Por Adrián Freijo, Director del portal de Noticias
Opinion22.com.ar
Repentinamente pareciera que la ciudad se ha puesto a hablar del futuro. Los temas de planificación propuestos desde el Ejecutivo local centran el debate, por fin, en la ciudad que queremos para los años que vienen. Una oportunidad que no podemos desperdiciar.
El traslado de la sede municipal, el desarrollo de nuevos desarrollos urbanos en el puerto, en el microcentro, en la zona de la vieja terminal de ómnibus, el uso de las playas públicas buscando terminar con los abusos o un nuevo ordenamiento vehicular que dé prioridad al transporte público modernizándolo y haciéndolo funcional a las necesidades de una urbe en la que el parque automotor ha explotado en los últimos años son parte de una planificación que brillaba hasta ahora por su ausencia dando paso eternamente a esa inmediatez remendona que puede servir hoy pero es irremediable “hambre para mañana”.
Las tratativas con el BID para el financiamiento de algunos de estos proyectos o la presencia entre nosotros de un equipo comandado por David Sim y que ha tomado intervención en algunas de las ciudades más importantes del mundo, asi como la novedosa propuesta de financiamiento a partir del adelanto de tributos por grandes empresas privadas indican que esta vez se ha tomado la decisión de ir en serio por un cambio que desde hace muchos años aparece como inevitable.
Pero nada de esto tendrá andamiento si los marplatenses no nos comprometemos con la cuestión y presionamos sobre las autoridades para que las cosas se hagan bien y sobre la oposición para que la eterna máquinaria de la especulación política diminuta no convierta en una guerra lo que debería ser un apasionante esfuerzo en conjunto.
¿Es Pulti?…pues que sea Pulti. O Juan o Pedro o el que el voto popular ponga en el lugar y en el momento preciso.
Mar del Plata es mucho más que un color político determinado o un hombre providencial. Pero ocurre que es esta administración la que nos convida al desafío y seremos entonces nosotros los que tendremos que aceptarlo y acompañarlo.
Hemos asistido impotentes a una decadencia estética, ética y práctica de una ciudad que supo ser ejemplo para el país y que hace muchos tiempo destaca tan sólo por sus índices negativos.
Llegó entonces la hora de cambiar, de animarnos y de acompañar un tiempo que bien encarado será seguramente refundacional.
Y a quienes amamos nuestro lugar en el mundo y sabemos de su potencialidad y privilegio, lo que viene no puede menos que entusiasmarnos y despertar en cada uno de nosotros la convicción de ser testigos y protagonistas de una circunstancia histórica.
Parece que ha llegado el momento….hagámoslo realidad.
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