Escribe Adrian Freijo
Muchas veces he hablado de los pecados de omisión. Al contrario de los otros (los de acción) estos parecieran ser aceptados por una sociedad siempre dispuesta a mirar para el costado y olvidar rápidamente las acciones, negativas o positivas, de los hombres públicos.
Recorriendo mi archivo encontré esta nota de octubre de 1986. YA POR ENTONCES SE HABÍAN ACALLADO MIS DENUNCIAS DE UNA CORRUPCIÓN ESTATAL INSOSTENIBLE, DEL AVANCE DEL TRÁFICO DE DROGAS EN NUESTRA CIUDAD Y DE LA VINCULACIÓN DE POLÍTICOS Y POLICÍAS CON EL CRECIENTE AUGE DEL DELITO.
Fué muy sencillo....me levantaron todos los programas que por entonces tenúia y que estaban logrando un grado de conciencia social que no era muy común por aquellos días.
Ya habían intentado callarme por vías violentas pero no lo habían logrado.
Desde entonces comenzó para mi un calvario que dura hasta estos días: el saber que a nadie le importa demasiado acompañar al hombre que lucha, que dá la cara y que se atreve en nombre de la sociedad a gritar ¡¡BASTA YA!!!.
¿Es que a nadie le importa que ya hace 25 años el fenómeno de lucrar con la inseguridad fuese tan evidente?. ¿Podemos olvidar que hoy quedan protagonistas del poder de entonces que vuelven por nuevas postulaciones y especulan con que la gente no va a reclamarles LA INMENSA RESPONSABILIDAD DE HABER MIRADO PARA OTRO LADO NO TAN SÓLO EL AVANCE DEL DELITO SINO TAMBIÉN EL SUFRIMIENTO DE QUIEN SE ATREVÍA A DENUNCIARLO?.
No lo sé...y ya no sé si me importa demasiado. Sé lo que quise hacer por la gente y sé que mis hijos no pueden acusarme de indiferencia, complicidad o simple estupidez al padecer esta Mar del Plata enrejada en la que viven.
Y sé que si volviera a nacer volvería a hacerlo...pero sin los sueños de entonces.
Seleccioné algunos trozos de aquella nota que UN CUARTO DE SIGLO ATRÁS me hiciera Mona Moncalvillo. Ojalá sirva para algo....ojalá.
2 comentarios:
Hola Adriàn, el consentimiento, el silencio o la indiferencia es quizàs màs terrible que la acciòn.
Pero lamentablemente el tema de la droga es un negociòn, que por su puesto la poli(no toda) y la justicia(no toda) estàn prendidos.
Lo paradògico es que las autoridades que son còmplices de estos delitos, còmplices me refiero al mirar para otro lado, luego terminan siendo vìctimas porque sus propios hijos terminan siendo vìctimas de este u otros flagelos que acusian a la sociedad.
saludos y no debemos bajar los brazos!!
Ah me olvidè de decirte, Adriàn que no estàs solo y yo y muchos màs te vamos a acompañar!!!
Precisamente, como dice la canciòn, el fuerte es el junco que se dobla pero sigue en pie!!
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