Después de 40 años, María Núñez se reencontró con su hermana, de quien había sido separada en su infancia. Lo paradójico es que viven a pocas cuadras de distancia y las volvió a unir una sobrina. El reencuentro se produjo ayer, en el comedor "La esperanza", del barrio Pueyrredon.
"Hace un año, yo me hice una amiga que conocí en la feria que se hace en el barrio Belgrano y hace dos días me di cuenta que era mi tía, la hermana que tanto buscaban mis otras tías", contó Carla, de 22 años, a LA CAPITAL.
La familia Núñez se desmembró hace cuatro décadas, cuando la madre -María Benedicta- abandonó el hogar cansada de la violencia familiar y emigró hacia Bahía Blanca, donde "tenía trabajo".
Así fue que María Susana -la hija más grande, hoy de 52 años- con 12 años recién cumplidos quedó con sus hermanas (María Rosario, María Teresa, María Rosa, María Fabiana, María Angélica) y el único varón, Carlos, a cargo de su padre también llamado Carlos.
Ella, al empezar a trabajar en una casa de familia con cama adentro, se alejó de su familia mientras que sus hermanos fueron dados en adopción. Entonces comenzó su búsqueda, hasta que cuatro años después se reencontró con su madre, al quedar embarazada de su primer hijo.
Poco a poco la red familiar se fue reconstituyendo, todos formaron su propia familia y hasta se instalaron bastante cerca unos de otros. Dos de las hermanas -Angélica y Fabiana- viven en Buenos Aires, mientras que las restantes residen en Mar del Plata, en el barrio Pueyrredon, cerca del comedor "La Esperanza", sito en Magnasco al 2500, que María Susana fundó hace 15 años. Pero faltaba reencontrarse con la más chica, María Rosa.
La búsqueda incluyó investigaciones vía redes sociales, pero "nunca pude dar con mi hermana, aunque tampoco nunca me di por vencida", contó María Susana.
La sorpresa llegó de la mano de la sobrina Carla, que desde hace un año tiene una nueva amiga que conoció en una feria que se organiza en el barrio Belgrano. "Yo había ido a tomar mate el otro día -relató Carla- a la casa de Rosa y resulta que había fotos sobre la mesa, porque los chicos de ella las habían estado mirando".
Al ver las fotos en papel, a Carla le llamó la atención "el parecido físico que tenía con todas mis tías (ella es hija del único hermano varón), entonces le empecé a preguntar por su origen y resultó ser la tía buscada", se rio la joven.
No importó ni la lluvia ni el frío que días pasados se abatieron sobre Mar del Plata, porque Carla caminó las calles que la separaban de la casa de su tía Susana para contarle la buena nueva. Y todo fue "alegría y felicidad, porque después de 40 años logré reencontrarme con mi hermanita", contó Susana. Rosa, ayer al mediodía, en el almuerzo del reencuentro familiar, no encontraba palabras para describir "tanta felicidad". "Y pensar que estábamos tan cerca", reían las dos. Al festejo se sumaron las restantes hermanas y muchos sobrinos y hasta sobrinos nietos.
Susana, con la felicidad dibujada en el rostro, adelantó que el próximo sábado 28 de setiembre al mediodía recordarán con una tallarinada a la madrina del comedor "La Esperanza", Iris Lainez, e invitó a toda la comunidad a participar y colaborar. Los interesados pueden hacerlo llamado al 482-6130 o al 155-064854.
"Ahora tenemos un motivo más para celebrar", se alegró.
Fuente Diario La Capital de Mar del Plata
Así fue que María Susana -la hija más grande, hoy de 52 años- con 12 años recién cumplidos quedó con sus hermanas (María Rosario, María Teresa, María Rosa, María Fabiana, María Angélica) y el único varón, Carlos, a cargo de su padre también llamado Carlos.
Ella, al empezar a trabajar en una casa de familia con cama adentro, se alejó de su familia mientras que sus hermanos fueron dados en adopción. Entonces comenzó su búsqueda, hasta que cuatro años después se reencontró con su madre, al quedar embarazada de su primer hijo.
Poco a poco la red familiar se fue reconstituyendo, todos formaron su propia familia y hasta se instalaron bastante cerca unos de otros. Dos de las hermanas -Angélica y Fabiana- viven en Buenos Aires, mientras que las restantes residen en Mar del Plata, en el barrio Pueyrredon, cerca del comedor "La Esperanza", sito en Magnasco al 2500, que María Susana fundó hace 15 años. Pero faltaba reencontrarse con la más chica, María Rosa.
La búsqueda incluyó investigaciones vía redes sociales, pero "nunca pude dar con mi hermana, aunque tampoco nunca me di por vencida", contó María Susana.
La sorpresa llegó de la mano de la sobrina Carla, que desde hace un año tiene una nueva amiga que conoció en una feria que se organiza en el barrio Belgrano. "Yo había ido a tomar mate el otro día -relató Carla- a la casa de Rosa y resulta que había fotos sobre la mesa, porque los chicos de ella las habían estado mirando".
Al ver las fotos en papel, a Carla le llamó la atención "el parecido físico que tenía con todas mis tías (ella es hija del único hermano varón), entonces le empecé a preguntar por su origen y resultó ser la tía buscada", se rio la joven.
No importó ni la lluvia ni el frío que días pasados se abatieron sobre Mar del Plata, porque Carla caminó las calles que la separaban de la casa de su tía Susana para contarle la buena nueva. Y todo fue "alegría y felicidad, porque después de 40 años logré reencontrarme con mi hermanita", contó Susana. Rosa, ayer al mediodía, en el almuerzo del reencuentro familiar, no encontraba palabras para describir "tanta felicidad". "Y pensar que estábamos tan cerca", reían las dos. Al festejo se sumaron las restantes hermanas y muchos sobrinos y hasta sobrinos nietos.
Susana, con la felicidad dibujada en el rostro, adelantó que el próximo sábado 28 de setiembre al mediodía recordarán con una tallarinada a la madrina del comedor "La Esperanza", Iris Lainez, e invitó a toda la comunidad a participar y colaborar. Los interesados pueden hacerlo llamado al 482-6130 o al 155-064854.
"Ahora tenemos un motivo más para celebrar", se alegró.
Fuente Diario La Capital de Mar del Plata
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