Escenas de hondo dolor se vivieron en la inhumación de los restos de Carlos Francisco Simón, víctima de la última dictadura cívico militar, desaparecido por más de 30 años, y cuyo cuerpo fue recientemente identificado por el Equipo Argentino de Antropología Forense entre los 336 cuerpos hallados en una fosa en común.
Ante la presencia de sus familiares, amigos de la infancia, de estudios, de Madres , Abuela e hijos de desaparecidos, le dieron cristiana sepultura a los restos que llegaron al cementerio Los Robles minutos antes del mediodía, traídos por integrantes del Equipo Argentino de Antropología Forense.Su madre, su hijo (la hija en avanzado estado de gravidez no asistió por consejo médico), sus tios, sobrinos y amigos de estudio tomaron parte del sentido acto en el que lo acompañaron hasta el lugar donde será su morada final. Cabe recordar que Simón, que era ingeniero calculista, tenía 31 años cuando el 7 de febrero de 1977 fue secuestrado por militares en la localidad bonaerense de City Bell junto a su esposa, Patricia Huchansky, de 27 años, que sigue desaparecida.Al momento de desaparecer Patricia tenía 27 años y era ama de casa. Carlos tenía 31 y era ingeniero calculista. La pareja fue secuestrada de su domicilio en City Bell el 7 de febrero de 1977. Ese día fueron llevados al CCD Arana. Allí la vio Adriana Calvo. Según Calvo, ella escuchó como la torturaban a Patricia, y como la insultaban con mucha fortaleza mientras la torturaban. Al terminar la tortura la llevaron al calabozo. Patricia apenas podía hablar por tener la lengua tan hinchada por la picana, pero lo primero que dijo fue un insulto a los militares. Carlos fue llevado al calabozo de hombres. Patricia ayudó a Adrina Calvo con los dolores del postparto y también atendió el parto de María Elolsa Castellini. Aunque gritaron pidiendo ayuda lo único que consiguieron es que las dejaran salir al pasillo a las dos y les alcanzaron un cuchillo de cocina. Allí en el piso nació una hermosa beba a la que se llevaron unas horas después.
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