Por Jose Luis Jacobo
Director Noticias y Protagonistas
Esta semana, en un extenso y más que amable reportaje, Gustavo Arnaldo Pulti lanzó una extensa parrafada de auténtico Perogrullo al señalar: “Cancelamos una agenda de necesidades, pasamos a un calendario de proyectos y la continuidad va a ser muy buena”. Y nadie se puso colorado (como mínimo).
En plan mentiroso, abundó: “Hemos acordado con el Gobernador la creación de la primera escuela de policía descentralizada de la provincia, y también hemos comprado el predio para un nuevo centro de contención de menores”.
Gustavo Arnaldo Pulti, el mismo que se apoderaba de los cospeles de teléfonos públicos en la peatonal para sobrevivir en los ‘80 cuando llegó a Mar del Plata; el mismo que, en su ambición de financiar la política con los negocios del Estado, participó activamente en la malhadada saga de las coimas de estacionamiento medido durante la intendencia de Mario Roberto Russak; el mismo que llegó a la concejalía en la lista de Juan Garivoto para, pocos días después de asumir, dejar el armado con el PJ para constituirse en monobloque; ese sujeto dice haber ya cumplido con los sueños de la gente, cerrado la agenda del pasado y asegura que la continuidad “va a ser muy buena”.
A ver, nada está cerrado: la ferroautomotora está sin concluir, y es un lamentable proyecto surgido de la defección personal, política y emocional de Víctor Daniel Katz Jora. No es un proyecto de Pulti, y nada tuvo que ver con él, salvo ponerse para la foto. El emisario submarino es una obra que está en desarrollo: ya ofreceré el largo detalle de los inconvenientes que rodean dicha obra, cuya culminación es todavía un gran interrogante; todos los proyectos realizados hasta el momento por OSSE provienen de planificaciones y acuerdos de la década anterior. El CEMA, la gran obra de su gestión, es ya un escándalo, por las denuncias de corrupción en la selección de personal y lo que todo el que conoce de gestión en salud pública repite ante quien le quiera escuchar: que el costo operativo de dicho centro es astronómico, que no hay profesionales específicos suficientes en Mar del Plata para cubrir vacantes, y menos que menos algo planificado en materia de presupuesto soporte para el complejo instrumental que debe dar sentido a dicho centro.
En su devaneo pretencioso, Pulti apuntó: “Somos la primera ciudad del país que tiene conectado el GPS al 911 en taxis y transporte público”. Se le olvidaron algunos ítems: por ejemplo, que el llamado botón de pánico, que sí está instalado en los colectivos, no funciona fuera del horario municipal. Es así: a las 15, exactamente, concluye la atención a cualquier llamado de auxilio que genere el sistema. Y en los taxis todavía no está instalado el sistema, sumamente cuestionado por los propios taxistas. Invito a cualquiera a conversar con estos trabajadores del volante, y advertir qué dicen al respecto. Pulti miente. Lo afirmo con todas las letras, lo suscribo y lo debato en cualquier ámbito al que esta afirmación dé lugar.
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