domingo, 22 de enero de 2012

CRONICA DE VERANO: EL SUICIDIO DE LAS BALLENAS, EN EL 46

Por Jose Luis Ponsico
para Agencia Periodistica de Buenos Aires


Mar del Plata vivió el 10 de octubre de 1946 un acontecimiento único e irrepetible: en una tarde calurosa y sin que mediara nada que lo hiciera presumir, 835 ballenas llegaron a la zona de la Playa Bristol, y encallaron en la arena.
Parte del grupo se acercó a las playas desiertas de Punta Mogotes. Los cetáceos tenían 5 ó 6 metros de longitud y casi 500 kilogramos de peso. Eran de color azul intenso y aceptaron un destino común, que produjo un profundo estudio de los científicos.
Un dantesco espectáculo. Llegaron para morir. El suicidio colectivo no tuvo antecedentes si se toma la cantidad y las hipótesis luego investigadas. Se hablaba de otro hecho similar en el norte de Escocia, en 1927. Aunque sin el mismo final. En 1930 se conoció otro caso enCabo Esperanza.
Los medios periodísticos aludieron a supuestas orcas o toninas. Al día siguiente, una legión de turistas se agolpó en la parte alta de las playas tomando fotografías. El diario La Capital obtuvo una imagen que perduró en el tiempo. La tomó el reportero gráfico José Alberto Lago.
El 24 de febrero del ´46 había ganado la fórmula Perón-Quijano y poco después del “suicidio colectivo” el gobierno nacional iniciaba las obras monumentales de la Colonia Chapadmalal, que daría un lugar, alojamiento, a miles de niños de la clase obrera.
Poco antes del suceso de las ballenas, el puerto marplatense vivió una de las mayores tragedias.
Para Santa Rosa, el 30 de agosto del´46, una tormenta invernal, alta mar, derivó en el naufragio de decenas de lanchas pesqueras. Hubo 24 pescadores desaparecidos en el océano Atlántico.
El gobierno popular pondría en marcha el Primer Plan Quinquenal (1947/52), al tiempo que se anunciaba la estatización de los servicios telefónicos y la creación de la flota mercante. Las leyes laborales, la compra de los ferrocarriles ingleses y la compañía del Gas Del Plata.
Mar del Plata iniciaba su transformación como ciudad turística. De balneario de playas agrestes a la rápida edificación de decenas de edificios en propiedad horizontal.
El estudio sobre los cetáceos lo hizo el capitán de fragata Teodoro Caillet Bois. Un informe de científicos determinó que “la muerte del macho en alta mar produjo angustia en las ballenas hembras”. Al mismo tiempo, “la pérdida del rumbo al salir de las corrientes más frías, viniendo del Sur”.
Distintos testimonios de la época sostuvieron que eran “pocas las personas que paseaban por la costanera el 10 de octubre a las 15 cuando pudieron divisar en el mar, a lo lejos, los grupos compactos de semejantes ballenas llegando a las playas”.
Hubo intentos de depredación por la noche. Algunos salvajes acuchillaron a los cetáceos que iban muriendo ante la falta de alimento y estando fuera del agua. Hacia medianoche se dispuso una vigilancia policial.
Las crónicas de época revelan que varios remolcadores debieron, dos días más tarde, acarrear el extraño cargamento animal. Pasaron 65 años y aún hoy cuesta imaginar las playas de La Feliz con 835 ballenas, inmensas, desparramadas por la arena marplatense.
En política también existe el suicidio colectivo.

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