lunes, 7 de noviembre de 2011

EL ESPECTACULO EN MAR DEL PLATA COMO "PRODUCTO TURISTICO"

Por Lucho Martinez Tecco
para El Retrato de Hoy


Ya nadie lo duda, pero conviene analizar, pienso, sus póqueres, antecedentes y motivaciones que han llevado a la oferta teatral de Mar del Plata a ser un verdadero “producto Turístico”.
Estamos tan habituados a definir, solamente como tales a la hotelería, los alquileres temporarios y la gastronomía, que nos olvidamos que todo servicio que se ofrezca al visitante es un “producto turístico” Lo son las playas, las sierras, la pesca deportiva, los pubs, y tantos otros que, los espectáculos, no pueden estar ajenos a su inclusión, máxime cuando (nos consta), desde el punto de vista de la economía, su aporte al PBI es fundamental. No solo por la cifra que surge de la venta de entradas, sino por el incremento del consumoenla ciudad yla zona que significa la presencia de los miles de artistas y teatrantes que constituyen la “mano de obra cultural” del gran negocio.
Artistas, directores, productores, técnicos, que consumen, también ellos, productos y servicios de “uso turístico”.

HAGAMOS HISTORIA

Los memoriosos y los “vegetes” (como este escriba), recuerdan a uno de los precursores del negocio, el Tano Vittori, que batía records de recaudación con sus y desopilantes puestas, sin olvidar en el otro extremo de la expresión teatral a Alfredo Alcon , China Zorrilla (una de las primeras galardonadas con el novel Estrella de Mar, las noches de la incipiente, entonces, cantante María Marta Serra Lima, que, desde un subsuelo en la Avenida del Ruido (Constitución), le ponía boleros al estruendo de los bongós de Pancho Freddy, apenas a una cuadra de la meca, entonces, de otro “producto”, las boîtes bailables, que ofrecían de todo: desde la música de “ablande” de Los Aromos, hasta el casi “kínder Garden “ de Belinasso, en la Ruta dos y Rio Negro.

HABLANDO DEl NEGRO

Hasta que a la calle Corrientes (de acá) apareció un negro que sería famoso (o ya lo era), el negro Alberto Olmedo. Ese, que con “El negro no puede” le pasó el trapo al mismísimo tano, reventando las boleterías durante varios años, hasta su trágica desaparición física.
Y bajo un techo de lona, el Circo Berlín, y luego Thiani (para nombrar solo algunos) le ponían al producto “espectáculos”, otra variante, entre las que descollaba Carlitos Bala, con su flequillo, desparpajo y carisma, incitando a los infantes a dejar el chupete con su “chupetometro” famoso, tanto como el “epepeeee”y” un kilo y dos pancitos”

ESPECTACULOS PARA TODOS LOS GUSTOS Y SABORES

Al mismo tiempo, pero en otros ámbitos, Juan Carles Colombres,Landru. nos mostraba en su revista a las señoritas “bienudas” del Ocean de Playa Grande, mientras Guido Parisier, desde el Hermitage, se mandaba “Tardes de té con masas finas” que eran el sustento gastronómico de desfiles de modelos, animados por la voz y la presencia inconfundible del Catalán locutorFederico, mientras por las noches descollaba el nuevo Enterprise, donde, la Revista Siete días nombro ” miss” a una adolescente Graciela Alfano, la archienemiga de Pachano,(el de las galeras) que pocos años después descollaría con su elenco de transformistas haciendo “Botton Tap”

VEDETTES ERAN LAS DE ANTES

Y ni hablar de las Vedettes, Ámbar La Fox entre ellas, que con su marido el patinador artístico “Maurin” nos dieron esa belleza y talento que hoy se llamaReina Reech, a la que, (crease o no) le puse talquito en la colita mientras su mama la bañaba en un depto de Luro casi Corrientes.
Sin olvidarlos de otras hijas de famosos, como las dos,Ileana y Mariana entonces pre-adolescentes, herederas de “El Contra”, el hoy aún vigenteVictorio Calabro, familia a la que recuerdo en cenas memorables con el gallego Héctor Ricardo García, el pope de Crónica, quienes competían en descubrir ignotos restaurantes, que por ellos,( y por su buena cocina), luego serían famosos.Como el Plato Azul de Mingo Ezeiza, La Forchetta, “Los Amigos”, El Taburete y “Los Vascos”(aún vigente), frente al entonces nuevo Centro Comercial del Puerto, cuya famosa paellacompetiría con la de “El viejo Pop”, desaparecido en manos del modernismo, en la mismísima Banquina.
Paella que disfrutaba, también, la entonces mujer de García, Ethel Rojo, que deliraba por “la raspa” de la omnipresente paellera.Festines amanecidos a los que solían incorporarse el hoy famoso empresario teatral Carlos Rotemberg,con su mujer, “la Flaca escopeta”, o Sofovich y su hermano Hugoy, a veces, encumbrados periodistas, locales o capitalinos.

TUVIMOS CAFÉ CONCERT

Y haciendo lo suyo, en pequeñas salas, andaban el gordo Bergara Leumann, el otro gordo, Porcel, Andrés Percivale, Antonio Gasalla, o en otra “cuerda” Pichuco Troilo, Osvaldo Pugliese, Los Chalchaleros, y la presentación mundial de “La Misa Criolla” de Ariel Ramírez, con Zamba Quipildor y hasta la mismísima Negra Mercedes Sosa.
Y claro, Sin olvidarnos de las grandes “revistas” conNélida Lobato, madre y maestra de todas las vedettes y los “capo Cómicos” como Pepe Biondi.
UN PRODUCTO PARA VER Y TOCAR
Allá por los 70, eran inmensas las colas de turistas, especialmente del interior, no solo para adquirir entradas, sino también ‘para a la salida. Era cuestión de ver y si los pato vicas se descuidaban, tocar anatomías de pulposas vedetongas, momento supremo que era hasta filmado por el Canal 9 TV del “zar” Alejandro Romayo fotografiado por Antena, Radiolandia y Canal TV.Pasando a la posteridad a los toquetones quienes, sin plata para pagar la entrada al teatro, entraban de la pestaña y por un rato, a la subcomisaria Casino, “aneda” que hoy algunos pueden relatarle a sus nietos.

ENLAS ARENAS “CANTABAN LOS REMOLINOS”

Con el sol como candileja y las carpas de escenografía, Los Barcitos de la Bristolfueron otro “producto turístico” que convocaba y arremolinaba visitantes, teniendo como actores o pretendientes de serlo a famosos, famosas, modelos, modelitos, deportistas, play boys estilo Isidoro Cañones,los ricos de la colectividad judía, los “nuevos ricos” fierreros de Warnes, sindicalistas, señoras gordas de malla negra, señoritas empulpadas con maquillaje de guerra y turistas en general.
Una mezcla de Teatro Griego con circo romano, donde los actores eran espectadores y viceversa. Con epicentro en “El Cubanito”, enlonado restorán, ciento cincuenta metros de “pasarela” para el desfile, verse y ser visto, aplaudir y ser aplaudido, comer y ser comido por la mirada de “fans”, damas amantes de esa Radiolandia en vivo y en directo y “buscas” de toda laya, junto a deleitados turistas para quienes el mar podía ser un telón de fondo y llamarlo “rio” una habitualidad.llí reinaron el “muñeco” Mateyco, Ringo Bonavena, el cacique Selpa, Carlos Monzón ( un día se apareció del bracete de Susana Giménez al volver como Campeón Mundial,ojito que tengo fotos), los “Tucu-Tucu”con guitarra y todo, Aníbal Troilo(siempre cubierto:el sol le sacaba ampollas), la garganta con arena” del polaco Goyeneche, las llegadas veraniegas de Serrat, los peluqueros de la farándula, los representantes y muchos divertidos estancieros zonales, llegados por el día en camionetas Ford F100, cero, de patas anchas y altas, precursoras de las 4x4 de hoy, también un insólito lustrabotas que quería sacarle brillo a los zapatos de un mundo descalzo (siempre había algún dandi con mocasines sin medias o trasnochado volviendo de la milonga con timbos negros), quinieleros disfrazados de vendedores de lotería, vigilantes disfrazados de turistas , gitanitos vendiendo hilos de coser y curitas, vagos tarjeteando “casas de cita”, y señoritas vendiendo lo suyo en provocativas bikinis que empezaban a ser moda “cola less” traída del desprejuiciado Brasil, (que escandalosa doña ¿vio?)-
Los barcitos de la Bristol fueron un maxi teatro, contado magistralmente por Radio Continental en las voces de Ulises Barrera, Horacio de Dios, Eduardo Calviño, el meteorólogo Celemín( A quien Horacio ordenaba meterse al mar a las ocho de la mañana con un termómetro, para decir la temperatura del mar, en directo), y también yo aprendiendo a contar lo que uno ve, pero por radio.
Ese producto turístico magistral con cinco balnearios, baños de agua caliente de mar, la “Pileta cubierta”, librerías, regalarías, bares, cafés, heladerías, olorosas “waflerias” y los “barcitos “famosos,, ha desaparecido, de la decisión de políticos de si fácil, arquitectos en el negocio y angurria de multi-empresarios poli- funcionales-mediáticos y Coruñeses.

MAR DEL PLATA LEVANTA EL TELON

El “estrella de mar” ya tenía algunos años, y el “espectáculo” empezó a presentar en sociedad, como en el lanzamiento de todo nuevo producto, a la “cartelera” del siguiente verano, en la ciudad de Buenos Aires, con el objetivo de obtener prensa, poniendo sobre la mesa de una cena marinera o coctel yanqui (según la guita de ese año) a los artistas de los tres sexos para que fueran devorados indefensos pero c{cómplices, por las cámaras voraces de la TV o tostados por los flashes de los paparazzi.
Y eso, quieras que no, es un clásico y remanido recurso de los marquetinistas para presentar al mundo un nuevo “producto”.
Y si el espectáculo de Mar del Plata no es un “producto”, “anda a cantarle a Gardel”(De paso, también como Fangio, la soja y Maradona) otro “producto” de exportación.
Y si no te quedo claro, lola.
Quelevachache

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