martes, 6 de marzo de 2012

LA EDUCACION COMO DERECHO SOCIAL

Por Mary Sánchez (*)


No se puede negar la realidad y menos desconocerla. La decadencia de la educación fue una decisión política desde la dictadura militar, que tuvo su estocada final en los ’90. La simbólica educación pública argentina, igualitaria, integradora de clases sociales, desapareció. Las luchas docentes de CTERA y el pueblo, impidieron que termináramos como nuestros hermanos chilenos. Recuperarla de la devastación, alcanzar el objetivo central de que los alumnos sean sujetos de derechos, es el desafío para todos los argentinos. No sólo lo lograremos con una lucha reivindicativa si no es profundamente política, cultural y colectiva. Me da mucho dolor cuando quienes saben cómo tapar el sol con la mano, desviando el verdadero debate que abrió la presidenta en su discurso de apertura de las sesiones ordinarias en el Congreso de la Nación. Porque Cristina no sólo dijo que los docentes tienen estabilidad laboral, cuatro horas de trabajo frente a alumnos y prolongadas vacaciones, sino que poniendo el cuero puso en eje algunos temas hasta hoy ocultados o sólo comentados en ámbitos cerrados. A pesar de llevar ocho años de crecimiento ininterrumpidos en inversiones extraordinarias en educación. no se modifican claramente los peores síntomas: repitencia sobre edad, abandono, inasistencias docentes. En esta etapa de la historia, y luego de los períodos en los que se despedazó en mil partes el sistema educativo, desde el inicio del gobierno de Néstor Kirchner en 2003, se intenta construir un verdadero sentido del porqué y para qué de una política pública nacional educativa. Ese es el norte de la Ley de Financiamiento Educativo, la Técnico Profesional; la de Educación Nacional 26.206.
No podemos dejar en soledad a tantos educadores comprometidos con su oficio, considerados igual que aquellos que con su conducta desvalorizan nuestro maravilloso trabajo. No estoy diciendo que no sea parte del rol de los gremios, en este caso docentes, exigir el mejor aumento salarial posible, pero también es cierto que estas demandas deben tener en cuenta el contexto nacional e internacional en el cual se realizan.

(*) Dirigente gremial docente

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