salarios, pero aún no ocurre; tampoco se dio fecha para el pago del aguinaldo, y todo coronado por un manto de silencio inquietante de los hoy mansitos dirigentes gremiales del municipio. No hay alcohol en las salas de primeros auxilios. A un año del mega disparate de convertir a la ciudad en capital mundial de la histeria por la Gripe A usan, como reconoció el mismísimo intendente, la sobretasa de salud para pagar gastos corrientes. Por supuesto que esto no se traduce en beneficios para el vecino del común, que padece la insuficiencia de médicos, enfermeras, insumos y sufre hasta por la falta de baños en las salas de los barrios. Dos monstruos devoradores del presupuesto avanzan sobre nuestros recursos públicos: la constante suma de funcionarios de planta política con salarios de ensueño (o de pesadilla para el bolsillo del contribuyente), y el creciente costo de la recolección de residuos, que está a merced de los caprichos del sindicato de camioneros.Las acusaciones contra el concejal Nicolás Maiorano sacudieron al bloque radical, que hasta ahora venía muy light con la gestión, quizá con demasiada cola de paja. En estos días, dos denuncias penales fortísimas se cuecen a fuego lento y serán presentadas luego de la feria judicial. Ambas van a golpear muy fuerte al hombre que cree que lo que no se publica en La Capital no existe. Ambas irán directo al corazón del desmanejo de las cuentas públicas de la comuna y, por lo que ya se ha acumulado, revelan manejos fraudulentos por millones de pesos. Peor aún: una fuente vinculada a la intimidad del despacho del intendente sostiene que hay gran preocupación por una denuncia que irá directo a la cabeza de la hoy conocida como “vice intendenta” Lucila Branderis, esposa de Pulti y verdadero árbitro de cuanta decisión se tome en la comuna.
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