sábado, 14 de julio de 2012

LA CGT Y SUS DIVISIONES DESDE 1957

Por Jose Luis Ponsico
para Agencia Periodistica de Buenos Aires


En 55 años la CGT vivió divisiones recordadas. Desde la conocida en el ´57 (Negra versus Auténtica), en plena auge de “la fusiladora”, pasando por la de los ´60 (Augusto Vandor versus Raimundo Ongaro). Durante la última dictadura, Saúl Ubaldini (CGT Brasil) enfrentado a Armando Cavalieri y Jorge Triaca (Azopardo).
La Confederación General del Trabajo (CGT) fue creada a comienzo de la década del ´30. En 1928, el país repitió la adhesión al radicalismo de Hipólito Yrigoyen. Con base de inmigrantes, una mayoría había votado al “caudillo”. La CGT creció con “la Argentina industrial”, en el primer gobierno del coronel Juan Domingo Perón, a partir de 1946.
La primera conducción cegetista surgió del acuerdo entre socialistas e independientes. Una crisis inaugural llegó antes del peronismo. Ocurrió en 1935, cuando los sindicatos se dividieron entre conducciones socialistas y otras cercanas al Partido Comunista. En menor medida también se conocían expresiones anarquistas e independientes.
Con la Revolución del ´43, inspirada en coroneles del Ejército de raíz nacionalista y liderada por Perón, el escenario de buena parte de la dirigencia laboral se sintió atraída por el militar que ocupó la Secretaría de Trabajo y Previsión Social. El coronel, asesorado por el abogado socialista Eduardo Stafforini, entabló relación con delegados de base.
Entre fines del ´43 y mediados del ´45, estimaba Enrique Pavón Pereyra, biógrafo de Perón, que por el despacho del militar y su asesor laboralista desfilaron algo más de mil referentes sindicales. Una CGT en la que sus líderes se alineaban con José Domenech (Unión Ferroviaria) y Angel Borlenghi (Mercantiles).
El peronismo -en todo caso- estaba naciendo. Como la relación de Perón con María Eva Duarte cuando ella -joven actriz, noviembre del ´43- acompañó a Eduardo Cuitiño y Homero Cárpena a la gestión por la personería gremial de Actores. Cuenta la leyenda que el coronel quedó visiblemente impresionado. Perón era viudo.
El dirigente textil Andrés Framini encabezó un movimiento de protesta cuando fue intervenida la CGT, luego del golpe militar contra el gobierno constitucional de Perón, el 16 de septiembre de 1955. En los primeros días de noviembre la supuesta “Revolución Libertadora” decretó persecución y encarcelamiento a la dirigencia gremial peronista.
Cuarenta y cinco años más tarde, Framini describió: “nn casa de Valentín Suárez, dirigente de Bánfield con su domicilio en Temperley y asesor de Evita en la Fundación Eva Perón se reunieron algunos dirigentes y crearon la “CGT negra”. La discusión giraba en torno a si íbamos al diálogo o no con Bengoa, cercano al general Eduardo Lonardi”.
“Junto a Amado Olmos, uno de los dirigentes con mayor adhesión, no aceptamos el diálogo con gobierno de facto y al tiempo creamos la “CGT auténtica”, luego de los fusilamientos del 9 de junio del ´56. Antes, con el Decreto 4161 nos fueron a buscar a todos a los respectivos domicilios. Vivíamos en el exilio interno y nos reuníamos en bares”, relató Framini.
En los años ´60, la figura fuerte del sindicalismo peronista fue Augusto Timoteo Vandor, máximo dirigente de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). El crecimiento industrial de “la Argentina de Perón y Evita” le había dado a la UOM un poder sindical y político. El popular “Lobo” Vandor negociaba con el régimen del general Juan Carlos Onganía.
Cuando el apogeo del onganiato hacía pensar en un largo ciclo del militar al que el humorista Landrú había caracterizado como una morsa” -la revista Tía Vicenta fue clausurada-, la dirigencia combativa de un peronismo que giraba alrededor de Raimundo Ongaro dio nacimiento a la “CGT de los Argentinos”. Hace casi 45 años.
Estando la CGT dividida se produjo “el Cordobazo”, fines de mayo del ´69, y poco después mataban a Vandor, hecho atribuido a Montoneros. En tanto, en Madrid, el general Perón solía repetir: “La violencia de arriba engendra la violencia de abajo”. Se vislumbraba otra Argentina.
El período siguiente lo enmarcó el liderazgo cegetista de José Ignacio Rucci, dirigente de San Nicolás, heredero de Vandor. Cuyo hombre de mayor confianza, Lorenzo Mariano Miguel, metalúrgico de Villa Lugano, hincha de San Lorenzo y referente de la UOM, trascendió a todos durante cuarenta años. Rucci fue asesinado en septiembre del ´73.
El peronismo vivió una época de duro confrontación política ideológica, marcada por la violencia y agravada tras la muerte del general Perón, el 1 de julio de 1974. Esa puja, por supuesto, también se registró al interior del espacio sindical.
En ese marco, el llamado “lopezrreguismo” se adueño del poder y la organización criminal Triple A elevó la escalada de la violencia en el ´75. La CGT enfrentó al gobierno de Isabel Perón y José López Rega. El 7 de julio hubo paro general.
Durante 48 horas la dirigencia sindical se pronunció con numerosa movilización contra el gobierno de la viuda del general Perón. Al cabo, renunció José López Rega, ministro de Bienestar Social e ideólogo de la organización criminal Triple A. Su salida del gobierno se selló con un destino diplomático en el exterior.
Casildo Herreras reemplazó a Segundo Palma, hombre de Lorenzo Miguel, al frente de la CGT. Se venía el golpe militar. La central obrera fue intervenida luego del 24 de marzo del ´76. Uno de sus interventores, el coronel Juan Pita, fue ejecutado por la guerrilla a fines del mismo año.
La dictadura se había ensañado contra el movimiento obrero y sus dirigentes. La inmensa mayoría de las víctimas del Terrorismo de Estado, asesinados, torturados y desparecidos, fueron obreros y obreras jóvenes, militantes y dirigentes sindicales ligados a Montoneros, ERP y otras organizaciones revolucionarias, los mismos sectores que habían sido blanco de los esbirros de la Triple A.
En febrero del ´77, un “grupo de tareas” de la ESMA secuestra y asesina a Oscar Smith, dirigente de Luz y Fuerza. El gremio había iniciado una jornada de protesta contra la dictadura y hubo cortes de luz. El régimen despidió a 264 trabajadores de SEGBA y condenó a muerte al recordado “Gato” Smith.
Recién en abril del ´79, la Comisión Nacional de los 25 -se oponían a la conducción de Lorenzo Miguel en el sindicalismo- lideró una huelga contra el plan económico del ministro José Alfredo Martínez de Hoz, puesto en marcha en abril del ´76. Hubo encarcelamientos.
“En 24 horas nos fueron a buscar a todos”, comentó hace poco Roberto Digón, dirigente del gremio del Tabaco -ahora miembro del directorio de BAPRO. Banco Provincia- refiriéndose a Roberto García (taxista), Ricardo Pérez (Camioneros) José Rodríguez (SMATA), los dirigentes del sindicalismo “opositor a las 62 Organizaciones”.
En el ´75, Raimundo Ongaro se oponía a Lorenzo Miguel y la Federación Gráfica Bonaerense resultó intervenida por el Ministerio de Trabajo a cargo de Ricardo Otero, hombre de la UOM. Algo similar ocurrió con René Salamanca (SMATA, Córdoba), más tarde secuestrado y asesinado por la dictadura militar. Por aquellos años de luchas, sobre todo a partir del “Cordobazo”, descollaba la figura de Agustín Tosco, dirigente de Luz y Fuerza de Córdoba.
Las internas sindicales continuaron hasta el final del régimen militar y se incrementaron durante el gobierno de Raúl Alfonsín. Con “los 25″ llegó Saúl Ubaldini (cervecero) y por el lado opuesto al llamado “combativo” surgieron los dirigentes Armando Cavalieri (mercantiles) y Jorge Triaca (plásticos) que eran observados como “colaboracionistas”.
La CGT de Ubaldini, a partir de diciembre del ´84 apuntó al gobierno de Alfonsín e inició una serie de jornadas de protestas que al cabo de cinco años se tradujeron doce paros generales con grandes movilizaciones populares. Antes y ahora el sindicalismo estuvo dividido.

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