*Eduardo Cao
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Pasado, presente y futuro constituyen –no debe haber quién no lo sepa- los tiempos en la vida de un ser humano. ¿En qué momento sen ubican los jubilados argentinos? Sí, es cierto: en los tres. Ayudaron a forjar una historia, personal, familiar y social, que es la misma de nuestro país. Del presente forman parte porque los vemos todos los días. Del futuro también, ¿por qué no, si la cuestión etárea no es decisiva para marcar lo que debimos, lo que debemos y lo que deberemos ser?
“Y al fin y al cabo, actuar sobre la realidad y cambiarla, aunque sea un poquito, es la única manera de probar que la realidad es transformable” (Eduardo Galeano, 70, escritor uruguayo)Difícil de determinar si los argentinos estamos dispuestos a cambiar, aunque sea un “poquito” como reclamaba Galeano. Más que difícil, si se acude a experiencias pasadas. Ocurre que, como sintetizó alguien las frases comunes que nos pintan de cuerpo entero a quienes habitamos esos suelos sureños del mapamundi, declamamos con el lóbulo izquierdo del cerebro y actuamos con la “víscera más sensible” que no forma parte de nuestro cuerpo y está apenas debajo de la cintura: el bolsillo. A derecha o izquierda, ¿que más da, si no se trata de un encolumnamiento ideológico?Algo, o mucho, de la actual sensación de bienestar consumista que está atravesando a la sociedad sigue impidiendo (¿o nos evita?) tener que pensar más allá del presente y dedicarnos a proyectar el futuro. Es cierto que la política y los políticos que hemos ungido para ser nuestros mandantes (???), “ayudan” a estas actitudes espasmódicas de amplios sectores de una población aún carente del valor que implica la ciudadanía en el orden y desarrollo de una Nación.En la Argentina las cosas suceden y el principal deporte que se practica es estar a favor o en contra. O “statu quo” o revolución. Eso sí, nunca poner nuestros afanes en ir cambiando “de a poquito” eso que discutimos o mejorar los métodos de aplicación si se adhiere al espíritu de esas mismas cosas.No lo hacemos; no estamos dispuestos a hacerlo, sea esta predisposición de origen cultural (¡no confundir con educacional, por favor!) o atienda al “egocentrismo umbilical” que nos caracteriza. Aclaración necesaria: “egocentrismo es la característica que define a una persona que cree que sus propias opiniones e intereses son más importantes que las de los demás”, según se puede leer en cualquier diccionario de los ya en desuso de papel o en los más contemporáneos consultados (no con tanta frecuencia como sería de desear) a través de Internet.Y como a los “pequeños cambios” me refería al principio citando a Eduardo Galeano, vamos por ellos.“MÓVIL” PARA EL SENADOEl matrimonio K utilizó su archiremanida fórmula, ya indisimulable para la gente común, de descalificar opositores para neutralizar la media sanción en Diputados de la ley que debería otorgar el 82% móvil a los jubilados. El potencial obedece a que aún falta un paso para que lo que es por ahora un “pequeño cambio”, se convierta en la modificación de la realidad de cientos de miles de jubilados y, en definitiva, de un acto de justicia para quienes trabajaron 30, 40 o 50 años aportando para un futuro que se les prometió venturoso, pero que terminó, ya presente, en degradada y degradante calidad de vida.Desde la Casa Rosada, Olivos o cualquier atril que se les presentara, la Presidente, Néstor y sus respectivas cortes (que las hay, tanto “respectivas” como divorciadas entre sí) amenazaron con cesación de pagos, desfinanciación del Estado y otras plagas más que la oposición había puesto en marcha a través de sus diputados. E intentaron, al mismo tiempo, introducir cuñas entre los matices que diferencian al antikirchnerismo, el de antes y el de ahora, a través de los medios adictos y otros que no lo son pero que de cuando en cuando se prestan al juego de las “mentiras verdaderas”.La financiación fue uno de esos matices que se mostraron, desde los fieles K, como separando a quienes, en el resultado final de la votación, marcaron sus diferencias pero dieron quórum para discutir los dos proyectos que llegaron al recinto. Fracasó el intento oficialista, a partir de cifras que indican que no toda la plata que maneja la ANSES termina en los bolsillos de los jubilados ni en la asignación universal por hijo, ni en los otros planes sociales que se pagan desde el organismo. Lejos entonces de la caída en default como auguró CFK, quedan al Gobierno dos opciones de freno: el Senado y el veto.A falta de un año de las elecciones internas y poco más para las presidenciales y ya lanzado Néstor al tercer período K (“el candidato soy yo; olvídense de Cristina”, le habría dicho a intendentes del conurbano convocados en Olivos, según “Perfil”) la apuesta mayor es operar entre los senadores indecisos. Tendrá que ser “muy generosa” la apuesta para inclinar la balanza e impedir que un empate le brinde el decisivo protagonismo “no positivo” a Julio Cobos. Será el “todo o nada” propio de Kirchner y del kirchnerismo, más allá de las dudas y resquemores hacia esa actitud que manifiestan en reservadísimos e íntimos círculos los que por ahora tienen entrada irrestricta a Olivos. En última instancia será el veto, se amenaza desde el Gobierno aún sabiendo que una medida de ese tenor haría descender la imagen de esposo y esposa en la consideración pública. Después de todo, son millones de electores para 2011. Pero uno de ellos está dispuesto a correr el riesgo: Néstor Kirchner cree que tendrá tiempo de revertir la situación a un año vista. Al final, si se llega a esa instancia decisiva, será ella, la Presidente-esposa la que ponga la firma.LO DICHO, DICHO ESTÁ"Estoy orgulloso de tener reuniones con empresarios de todos los sectores. Admiro a todos los empresarios, a los grandes, medianos y pequeños… Además, fue Kirchner quien prorrogó las licencias al grupo Clarín, no fui yo” (Eduardo Duhalde, ex presidente y uno de los líderes del antikirchnerismo, respondiendo a acusaciones del oficialismo por la reunión de dirigentes opositores con empresarios del grupo multimediático enfrentado al Gobierno)"Para todos los argentinos, menos para el que silba, y los que apoyamos este proyecto nacional, es bueno expresar nuestro homenaje como argentinos al general José de San Martín" (Aníbal Fernández, jefe de Gabinete, al ser silbado en el acto de homenaje al Libertador en Yapeyú)"Al principio me enojaba porque Néstor no se quedaba a los segundos días en las cumbres. Llegaba y se iba rápido. Ahora se tiene que quedar porque es secretario general de la Unasur " (Lula, presidente de Brasil, al hablar en San Juan con motivo de la reunión del bloque subcontinental y en presencia del propio Kirchner) “Soy usuario de Fibertel desde el primer año, me vuelvo loco si lo sacan" (Pino Solanas, diputado nacional de Proyecto Sur criticando la decisión del Gobierno de cancelar el servicio de la empresa del grupo Clarín prestadora de Internet)
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