lunes, 8 de noviembre de 2010

DURO Y ESPERABLE REVES DE OBAMA

* Rodolfo Olivera
www.noticiasyprotagonistas.com


Ácido. Así es el té con limón, por lo general compañero de malas andanzas digestivas. Cuando algo cae mal, pesado, un sobrecito y mucho, mucho limón, que se necesita endulzar bastante para no fruncir el ceño a cada sorbo. Eso es el “Tea Party” para Barack Obama. Tantas fueron sus promesas incumplidas y su tibieza política, que ahora se las verá negras.
“Hay mentiras que matan”, se dice en un famoso film no muy viejo, según el cual hasta pueden construir de la nada una guerra. En campaña política, la mentira es una asesora más, de presencia permanente en casi todo el mundo. Alfonsín, que ganó más crédito luego de su frustrante presidencia, decía que en campaña (casi) todo estaba permitido en materia discursiva (está escrito, lo tengo, lo ofrezco). Por lo demás, en él, sus herederos, sus opositores, todos, han ratificado el aserto; y esto es moneda corriente en política. Obama también lo utilizó, y no tuvo luego el resto político, de temperamento, de aparato, capaz de sostener alguna de las promesas fuertes de campaña. Hoy lo está pagando con un cachetazo legislativo que, con todo -digámoslo- pudo ser aún peor.
Una sola cosa pueden rescatar los demócratas en esta patética elección: no haber perdido la mayoría en el Senado, algo que hubiese sido la hecatombe. Perdieron, sí, seis escaños. Pero les alcanzó para sostener 51 sobre 100 (al cierre de esta nota faltaban Alaska y Hawaii). En Representantes, 60 bancas cambiaron de un partido al otro, casi un récord. John Boehner (pronuncie “Boeinar”) desplazará a la histórica Nancy Pelosi en la presidencia de la Cámara, y lo primero que hizo ante la Tv fue llorar. ¿Quién?, los dos.
Se viene una etapa más complicada para los EEUU, más que la que han vivido en los últimos años. No se trata de pensar en “la caída”, como algunos vaticinan. Aunque sí es posible que entremos en cierta estabilización de las relaciones internacionales, algo un poco más equilibrado, habida cuenta de que al menos la coyuntura no es la mejor para los EEUU (tampoco es fácil salir). Y al mismo tiempo otros emergentes vienen en franco crecimiento, empezando por el BRIC. Tampoco Europa capitalizará absolutamente el freno eventual norteamericano. Analicemos de a uno en la interna
Los demócratas: hablando de “freno”, estimo que es a lo que más le temen. A Obama le costó sangre, sudor, y sobre todo lágrimas, obtener algunos logros que se parecieran un poco (sólo eso, un poco) a lo prometido en campaña, siendo que contaba con las instancias legislativas a su favor. No obstante, la oposición republicana le hizo el campo orégano y muchas de sus propuestas de cambio salieron descafeinadas. El nuevo cuadro de relación de fuerzas empeora sensiblemente las perspectivas, y sus opositores ni siquiera lo disimulan. El líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, dijo que empeñará "toda la legislatura" para "garantizar que Obama sea un presidente de un solo período". Esto significa lisa y llanamente que actuarán al mejor estilo de la oposición argentina: no, porque no. Difícilmente Obama pueda realizar una política “bipartidista”; primero porque no cree en ella, segundo porque sus oponentes tampoco, tercero porque no le van a dar la menor chance de que repunte su imagen en lo que le queda de gobierno.
Los republicanos: ojo, se les viene una interna que dará que hablar. El “Tea Party”, la ultra derecha casi kukuklanesca, es indudablemente el gran motor de la recuperación impensada hace sólo dos años. El huracán Obama los había levantado por el aire y parecían sin respuesta por un rato. Pero el huracán se transformó en soplido y los primeros que vieron el hueco fueron los más duros, cerrados, xenófobos, sectarios y agresivos del partido, encabezados por esa enorme bocona que es Sarah Pallin (ex gobernadora de Alaska, ex candidata con McCain). Y también por los gusanos (cubanos exiliados) de Florida, con Marc Rubio a la cabeza, poco menos que propiciando un Estado tan teocrático como Irán: fundamentó su historia, su proyecto y el futuro en base a la Palabra de Dios.
Esto no es del gusto de todos los miembros del elefantiásico partido. Desde luego, los han “dejado hacer” porque de última, si perdían, que fueran éstos fundamentalistas los responsables. Pero ahora, para las presidenciales, el aparato tradicional muy conservador, pero no demente, intentará retomar el control partidario por el que van los del “tecito”. Se viene una interna de campanillas, sin mucho candidato de unidad por ahora. McCain ya es grande, Pallin no tiene altura para presidenciable. ¿Quizás Petraeus?, habrá que ver cómo le va en Afganistán. Ganaron, sí, pero tendrán más problemas adentro que afuera del partido.
La sociedad: sin dudas, la más golpeada, la más desorientada. Hace dieciocho años, cuando Clinton compitió por primera vez con Bush-padre, le ganó la elección con el lema “Es la economía, estúpido”. Pues eso es lo que está fracasando hoy en los EEUU, y es el bolsillo de la gente del común donde estalló la bomba. Porque los Bancos, causantes del colapso, ya se aseguraron los fondos para tapar todos y cada uno de sus baches; socializaron la pérdida, se quedaron con la parte del león, recuperaron la paz y se la hicieron perder a la sociedad.
Injusticia cierta, no fue Obama el responsable, y esto es otra paradoja: los demócratas pierden la elección con los republicanos por las consecuencias de una crisis económico-financiera generada… por los republicanos, que se las ingeniaron en mostrarlos como incapaces para resolverla. Parece un chiste. Perdieron la elección presidencial por haberla creado, y a los dos años recuperaron poder porque los demócratas no la pudieron revertir. En el medio, la gente.
Gente acostumbrada a vivir cotidianamente con su tarjeta de crédito, hoy con 40% de mora en los pagos porque sus salarios han caído, si es que todavía los tienen. Gente que nunca le tuvo mucho tiempo a la pérdida de un empleo, porque la orgullosa movilidad laboral les daba la tranquilidad de que rápidamente encontraban otro. Hoy no es así, muy por el contrario, la desocupación es récord (por eso se potencia, como en Europa, el rechazo al inmigrante).
Gente que, además, vivía con la casa hipotecada porque era normal incluso hasta comprar una propiedad con una o hasta dos hipotecas, y las mantenían de por vida para seguir creciendo, para pagar los estudios de los hijos, etc., etc. Un clásico norteamericano, hoy paralizado. No hay crédito -el estallido del 2008 sigue con su onda expansiva-, son más caros, más cortos, de menor monto. Y la inseguridad laboral no da garantía a los Bancos prestadores. Gente que se asustaba con las cifras de pobreza latinoamericana y que, aún lejos de ella, deben soportar el escarnio de tener los índices más altos de la década.
Gente que esperó la paz, porque se le prometió, y esa paz no llega. Se les aseguró una cobertura médica que terminó en un 20% de lo esperado. Gente que quiso creer en un cambio, y ese cambio no fue tal. Gente que no le cree tampoco al a los congresales, sostenidos hoy por los militantes sobre todo republicanos que olieron la victoria y salieron a votar, y por pocos demócratas que tampoco le creen ya a Obama pero no querían patinarse una victoria reciente en tan poco tiempo. ¿Recuerda usted a Bordón, cuando sacó 5 millones de votos en la Argentina, y a los dos años no juntó ni uno? Parecido.
"Está claro quiénes son los ganadores esta noche, y ésos son los ciudadanos estadounidenses. Su voz se ha dejado oír en las urnas", dijo un exaltado Boehner entre sollozos saludando a la nueva mayoría republicana en la Cámara de Representantes. Si el Tea Party es “la voz del pueblo norteamericano”, están en la parrilla. Estos muchachos son un Té muy muy muy alimonado, muy agrio y amargo para el paladar demócrata. Pero si los republicanos creen que ellos lo sentirán dulce, o perdieron el sentido del gusto o se van a llevar una de las mayores sorpresas de su vida

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