domingo, 17 de junio de 2012

SE AGRAVA LA URGENCIA DE SCIOLI POR RECIBIR FONDOS NACIONALES


Por Marcelo Veneranda          
para el Diario La Nacion

En los últimos días conversó con el ex ministro de Economía Roberto Lavagna, se abrazó al camionero Hugo Moyano y ensayó gambetas, sobre el césped artificial, con el futbolista Carlos Tévez. Pero ni siquiera los gestos más distendidos y triviales que Daniel Scioli encaró en su rol de presidenciable alcanzan para disimular la urgencia cada vez más real que debe enfrentar como gobernador bonaerense: la falta de fondos para pagar los sueldos y aguinaldos de los estatales.
Quedan sólo cinco días para saber si la Casa Rosada está dispuesta a llevar el enfrentamiento con Scioli al terreno más sensible: el bolsillo o, lo que es lo mismo, el humor de los bonaerenses. Este viernes es la fecha límite para que la provincia reciba del Gobierno una asistencia de 2800 millones de pesos, sin la cual no se podrán pagar en tiempo y forma los sueldos y aguinaldos de más de medio millón de docentes, médicos, policías y estatales bonaerenses. El plazo y el monto de las urgencias financieras fueron confirmados a LA NACION por fuentes oficiales del gobierno provincial.
El arribo o no de esos fondos terminará por develar otra incógnita: si los encuentros que Scioli dio a conocer en los últimos días con rivales del kirchnerismo fueron parte de una estrategia defensiva, para intentar desalentar las embestidas de la Casa Rosada, o un jugada ofensiva, nacida del convencimiento de que la ayuda económica no llegará a tiempo.
En el gobierno provincial eligen otra interpretación: que las alianzas que Scioli construye hacia 2015 también estarán al servicio de la Presidenta, mucho antes, si la crisis estalla. Lo demostró hace días, cuando convenció al jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, de no dejar plantado al ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo.
La orden presidencial para sedar al vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto, alienta esa alternativa. De todos modos, la plata no llega. Y en la Gobernación asoma un temor: que en lugar de 2800 millones de pesos, la Casa Rosada envíe una suma inferior, para demostrar solidaridad con Scioli, a la vez que dejar en evidencia su responsabilidad por lo que falte. La versión también circula en boca de algunos de los intendentes que dialogan con dirigentes de La Cámpora.
La falta de recursos para afrontar parte de los sueldos y todo el medio aguinaldo de los empleados provinciales completa un circuito que ya exhibe otras alarmas: la reducción drástica de las obras públicas provinciales; el retraso en el pago a proveedores que, en algunos casos, supera los 180 días; y el pago desdoblado de salarios en los municipios, que a fin de mes alcanzará a una decena de distritos, principalmente del interior provincial.
A pesar de las urgencias, los ministros provinciales intentan transmitir tranquilidad fuera de sus despachos. No se basan en la certeza de que los fondos llegarán, sino en el hecho de que el tironeo con la Casa Rosada es una rutina que se repite cada mes y culmina siempre del mismo modo: con Scioli, ante la Presidenta.
"El que termina poniendo la cara soy yo, cada mes", admite el gobernador, según cuentan algunos interlocutores de encuentros reservados en los que cada vez le resulta más difícil disimilar el agobio financiero.
"Scioli no duda en la palabra empeñada por la Presidenta", afirman en su entorno. Aluden así a que, como el resto de los gobernadores, el bonaerense anticipó en enero a la Nación cuánto dinero iba a necesitar para los aguinaldos.
"Entre el viernes 22 y el lunes 25 necesitamos 2800 millones de pesos para afrontar en tiempo y forma los pagos", reconocieron a LA NACION en la Gobernación. Con un total de 550.000 empleados, de los cuales 230.000 son docentes, la masa salarial que debe afrontar Scioli asciende a 4500 millones de pesos, a los que este mes se suman otros 2200 millones, por el medio aguinaldo.
Conscientes de que la Casa Rosada no hará nada para facilitar el envío de esos fondos -a través de un préstamo, por ejemplo-, en La Plata preparan una alternativa: ofrecerle al Estado nacional parte de las reservas provinciales en bonos Bogar 2018, a cambio de fondos frescos.

Los patacones

Si bien descartan enfáticamente la posibilidad de imprimir patacones, reconocen que Scioli volverá a emitir bonos para los proveedores. Este año ya lanzó uno, por 500 millones de pesos, para saldar las deudas de 2011. A mediados de julio emitirá otro, por 900 millones, para las deuda generada en la mitad de 2012.
El freno económico general ensombrece aún más los pronósticos ya no tan optimistas del sciolismo. No sólo porque la caída en la recaudación afecta la coparticipación federal, sino porque el 75% de los recursos provinciales se basan en un impuesto atado a la actividad económica: ingresos brutos.
"Tenemos legitimidad para pedirle fondos a la Nación", argumentan en el sciolismo para recordar que la provincia aporta el 40% de la renta nacional y recibe, vía coparticipación, sólo el 19%. La oposición comparte ese argumento, pero acusa a Scioli de haberlo callado durante años. La dependencia actual, sostiene, es el resultado de ese "sometimiento".
Para los municipios, cuya coparticipación dependen tanto de la recaudación nacional como de la provincial, el panorama es más desalentador. Diez intendentes anticiparon que aplicarán una misma mecánica: pagarán primero los sueldos de los empleados, luego las horas extras y, finalmente, los haberes de los funcionarios. El aguinaldo es aún una incógnita.
Las urgencias no cesarán con el aguinaldo. Antes de fin de año, la provincia necesitará financiamiento por $ 10.000 millones, según estimaciones oficiales que confían conseguir esos fondos en la Casa Rosada.
Para achicar ese margen, la provincia se prepara para ahorrar otros $ 1000 millones en obras públicas y eventos culturales. El propio Scioli da pistas de ese futuro, cuando comenta que dejará de compartir escenarios con Ricardo Montaner o el Dúo Pimpinela. En épocas de vacas flacas, esas imágenes irritan, dice. Anticipa que se lo verá más seguido en las canchas de fútbol. Como con Carlitos Tevez. A pura gambeta y transpirando.. 

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