* Jose Luis Jacobo
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No se trata aquí de una invocación a Ernesto “Che” Guevara, sino del modo en que Gustavo Arnaldo Pulti contesta cada vez que Florencio Aldrey Iglesias lo requiere telefónicamente. De ello hay testigos diversos, algunos muy sorprendidos por el trato extemporáneo y fuera de todo contexto. En teoría.
Ausente físicamente, Florencio Aldrey Iglesias no deja de ordenar. Pidió y consiguió que le consintieran tomar arena de la playa del muelle de pescadores para “emparejar” la que está frente al Hotel Provincial; que quiten el cartel de Quilmes, porque le molestaba a su hijo fallecido; que nombren a Nino Ramella al frente de la Casa de Mar del Plata en Buenos Aires, y continúa la lista de “pedidos” vertidos por “el comandante” al Intendente que burla la fe pública y traiciona el mandato democrático que lo ungió para la tarea de dirigir los destinos políticos ejecutivos de la ciudad.
Las órdenes emanadas del “comandante” esta semana tuvieron nuevas muestras de obediencia debida. En primer lugar, el “ukase” dado por el responsable (de algún modo hay que decirle) de Inspección General Eduardo Bruzzeta a los artistas populares del playón del Casino para que se retiren de allí antes de la temporada de verano. ¿La razón? El deseo de Florencio Aldrey Iglesias. La confirmación de la situación se la dio a Liliana Domínguez, cantante, el actual titular del Teatro Colón, Luis Reales, citado por La Capital como "un militante de la cultura y de la inclusión social". Claro que su primer acto de inclusión militante es contribuir a echar a los auténticos artistas populares de la zona de la rambla de Mar del Plata.
Quizá muchos no lo sepan, pero una de las características distintivas que supo tener la rambla marplatense -ya fuera la vieja rambla de madera, reemplazada por la francesa, o la que llega hasta nuestros días- fue su condición de lugar de élite: existía el derecho de admisión a dicho paseo. Al límite de la rambla -altura calle Rivadavia- comenzaba la que por la década del ‘30 era La Ciruja, luego devenida Playa Popular.
El cambio se produjo con la llegada del primer gobierno justicialista de Juan Domingo Perón, cuando desapareció la barrera que separaba las clases sociales y la ciudad cambió su fisonomía. Hoy, de la mano del “comandante” y de su fiel servidor y escudero, el criterio de espacio público para todos los grupos sociales desaparece, y la inclusión social y popular que Reales proclama se transforma en otra chantada.
Tampoco es un detalle para pasar por alto la conducta desplegada por el Intendente en relación a la prostitución en Mar del Plata. La propuesta de Carlos Katz (UCR) de generar un ordenamiento que implique no colocar publicidad en medios que promuevan la prostitución, ha tenido un fuerte cuestionamiento por parte del concejal Ricardo Palacios (AM), quien lejos de debatir el proyecto, elige el camino de los fascistas, haciendo de la diatriba sobre el presentador (Katz) el eje de su exposición pública. Es que el amo, “el comandante”, los tiene con la traílla corta, y ante la menor cuestión, llega el varapalo mediático, el aviso que inicia el camino del aislamiento mediático.
Puestos a hacer abluciones, como conversos de último minuto, ya no saben qué indignidad perpetrar. Liliana Domínguez debió ser internada de urgencia con fuerte afectación cardíaca, una de las consecuencias de tales desaciertos, por decirlo eufemísticamente. Me pregunto: ¿coronarán su búsqueda de aprobación ante el comandante regalándole un muerto como muestra de devoción a este dios pagano de berreta factura?
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