*Eduardo Cao
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Poder y dinero alimentan ambiciones. Siempre, claro está, que no haya situaciones en las que la palabra desmientan los hechos. Cuando eso ocurre, llega la ocasión de salir de la oscuridad y, es inexorable, se vuelve contra sus celosos guardianes. Es la llamada “mejor oportunidad” en el lenguaje tribunalicio cuando de política se trata. Parece que ahora llegó a través de un impensado y poco conocido diplomático cuyas declaraciones judiciales, se han convertido en un nuevo dolor de cabeza para los Kirchner. Como lo fue para Aníbal Fernández toparse con una modelo que casi lo dejó nocaut en medio de un set televisivo.
“La Presidenta tiene la idea de que la plata que hay en la Argentina es de ella… (Néstor Kirchner) es un enfermo, de poder y de dinero” (Eduardo Duhalde, durante un acto en Mar del Plata)Dinero y poder, está visto en la Argentina de hoy, son el medio y el fin. Uno es necesario para el otro. Imprescindible, digo, porque las muestras se suceden en la historia de estos días.Existen varias decenas de ejemplos, algunos archivados hasta “mejor oportunidad” que, sin pretender ocupar el milenario y por lo tanto desgastado rol de adivinador o augur, en algún momento llegará. Basta repasar acontecimientos del pasado y la peculiaridad social que nos distingue (¿nos distingue?).Volvemos al poder y al dinero. Eduardo Sadous, un desconocido diplomático argentino que supo ocupar la embajada argentina en Caracas en los albores del kirchnerismo, denunció a empresarios y funcionarios nacionales de pagar y cobrar coimas para hacer negocios con el país de Hugo Chávez a través de un fideicomiso que pactaron los K con el mandatario caribeño.Parece ser que las operaciones comerciales bilaterales que se realizaban en el marco de ese acuerdo debían quedar asentadas en un banco estadounidense. Y ahora, hacia allí están dirigidas las miradas de la Justicia argentina.La causa por la cual se recibió la declaración testimonial de Sadous en la Justicia ya tenía “nombres famosos” en sus folios: Claudio Uberti y Ricardo Jaime, ex funcionarios ahora procesados a quienes le llegó la “mejor oportunidad” cuando los renunciaron. También Julio De Vido, con supuesta participación directa por ser su ministerio el que habría recibido los “aportes” empresariales, según el diplomático.En realidad, el fiscal Gerardo Pollicita escuchó al ex embajador en el marco de la denominada megacausa que sustancia el juez Julián Ercolini que investiga si los funcionarios que participaban de los negocios con Venezuela integraron una asociación ilícita, Néstor Kirchner incluido.Pollicita, e imaginamos que el juez también, intentan establecer la ruta de las supuestas coimas, ergo: por qué medios se trasladó el dinero con presunción de mal habido y quiénes serían los viajeros. Para eso, requirió listas de vuelos particulares y gubernamentales que cubrieron el trayecto Buenos Aires- Caracas y quién los pagó. Ya tiene de dónde comenzar: se comprobó que la empresa petrolera estatal venezolana pagó varios de esos periplos. Es la misma cuyos principales directivos compartieron el viaje del maletín con 800.000 dólares que llegó de la mano de Antonini Wilson, en una fría madrugada de agosto de 2007 y que, coincidencias o no, es la encargada de manejar las finanzas del fideicomiso argentino-venezolano para el comercio bilateral.Una aclaración: Sadous fue reemplazado por la hiperkirchnerista Nilda Garré, tras denunciar la desaparición de 90 millones de dólares de aquel fideicomiso. Si bien el dinero apareció luego de su advertencia- denuncia, tanto en la Argentina como en Venezuela se lo vinculó con operaciones cambiarias “no santas”: se habrían comprado dólares en el mercado paralelo venezolano y logrado una diferencia de 13 millones de la moneda estadounidense. Además, el entonces embajador señalaba en su esquela por vía diplomática, que había recibido quejas de varios empresarios argentinos por el elevado porcentaje de las “coimas” que debían pagar para hacer negocios en tierras chavistas.DE AQUÍ Y ALLÁSe lo quiso disfrazar, pero en definitiva fue lo que fue y en el Gobierno lo saben. ¿Qué hacemos ahora con el corte en Gualeguaychú?, se preguntaban en la Casa Rosada después del fallo del Tribunal de La Haya sobre Botnia en Fray Bentos, Uruguay.Es cierto, como lo subrayó la Presidente, que los jueces internacionales dictaminaron que los uruguayos violaron el Tratado del Río de la Plata al permitir la instalación de la pastera sin consultar a la Argentina con quien comparte las aguas del río Uruguay.Resultó una decisión casi declamatoria, algo así como que se hizo algo malo, muy malo, pero sin “marche preso” que, en este caso específico se traduciría en aplicar sanciones. O más bien, “que arreglen ellos sus desaguisados mutuos”.Lo que sí quedó claro es que Botnia no contamina y seguirá funcionando tal y como está en la actualidad, para desesperanza de los ambientalistas entrerrianos, que mantienen bloqueado el puente fronterizo General San Martín desde noviembre de 2006. En mayo de ese año y cuando los cortes eran parciales en el tiempo, Néstor Kirchner les había hablado como Presidente de la Nación: “hemos venido a Gualeguaychú a comprometernos a elevar los estándares actuales de cuidado de nuestro medio ambiente para que permanezca sano y saludable; hemos venido también a respaldar el camino seguido, respetuoso del derecho interno e internacional, en el diferendo ambiental que tenemos con el Gobierno de la hermana República Oriental del Uruguay en razón de la violación de las obligaciones que surgen del Estatuto del Río Uruguay”.Seis meses después, el “camino elegido” fue la movilización y el ilimitado corte de ruta.Es un problema común y como tal lo abordan Cristina Fernández de Kirchner y José Mugica. Uno y otro deberán explicar y explicarse qué fue lo que ocurrió con el tratado refrendado por Juan Domingo Perón y Juan María Bordaberry el 19 de noviembre de 1973, poniendo fin a la disputa por fronteras impalpables en el agua. Para los uruguayos era el límite a ciertas actitudes dominantes de los argentinos en el comercio bilateral. Mirándolo hoy, ¡cómo ha cambiado la perspectiva! Un Uruguay en expansión industrial y comercial con el mundo y una Argentina cada día más encerrada en sus propias fronteras.Mujica, el “Pepe” oriental, como lo calificó Duhalde “un tipo que estuvo preso (y) no siembra vientos de odio" dirá lo suyo y la Presidenta argentina, que hasta no hace mucho manifestaba su admiración por el mandatario uruguayo (al menos en campaña y cuando fue electo) lo que debería corresponderle. Sin dejar de encabezarlo con el paradigma que significó el apoyo de Néstor como presidente, a un movimiento con el que se podrá estar de acuerdo en sus reivindicaciones pero que debe formar parte de una cuestión de Estado, en particular porque involucra a otro país, en particular si es con el que tenemos más coincidencias históricas y un poco de las culturales que diferencias coyunturales.“Y EL PERDEDOR ES…”No son gallos con agudos espolones, ni animales de especie alguna empeñados en detestables y sangrientas luchas, pero están inmersos en un “reñidero”, calificativo que transcribo a pesar de no ser de mi autoría en esta ocasión.Son funcionarios, legisladores, dirigentes, oficialistas y opositores. No todos por suerte, ya que la generalización implica un error fundamental para la capacidad de analizar, pero sí de algunas situaciones que heredamos de ciertos políticos, empeñados como están en hacernos divagar por cuestiones que poco tienen en común con nuestras vicisitudes cotidianas.Permeables somos los argentinos a creer que sin nuestra presencia el planeta se detendría, devoramos y tratamos de digerir el menú que los interesados nos presentan. Y cuando nos referimos a interesados, escribimos de intereses. Los que intentamos sustraernos, sabemos que hay intereses, y muy poderosos, de por medio. Si no fuera así, cómo explicarnos la parafernalia mediática de ciertos personajes de la política que dicen mucho y explican poco.Viene a cuento la reflexión porque recordé a Carlos Corach. ¿Qué tiene que ver el ex ministro de Menem con el presente? Mucho, aunque parezca mentira, si se parte de la función específica que cumplía en aquel gobierno: el de imponer la agenda política. La memoria esta vez me juega a favor pasándome la película sin cortes de aquellos años. Decenas de micrófonos rodeándolo al salir de su departamento en la ciudad de Buenos Aires y Corach, con cara de “yo lo sé”, respondiendo lo que le interesaba contestar, exhibiendo sonrisas cómplices cuando quería que algo se publicara o editara pero que él no había dicho, o con cara malhumorada si la pregunta era incómoda. Sí, lo aseguro, él fijaba la agenda política del día; la que la Casa Rosada pretendía. Cumplida la labor ministerial, los periodistas podían ser de medios declarados independientes, más o menos oficialistas o m{as o menos opositores (que los había, los hay y los habrá siempre, con ley o sin ley), pero todos reflejaban aunque más no fuera una frase suya.Hoy, las inquietudes en un reportaje periodístico o que se le parece, a un funcionario equivalente a Corach pasan por otras andariveles. Sin ir lejos, el Aníbal Fernández belicoso, dejó la armadura, se vistió para la ocasión y fue al programa de TV “Duro de Domar” de Roberto Pettinato, quizá sólo preparado para enfrentar las habituales y ácidas requisitorias de su anfitrión. Se encontró con la modelo y panelista Amalia Granata, ex del futbolista Cristian “Ogro” Fabbiani de olvidable paso por River. La chica no parece tener pelos en la lengua y así como hace meses la emprendió con su pareja jugador, ahora castigó al Jefe de Gabinete con una desenfada descripción del Gobierno: “un caballo con anteojeras” advirtiendo además que si esas palabras determinan algún tipo de censura para con ella, “estaría demostrando que es una dictadura”. Muy a mi pesar profesional, ¿cuántos periodistas renombrados, aún en las antípodas del matrimonio K, se hubiera animado a emitir tal concepto cara a cara con el m{as influyente ministro? Mi caso es aparte: no soy renombrado.LO DICHO, DICHO ESTÁ"El pollo que comemos está cargado de hormonas femeninas, por eso los hombres cuando comen este pollo tienen desviaciones en su ser como hombres" (Evo Morales, presidente de Bolivia, al inaugurar una reunión sobre el cambio climático)"El mismo libreto que el gobierno cubano, sólo faltan los golpes que les dan a las damas de blanco", (Hilda Molina, médica opositora a Fidel Castro, al intentar presentar “Mi Verdad” en la Feria del Libro y mientras era insultada y agraviada por militantes del Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba y estudiantes universitarios) "El objetivo de la ley de Medios es que no se cree ningún monopolio, pero ninguno, ni los que están ahora, ni los que quiere crear el Gobierno… si hay alguien que le beneficia que la ley de medios no salga es, también, al Gobierno. ¿O por qué (Ricardo) Jaime quiere comprar todos los medios de comunicación que hay en la provincia de Córdoba" (Victoria Donda, diputada nacional ex kirchnerista e hija de desaparecidos durante la dictadura militar, cuestonada durante la marcha a favor de la Ley de Medios) "La creciente tendencia de la Argentina a imponer medidas proteccionistas a los productos chinos… ya dañó los lazos bilaterales", (Jiang Yaoping, viceministro de Comercio de China, por el diferendo comercial con nuestro país)
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